Sombras de un oficio
Siempre recuerdo la historia de La Santa: la prostituta cuyo cráneo fue encontrado por un niño y su perro. Mi tía la cuenta cada verano. “No olvides que el destino de esas mujeres está marcado por la tragedia”, repite cada vez.
De niña, ignoraba el significado de la palabra que parecía justificar su muerte. No entendía que las personas, a pesar de estar conmocionadas por la brutalidad del hecho, no se extrañaran de que algo así hubiese ocurrido. María, su verdadero nombre, falleció con apenas 21 años.
Una pegunta da vueltas en mi mente cada vez que pienso en ella: ¿Por qué decidió ejercer la así llamada profesión más antigua del mundo? ¿La elección está dada por problemas económicos, la crianza, el ambiente en el que uno se desarrolla o por supervivencia? ¿Constituye realmente una solución factible? ¿Vale la pena vivir subyugada, maltratada y expuesta a disímiles situaciones, en muchos casos peligrosas, para ganarse la vida?

La prostitución es una de las formas más longevas de trabajo. Estadísticamente, la mayoría de quienes la ejercen poseen un nivel cultural inferior y una situación económica desfavorable. Suele tener mayor incidencia en países y sociedades en declive, donde la pérdida de valores y la lucha constante por sobrevivir, son inherentes a ella.
La trata de personas es una de las causas fundamentales de la existencia del comercio sexual, donde las víctimas trabajan obligadas mediante la violencia. Las adicciones y los abusos en la infancia son factores primordiales que, de igual modo, conducen a esta actividad.
En varias partes del mundo se practica de forma legal y controlada: es un negocio rentable; una forma fácil de ganar dinero sin exponerse a los peligros que generalmente la acompañan.

En Cuba, antes de 1959, la prostitución era considerada uno de los males sociales del país, y se redujo significativamente tras la Revolución. Sin embargo, nunca desapareció por completo, y casos como el de La Santa continuaron sucediendo. Hoy, ante las dificultades económicas, es común escuchar historias crudas que involucran incluso a menores de edad.
La prostitución es un fenómeno complejo. Para la mayoría, representa una falta de pudor y dignidad, que atenta contra la integridad física y moral de las personas. No obstante, en la actualidad, numerosos servidores sexuales argumentan que se trata de una profesión con independencia económica e ingresos superiores a otros empleos.
A pesar de la libre elección de algunos y las nuevas perspectivas, la realidad histórica de la prostitución ha estado marcada por abusos, explotación y muertes.

Existen diversas oportunidades de superación intelectual y trabajos que respetan los derechos laborales y humanos. La venta del cuerpo no es una opción primaria; suele ser el último recurso para quienes enfrentan factores sociales, familiares y económicos que les impiden vislumbrar otro camino.
Es vital el trabajo integrado de las instituciones y organizaciones que deben velar por ofrecer oportunidades para que no proliferen estas prácticas ilegales en aras de extirpar un tumor que afecta a miles de personas, entre ellos, los niños. La educación también es esencial pues explica las consecuencias de esta elección y propicia una conciencia que no se decanta por hábitos “fáciles” que contribuyen al deterioro no solo de la salud sexual y reproductiva, sino también de la sociedad.
…A pesar de los meses de exhaustiva investigación, nunca apareció el asesino de La Santa. Ni siquiera se sabe por qué la mataron; aunque todos sospechan la causa: era prostituta. Lo cual no justifica su muerte violenta, pues nadie tiene el derecho a quitarle la vida a otra persona.
(Por: Daniela Lantigua Carballo, estudiante de Periodismo)
