Fueron cinco días que valieron por mil, de altibajos en emociones en el deporte en el cual soñamos con batear, correr o lanzar como el mejor dentro de los diamantes, porque en Cuba, el béisbol y también el softbol, variante más practicable en el tiempo, desbordan pasiones.
El XXII Torneo Nacional de Softbol de la Prensa “Jorge Luis Valdés Rionda in memoriam”, efectuado en Matanzas la semana última, confirmó para criterio indiscutido dentro de los profesionales del gremio: es hoy uno de los eventos de mayor alcance y aceptación en la sexagenaria Unión de Periodistas de Cuba (UPEC).
«Resultaron días de confraternización que recordaremos siempre”, acuñó en su perfil de Facebook Ricardo Ronquillo Bello, presidente de la organización, y no se equivocó, pues el certamen sobrepasó las enconadas pugnas sobre los terrenos para convertirse en pretexto para el abrazo, la charla, el debate periodístico, la risa…
Del plano deportivo cabe destacar la décima corona al hilo del equipo Medios Nacionales (representativo de la capital), que cada año se las arregla para sostener la supremacía a base de poderío, con una nómina de “Galácticos” que bien pudieran codearse con selecciones de primera categoría.
Esta vez Carlos Michel Perdomo, una de las figuras más icónicas de este tipo de lides, les salvó las castañas del fuego con un bambinazo definitivo a la hora exacta en que los niños se separan de los hombres, después de que un combativo Cerveceros de Holguín estuviera a punto de la victoria en la gran final.
Sobre los dirigidos por “Velazquito” no puede decirse otra cosa que: ¡Felicidades!, otra vez lucieron a sus anchas en una competencia que parece tener un campeón predeterminado, al cual ellos y solo ellos suelen plantarle cara y mirarle de frente a los ojos.
De la sede, Matanzas, apuntar que nunca antes se orquestó una lid con tantos obstáculos por superar, con carencias conocidas y premuras organizativas que debieron solucionarse con la absoluta entrega y la enorme capacidad de respuesta de un colectivo de jóvenes periodistas, liderados por Pedro Arturo Rizo, presidente local de la UPEC.
Muchas cosas pudieron seguramente haberse hecho mejor y quizás otras también hubiesen quedado peor si no fuese por el empuje de todos, incluidos los más de 120 periodistas-jugadores que, a sabiendas del enorme reto que encaraban, jamás se achicaron ante los problemas.
Matanzas dio un jonrón de creatividad y buen trato, escuché decir a muchos una vez concluido el torneo, otros, por su parte, hablaban de que el hecho de asumir la justa en las condiciones actuales ya era de por sí una proeza, lo cierto es que Matanzas cumplió y lo hizo bien.
Justo en la ceremonia de cierre de la edición 22 del Torneo Nacional de Softbol de la Prensa se llamó a mantener el espíritu de confraternización dentro del sector y enfriar los bates solo por un tiempo, hasta que Mayabeque, en 2026, sea el próximo testigo del jonrón y el abrazo, dos gestos que ya son símbolos de la UPEC. (Fotos: Boris Luis Cabrera)
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