Este sábado la Major League Soccer o MLS, por sus siglas en inglés, verá erigirse a un nuevo campeón cuando el Chase Stadium de Miami albergue la final del balompié estadounidense entre el equipo local, Inter Miami, y el campeón de conferencia oeste Vancouver Whitecaps.
Más que un enfrentamiento por la supremacía del fútbol norteño, la historia vuelve a poner frente a frente en una cancha a dos figuras históricas de este deporte, el astro argentino y máxima figura del club de la ciudad del sol, Lionel Messi, y el centrocampista alemán Thomas Müller, convertido en ícono del plantel blanquiazul.
Las Garzas llegan al duelo decisivo tras arrollar al New York City Fútbol Club en la final de la conferencia este, con un abultado marcador de cinco goles por uno y una excelsa demostración de calidad de «la pulga».
Por su parte, «el Pueblo», como le apodan al conjunto de los Whitecaps, finiquitó su duelo final contra San Diego Fútbol Club, con un solvente tres a uno para coronarse campeón de la conferencia oeste del campeonato.
Según establece el reglamento de la MLS, el partido final se juega en casa del equipo que más puntos alcanzó durante la etapa regular. Durante el tramo clasificatorio, el equipo rosa alcanzó 65 puntos, mientras que su rival consiguió 63, por lo cual la final será en el Chase Stadium de Miami.
El equipo que preside la leyenda David Beckham convirtió su estadio en un fortín inquebrantable y, con su afición alentando desde las gradas, puede influir para alcanzar el trofeo más importante de su historia y por el cual ficharon a Leo Messi en el 2023.
La historia más reciente entre ambos clubes favorece a los del oeste, con dos triunfos en los últimos tres encuentros. El diferencial de goles también favorece a Vancouver: 6 por 5 Miami.
Un choque bastante parejo que debe dominar el equipo que más control tenga en el centro del campo y que más pueda dominar la posesión de la esférica para hacer fluir el juego.
Leo Messi, estandarte del Inter Miami, pasa por un momento de forma extraordinario, lo que invita a colocar a su equipo con un ligero favoritismo sobre su contrincante, pues el de Rosario es un factor diferencial dentro de la cancha.
Un viejo refrán plantea que las finales no se juegan, simplemente se ganan; la mesa está servida, ¿podrá Messi tomar desquite de la final del mundial de 2014? (Por: George Carlos Roger Suárez )
