Entre filmes, música y leyendas, San Valentín se ha visto influenciado por un aura vampiresca o sangrienta, digamos por la relación de colores o por alguna distorsión en el concepto de amor; pero, más allá de eso, se encuentran las verdaderas historias de horror gótico, donde los personajes vampíricos nada tienen que ver con la acogedora esencia romántica de la temporada.
El vampiro, obra que por su propio título no deja mucho a la imaginación y se ajusta perfectamente al tema que aborda, fue escrita por John William Polidori en la más curiosa de las circunstancias. En 1816, hallábase en una Villa junto a un grupo de amigos cuando decidieron, por motivos de diversión, huyendo del tedio, realizar una especie de competición literaria, donde cada uno tendría que elaborar un relato de miedo. De este juego surgieron dos obras maestras trascendentales, conocidas actualmente como: El vampiro y Frankenstein.
La historia comienza cuando Aubrey conoce al misterioso lord Ruthven en una fiesta de la alta sociedad, para pronto, como todos, quedar fascinado por él. Se trata de un relato de unas 100 páginas que, por su brevedad, no presenta gran desarrollo en los personajes, únicamente unas pinceladas de cada uno y lo demás debemos imaginarlo nosotros. El vampiro creado por Polidori forma parte de la aristocracia, pero a la vez es alguien ajeno a ella; independiente y libre, pero encantador y seductor; se hace difícil imaginar el no caer en sus redes; Aubrey tardará en darse cuenta de su verdadera personalidad.
La importancia de este volumen en la literatura no es la invención del vampiro en sí, sino la creación del vampiro romántico; no es un monstruo que ataca a traición, al contrario, disfruta tanto del cortejo como del ataque a su víctima, y se ampara en su rol de caballero para salir impune de sus actos.
El relato trata de exponer la fuerza del mito que hace que la gente común no crea en los vampiros. Sin embargo, no es una narración llena de sangre, de maldad o de violencia, podríamos decir que todo el tema de lo maligno se manifiesta de forma bastante difusa. Un libro que no nos ocupará mucho tiempo de lectura, al que todo fan de las novelas góticas y de terror tiene que llegar para conocer los inicios del género y cómo ha ido evolucionando. La novela nos hará descubrir de dónde sale esta idea de los vampiros como seres ideales y seductores.
FRASES DEL VOLUMEN
“Pensaba, en suma, que los sueños de los poetas eran las realidades de la existencia”.
“Aparentemente, solo atraían su atención las risas de los demás, como si pudiera acallarlas a su voluntad y amedrentar aquellos pechos donde reinaba la alegría y la despreocupación”.
“Cuando alguien acudía a él no para remediar sus necesidades, sino para poder hundirse en la lujuria o en las más tremendas iniquidades, lord Ruthven jamás negaba su ayuda”.
“Bajo su mismo techo habitaba un ser tan delicado y bello que podía haber sido la modelo de un pintor que deseara llevar a la tela la esperanza prometida a los seguidores de Mahoma en el Paraíso, salvo que sus ojos eran demasiado pícaros y vivaces para pretender a un alma y no a un ser vivo”.
“Pero, ¿por qué intentar describir unos encantos que todo el mundo veía, mas, nadie podía apreciar?”.
“En toda su persona había como un halo de encanto melancólico que no se debía a ninguna desdicha sino a un sentimiento interior, que parecía indicar un alma consciente de un reino más brillante”.
CURIOSIDADES DEL VOLUMEN
- El vampiro influyó mucho en la literatura posterior, como en Carmilla (1872), de Sheridan Le Fanu; El vampiro (1851), de Alejandro Dumas, que se inspiró en la figura de lord Ruthven para su Conde de Montecristo; Berenice, de Edgar Allan Poe; al igual que influyó en Gogol o Tolstoi (La Familia, de Vourdalak); y sobre todo en Drácula, de Bram Stoker. También influyó en el cine, en la mayoría de las películas de vampiros, en las que el protagonista suele ser un personaje aristocrático, seductor, con grandes posesiones y con poderes sobrenaturales, al igual que el vampiro de Polidori.
- Polidori escribió este relato en las tormentosas noches estivales, entre el 16 y el 19 de junio de 1816 (en el que fue el año sin verano), en Villa Diodati, junto a lord Byron, Percy Shelley, Mary Shelley, la condesa Potocka y Matthew Lewis. Villa Diodati era considerado por Mary Shelley como un lugar culturalmente sagrado, en donde habían estado escritores como John Milton, Rousseau y Voltaire.
- Dicen que el personaje del vampiro está inspirado en lord Byron, del cual fue médico personal durante un tiempo, y a quien Polidori odiaba y consideraba una especie de “vampiro psíquico”.
- El relato fue publicado anónimamente, causando contradicciones a la hora de establecer su autoría, atribuyéndosele a lord Byron.
- En su primera edición, El vampiro apareció con el subtítulo de Un cuento de Byron. Eso no le gustó nada al poeta, que intentó subsanar la situación publicando el fragmento escrito por él mismo como complemento a su poema Mazeppa; el libro de Polidori tuvo una reedición detrás de otra y fue traducido al francés y al italiano.
SOBRE EL AUTOR
John William Polidori, nacido en 1795, fue un médico y escritor inglés de padre italiano. Con 16 años, empezó sus estudios de Medicina en la Universidad de Edimburgo y a los 19 leyó su tesis de licenciatura. En abril de 1816 se convirtió en el médico de lord Byron y su compañero de viaje.
Sin embargo, su verdadero afán fue destacar en el campo de las letras y labrarse una carrera literaria, como la de sus autores más admirados. Así se inició el período más intenso, pero también más desgraciado, de la corta biografía de este autor. Durante el trayecto por Europa, llevó un diario donde iba recogiendo todas las incidencias del viaje.
Algunas de sus entradas reflejan la vida bastante burguesa de la pareja de ingleses, aunque no se vislumbra una relación muy cercana, íntima, de verdaderos amigos, entre el poeta y el médico. De hecho, otros testigos dan fe de que, tras el acercamiento inicial, Byron se burlaba abiertamente de su joven médico, de su capacidad como profesional de la medicina, pero, sobre todo, de sus intentos por emular al insigne poeta, y criticó públicamente las piezas de teatro que Polidori escribió.
Polidori no disfrutó mucho de su éxito. Apenas publicó algunos poemas, más alejado de la influencia de Byron, y, a la manera romántica, se quitó la vida en 1821. No obstante, como siempre, no logró ser el romántico que fue Byron, quien se suicidó por unas deudas de juego y no, como debería haber sido, víctima de un amor imposible. (Por María Karla Pérez Romo y Odalis Sosa Dencause)
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