Tengo que ser sincero con ustedes, para aprender a jugar Civilization VI hay que pasar tres maestrías y un doctorado, y no exagero, porque la cantidad de variables y opciones que pone a nuestra disposición es colosal y varían dependiendo de muchos factores.
Aunque una vez dominadas las mecánicas el juego se vuelve un mar de horas para divertirse tanto en solitario cómo conectado con amigos en LAN, algo que nuestra comunidad gamer tercermundista también agradece.
En Civilization VI asumimos el control de un personaje que representa a una de las tantas civilizaciones que existieron y existen en nuestro planeta, para luego guiarla hacia el dominio global mediante nuestra eficiente gestión.
La victoria se puede alcanzar de diferentes maneras: por la fuerza, superando al resto de jugadores en desarrollo científico o cultural, consolidando el dominio de nuestra religión o siendo los mejores diplomáticos. Cada una de las victorias posibles tiene una estrategia a seguir, pero cada partida nos exigirá cierto equilibrio para evitar que nuestros rivales nos sobrepasen.
Comenzamos en una zona pequeña del mapa que escojamos e iremos conociendo más territorios a la medida que crece nuestro imperio y avance nuestra tecnología. Por el camino iremos conociendo otras civilizaciones, ciudades de estado, puestos bárbaros, maravillas naturales entre otros aspectos con los cuales interactuaremos.
Podremos establecer alianzas, declarar guerras, ayudar al prójimo a enfrentar el paso de un ciclón por sus territorios o simplemente aprovechar la coyuntura para aplastarlo y borrar a su gente de la faz de la tierra. Nuestras acciones en el juego marcarán que tipo de dominio buscamos como civilización en base a las habilidades especiales del personaje que escojamos.
El terreno cumple una función importante en la mecánica jugable, ya que deberemos garantizar el acceso a los recursos necesarios para nuestro desarrollo como hierro, carbón o petróleo. Además, tendremos que acumular una buena variedad de recursos de lujos que nos sirvan para mantener a nuestro pueblo contento.
También tenemos las políticas, un grupo de habilidades desbloqueables que nos permitirán potenciar la producción, el comercio, el entrenamiento de tropas y mucho más. Mientras avanzamos de edad el juego gana en complejidad y se vuelve mayor la cantidad de aspectos que tendremos que administrar.
Un punto importante en Civilization VI es la capacidad que tiene para interesar a los adolescentes por el estudio de la historia ya que es una de las mejores representaciones del progreso de la humanidad y de cómo se establecen las relaciones entre países en las diferentes épocas.
Pese a que es un título relativamente moderno, no exige demasiados requisitos para poder jugarlo, y la variedad de opciones en la personalización de la partida le hace ganar en rejugabilidad. Al principio cuesta un poco entenderlo, pero si le cogen el gusto, puede ser muy adictivo.
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