
A unos kilómetros de las afueras del pueblo de Itabo, en el municipio de Martí, se encuentra la Unidad Empresarial de Base (UEB) Frank País, especializada en la cría de porcino. A pesar del difícil contexto que vive el país en cuanto a la energía eléctrica o la obtención de alimentos, esta empresa se caracteriza por un colectivo consagrado a su labor.
El centro agropecuario cuenta con una capacidad de 1 050 cerdas reproductoras, pero en la actualidad poseen un aproximado de 430. Estas, junto a las crías de cerdos, verracos y demás animales conforman el 40 % de su capacidad general, lo que representa un total de 887 animales.
Yoel Ruiz Faz, jefe de producción, explica que la empresa posee como objeto social la comercialización de precebas al destete (único proceso que están desarrollando en estos momentos), y la tarea de entregar 223 al mes, para el cumplimiento de las ventas.
La fase de la preceba en el ganado porcino es primordial para el desarrollo de los cuadrúpedos, una etapa donde las crías de entre 21 y 28 días de nacidas son separadas de la madre y trasladadas a un espacio para su crecimiento. Este proceso requiere tres factores primordiales: alimentación, higiene y salud de los cerdos, un ABC que todos los productores cumplen rigurosamente.
“El alimento que provenía de importaciones de países extranjeros para alimentar a las reproductoras y verracos lo estamos sustituyendo en un 50 %, con alternativas como la yuca y el forraje, los cuales se producen aquí”, declaró Ruiz Faz.

Las elaboraciones que permiten solventar la ausencia del producto importado se logran gracias a las 52 hectáreas de tierras que posee la UEB, de las cuales, 32 están destinadas a la producción, 22 se encuentran en roturación de yuca, mientras que las demás se siguen labrando para continuar con la siembra.
Uno de los elementos característicos de la unidad es la limpieza de sus áreas, una acción que para muchos pareciese fácil, pero para ellos constituye una ardua tarea, debido a que la situación electroenergética del país dificulta el bombeo del agua para garantizar el saneamiento de la instalación.
“Actualmente, se labora con paneles solares que han logrado abastecer agua para la alimentación e higiene, porque la situación eléctrica nos afecta, pero nosotros buscamos la solución de ir intercalando con el baldeo y, de esta forma, mantener desinfectada la unidad”, asegura Ruiz Faz.
Entre los quehaceres importantes de esta unidad se halla el seguimiento de una atención veterinaria, la cual se muestra en el buen estado de salud de los animales. Al no presentar ningún foco de bacteria, se ha evitado pérdidas en la empresa.
TIEMPO DE PROYECCIONES Y CUMPLIMIENTOS
“Este es un centro creado para cumplir”, afirma Ángel Menéndez Mendizábal, un hombre que ha dedicado 31 años de su vida a la Frank País, y lleva tres décadas fungiendo como secretario del Núcleo del Partido en el lugar.

Su compañero Ruiz asevera que, en comparación con otros años, el plan de producción ha disminuido, aunque no a un nivel excesivo, gracias a que se confecciona a partir del alimento que lleva cada categoría.
“En cuanto a la venta de preceba, cumplimos el plan de 323; de 46 partos, se cumplieron todos. Las cubriciones se sobrecumplen, porque de 69 previstas, estamos logrando alrededor de 90. A la hora del destete, se cumple también el plan”, recalca el productor.
En esas extensas áreas de tierra también abundan plantaciones de frutabomba, frijol y ajo, que tienen lugar en determinadas parcelas y se pretende tener un platanal para finales de año.

La palabra descanso casi no existe en el vocabulario de estos martienses, según comenta Ángel Menéndez. Incluso los domingos se labora, aunque sean solo cuatro horas, pero en los restantes se divide el trabajo en grupos; uno opera por el día y otro por la noche, ya sea para moler yuca o baldear, siempre tratando de aprovechar el fluido eléctrico disponible.
MÁS QUE UNA EMPRESA, UNA FAMILIA Y ESCUELA
En esos metros y metros de terreno, de la misma forma en que se siembran hortalizas, se cultiva el amor por la tierra y la profesión, manteniendo el respeto y el papel del productor de porcino para transmitirlo a las futuras generaciones.
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Con una plantilla de 62 trabajadores, provenientes de consejos populares como Itabo, El Deleite y Hoyo Colorado, 45 de ellos están vinculados directamente a la producción. En dicha productora, el poder garantizar el confort y reconocer a su gente por resultados muy positivos es un elemento que prima en la entidad.
“De las cosechas de hortalizas, un 20 % está destinado a la venta de los empleadores, acción que podemos realizar gracias a las dos casas de tapado que poseemos. Este es un centro que presenta buenas condiciones; tenemos autoconsumo, brindamos almuerzo, existe unión entre la dirección y los trabajadores, lo que hace que haya un ambiente muy favorable”, alega el secretario del Núcleo.
Asimismo, como cuentan con el regocijo de poseer un excelente colectivo, la empresa, más allá de ser un destino comercial, es una escuela que forma a los futuros productores de la región.
“Contamos con más de 20 jóvenes, y con otros que se gradúan del politécnico e ingresan acá. Gracias a esas escuelas, fortalecemos la parte juvenil del centro, porque la realidad es que tenemos compañeros con más de 40 años obrando y debemos garantizar el futuro. Por eso, en conjunto los educamos sobre cómo es un centro de producción para mantener la tradición agropecuaria y porcina”, pronuncia con mucho orgullo Ángel Menéndez.
Con una constante evolución laboral, su entrega a las tareas agropecuarias y de agricultura, la UEB Frank País ratifica su compromiso con la productividad de su provincia. Un espacio que, además de permitir el crecimiento de sus trabajadores, asegura la continuidad del sector agropecuario matancero y cubano.

