El fútbol cubano vivió momentos gloriosos por estos días en el Mundial de la categoría sub-20 desarrollado en Chile, pues los muchachos de la Isla decidieron hacer historia y plantar cara a equipos tan poderosos como Argentina e Italia.
Aunque quedaron eliminados, no se puede negar y mucho menos olvidar que, por primera vez, Cuba anotó en tres partidos de un Mundial Fifa de cualquier categoría.
Se dicen fácil y bastante rápido, pero cuatro goles en Chile 2025 representan también la máxima cuota anotadora en un evento de este tipo de categorías inferiores y es algo que nos pone a soñar con una generación en ascenso.
Los millones de fanáticos de esta disciplina en la Mayor de las Antillas tienen como referentes conjuntos de otros países, clubes y una infinidad de jugadores que no llevan las cuatro letras en la camiseta ni el ADN criollo en su información genética.
Y no es criticable, para nada, pues la esperanza de tener un equipo competitivo en un deporte apenas atendido o desarrollado es una misión prácticamente imposible.
Reunir jugadores contratados en el extranjero, incluso, nacidos en otro país, se ha convertido en una alternativa para subir el nivel; pero muchas veces las trabas burocráticas no dejan paso a la apertura definitiva.
En terrenos desvencijados, sin una infraestructura más o menos decentes, estrategias de desarrollo desde la base y entrenadores altamente calificados será muy difícil soñar ya no con alzar una copa, solo pasar a la segunda fase es una utopía en cualquier categoría.
Por esas y otras razones, lo escrito por el juvenil en Chile marca una etapa floreciente; por eso, el entusiasmo por una posible clasificación nos hizo ser tan duros ante la derrota en el partido contra Australia.
Este encuentro puso punto final a su participación en la XXV Copa, al caer 3-1, donde, luego de un primer cuarto de hora bastante equilibrado sobre la cancha, los australianos comenzaron a adueñarse de las acciones y, al minuto 20, Max Caputo anotó el primer tanto.
Desconcentrados, optaron por encerrarse en su terreno, lo cual aprovecharon los rivales para atacar ferozmente y, en el 39′, Daniel Bennie puso el 2-0, para cerrar el primer tiempo con la balanza inclinada por completo.
El descanso les sentó bien a los caribeños, que parecían recuperados psicológicamente, pero esto no alcanzó para detener a Caputo, quien nuevamente perforó la red en el minuto 50.
Lejos de intimidarse, los cubanos se fueron con más fuerza al frente y al 63 Alessio Raballo logró el gol del honor y selló el resultado definitivo de 3-1.
De esta manera, la Mayor de las Antillas concluyó su actividad en la llave D en la cuarta posición, con dos derrotas, un empate, cuatro goles a favor y ocho en contra.
Pero lo realmente emocionante se dio contra Italia, con un impensable empate a dos goles, donde supieron poner al rival contra la pared y desestabilizarlos, al punto de obligarlos a cometer faltas que devinieron en penales.
Los titulares en todo el continente alabaron ese resultado y el empeño de esos muchachos y su cuerpo de dirección. Nosotros lo recordaremos siempre y depositamos la justa dosis de esperanza en su desarrollo y en que la Federación Cubana sepa atender y ponderar mucho más un deporte que es pasión en cada rincón de este país y del mundo.
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