La ministra de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente de Cuba, Elba Rosa Pérez, demandó este sábado un mayor y más ambicioso liderazgo de los países desarrollados en el enfrentamiento al cambio climático.
Al intervenir en nombre del Grupo de los 77 y China en la reanudación del segmento de alto nivel para jefes de Estado y de Gobierno de la COP28, la titular señaló que el primer balance global del Acuerdo de París debe enfatizar en ese papel de las naciones avanzadas.
Subrayó que es su responsabilidad dada su participación histórica en las emisiones acumuladas de gases de efecto invernadero, así como por la disponibilidad de recursos y tecnologías con que cuentan para reducir sus emisiones.
Remarcó que resulta preocupante que, mientras urge aumentar la ambición climática, los países desarrollados persisten en sus elevados niveles de emisiones, cuando deben cumplir con su obligación de incrementar la acción y el apoyo al clima.
“El balance global del Acuerdo de París debe significar una presión real sobre los países desarrollados para cumplir con los compromisos que han asumido en materia de financiación climática en apoyo a los países en desarrollo”, dijo en otro momento.
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Manifestó que ni siquiera la meta de movilizar 100 mil millones de dólares anuales ha sido alcanzada, lo cual evidencia una profunda falta de solidaridad hacia miles de millones de personas que viven en naciones altamente vulnerables al cambio climático.
Pérez consideró que el balance global igualmente debe mejorar la aplicación de la convención en los contextos de desarrollo sostenible y de los esfuerzos por erradicar la pobreza.
Además, lograr volúmenes de financiamientos adecuados, accesibles y oportunos y proporcionar los medios de aplicación que necesitan los países en desarrollo.
“El reto actual en muchas de nuestras naciones reside en la doble tarea de hacer frente al cambio climático y perseguir el desarrollo sostenible”, aseguró, y agregó que a ello se suma la erradicación de la pobreza.
Nada de esto puede lograrse en los países en desarrollo si no cuentan con apoyo y asistencia, refirió.
“Todos debemos contribuir a desacelerar este fenómeno, pero no debe obviarse el principio de equidad y responsabilidades comunes, pero diferenciadas, y las capacidades efectivas a la luz de las distintas circunstancias nacionales”.
Destacó la necesidad de un marco que guíe la implementación de la meta global de adaptación e indique, explícitamente, la provisión de medios para fortalecer la capacidad de adaptación de los países en desarrollo.