Nunca el drama de ser humano ha resultado tan colorido y mágico como en la ahora saga Inside Out (Del revés e IntensaMente en sus títulos hispanos); pero esta va más allá de ese cine de animación que se queda en los adjetivos «colorido» y «mágico». Podríamos añadirle «emocionante», «rico», «magistral», y tantos otros sin exagerar en nada.
En ambas películas hay un claro componente dramático que se basa en la transformación interior de una persona (durante la infancia, en la primera entrega, y la adolescencia en la segunda), y pudiera parecer una simple excusa para calificar de «seria» una aventura infantil más. Error de percepción: el mundo de Riley y sus emociones es tan fascinante, hermoso y profundo como parece a primera vista, como se siente al primer visionado.
Una vez experimentada la segunda parte, el triunfo es absoluto y todo éxito merecido. La animación de veras se vuelve a dar la mano con el mejor cine, conduciéndolo por caminos que de otra forma serían muy difíciles de explorar, y regalándole al público un nuevo espectáculo tan insólito como que viene de la mente de una niña corriente. Nótese que digo público, no especifico entre grandes y pequeños, porque tanto unos como otros tienen aquí material de sobra para salir recompensados.
IntesaMente 2 posee dos atractivos fundamentales, que en realidad son uno solo si pensamos en su interconexión argumental y simbólica: el tránsito a una nueva etapa de Riley, nuestra protagonista, y la aparición de nuevas emociones (los principales protagonistas) en su cabeza. A nuestros conocidos Alegría, Tristeza, Furia, Temor y Desagrado se suma una inesperada invasión en el cuartel general: Vergüenza, Envidia, Aburrimiento y, sobre todo, Ansiedad. ¡Alarma de pubertad! ¡Se descontrola la consola de emociones!
El diseño visual y moral de los recién incorporados se hace tan memorable como el de sus predecesores, los cuales continúan siendo igual de queribles y necesarios en sus funciones emotivas. Y sigue haciéndome tanta gracia Furia, tan rojito y encolerizado que su nombre no le cabe en un cuerpo tan pequeño, con ese uniforme de oficinista a lo Michael Douglas en aquella película donde se estresaba demasiado y arremetía contra todo, que, si esto no fuera un texto más o menos convencional, terminaría este párrafo con unos emojis de risa.
La llegada de Ansiedad, a quien destacaba antes, supone el aprovechamiento equilibrado e inteligente, sin perder un instante, de una criatura que cumple a la vez como antagonista y elemento humorístico. Recuerda a muchas personas con que uno se cruza en su vida, empezando por esa que reconocemos frente al espejo, preocupadas a veces por el mañana con excesiva antelación, inseguras dentro de una vorágine enfermiza que conviene evitar a toda costa; aunque sea con la ayuda de otros integrantes internos de nuestro ser que corren a salvar nuestra estabilidad y reafirmar lo imperfectos que somos.
Mientras se encarniza la lucha por dominar el sentido de identidad de la tímida, furiosa, ansiosa, cada vez menos alegre Riley, las escenas externas a su mente muestran de manera precisa y esencial cómo los cambios se producen en poco tiempo y se agudizan a medida que la adolescencia llama a la puerta.
Su rechazo a las que poco atrás llamaba amigas, sus esfuerzos por encajar de golpe en un grupo distinto y la debacle reflejada en su rostro por quienes, más que animadores, parecen agudos conocedores de la especie humana, son momentos de notable dureza y conmoción.
En James y el melocotón gigante (1996), una de mis producciones favoritas de Tim Burton, el destello animado se turna con escenas en live action que reflejan en tono más oscuro el drama que vive el personaje principal. Siempre me pregunto cómo sería IntensaMente si lo que sucede fuera de Riley estuviese mostrado así, con el movimiento y la expresividad de actores reales en un plató y en complemento a las refrescantes peripecias de Alegría y compañía. La verdad es que se siente así de impactante todo lo que rodea a Riley en su contacto con el mundo exterior.
Para nuestra suerte, son películas tan exquisitas e inabarcables, que vale la pena hablar más de lo que son que de lo que pudieran ser, ni falta les hace, y tal cual encantan a la par que conmueven indiscriminadamente. También me pregunto cómo reaccionaría yo si las hubiera visto siendo niño, lo cual es temporalmente imposible y, a menos que la reencarnación eche una mano, irremediable. Solo resta disfrutar de lo que se tiene, y de algo me sirve pensar que IntensaMente, la 1 y la 2, funcionan a cualquier edad.
Ficha técnica
Título original: Inside Out 2; Año: 2024; País: Estados Unicos; Dirección: Kelsey Mann; Guion: Meg LeFauve; Guion gráfico: John Hoffman; Reparto: Amy Poehler, Phyllis Smith, Kensington Tallman, Maya Hawke, Lewis Black, Tony Hale, Liza Lapira, Ayo Edebiri, Adèle Exarchopoulos…
