Muchos de los sobrenombres más icónicos dentro del pasatiempo nacional se le atañen a Eddy Martin y Bobby Salamanca, pero en el caso del lanzador matancero Lisbel Airam Estradet el apodo de «la ardilla» vino de un entrenador.
Lisbel Airam pisó por primera vez un diamante beisbolero a la edad de siete años, en su municipio natal, Limonar. Sus primeros pasos en el deporte del bate y la pelota no fueron como serpentinero, sino como jugador de cuadro.

Sobre su apodo el bisoño atleta comentó que se lo debe a un entrenador de categorías inferiores. «Uno de mis profesores, conoció a un jugador que le llamaban ardilla y era hiperactivo al igual que yo, y de ahí el mote«.
La experiencia de integrar la novena de la provincia a la Serie Nacional es uno de sus mayores logros como deportista. «Fue una experiencia muy bonita, en la que aprendí cosas que no sabía y me obligó a superarme como pitcher«.
«Contar con un entrenador de picheo como Jonder Martínez es algo inigualable, es una persona que siempre está aconsejando a los lanzadores para que mejoren cada día«.

Estradet siente con orgullo el pertenecer a los actuales monarcas del béisbol provincial, el conjunto de Limonar. «Uno siempre tiene un cariño especial por el equipo donde te formaste y creciste como pelotero«.
«El ser campeón en mi segunda Serie Provincial con ellos, ha sido de los mayores logros de mi carrera, por la manera en la que se vivió el campeonato y que contra viento y marea logramos coronarnos es uno de mis momentos más alegres dentro de un terreno de béisbol«.
Pese a pasar por un mal momento, tras una lesión que lo alejó de la Serie Nacional en la actual contienda beisbolera, Estradet tiene la mirada puesta en recuperarse y aportar a las huestes yumurinas. (Por George Carlos Roger Suárez)
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