Pocas veces un creador alcanza la honrosa distinción de ser profeta en su tierra. Por más amor que sienta por el terruño natal, las circunstancias de la vida en ocasiones le distancian del lugar donde masculló las primeras palabras y dio los primeros pasos. Quizá sea esa la razón por la cual Ulises Rodríguez Febles va de regreso a la tierra que le viera nacer con rostro tan satisfecho.
Los viajes que más disfruta son precisamente los que realiza acompañado de una numerosa comitiva que le secunda, para llevar las buenas nuevas a un poblado del que el dramaturgo matancero nunca se ha podido desprender y al que vuelve cada vez con nuevas ilusiones.
De ese amor surgió, hace 14 años, el proyecto Corazón Guamacaro KM 9, para mostrar a sus coterráneos la grandeza del arte y cómo puede transformar las mentes de las personas; incluso las que inician su existencia y se enfrentan por primera vez al mundo del teatro, o ríen límpidamente con las ocurrencias de un payaso.
Por eso todos esperan la comitiva que llega con el novelista y promotor cultural cada cierto tiempo, como aconteció en días pasados al iniciar su itinerario por la escuela primaria Fernando Planas, donde los estudiantes recibieron talleres sobre el juego Scrabble, el arte de prestidigitación, malabares, literatura, música, entre otras materias impartidas por los visitantes.
El metodólogo de Educación del municipio de Limonar, Félix Ernesto García, reconoce la importancia de la iniciativa para los 168 niños que cursan estudios en este centro. “Este proyecto los prepara para el futuro gracias a los diferentes talleres que reciben”.
Para Kenie Águila Rodríguez, bibliotecaria de la escuela, también reviste suma importancia, no solo para los estudiantes, sino además para la comunidad en general, al encontrarse tan alejados de la vida cultural que caracteriza a las grandes ciudades.
“Para los niños es un privilegio que desde hace muchos años los beneficia no solo en lo cultural, también en lo artístico. Al estar tan alejados de la ciudad, a veces no pueden disfrutar de un payaso, ni conocen el teatro. Gracias a esta idea podemos contar con artistas de primer nivel aquí en el Consejo Popular Horacio Rodríguez.
El proyecto comunitario Corazón Guamacaro Km 9 ha calado tan hondo en los habitantes de la zona, que la joven veinteañera Yittsy Lauzurique participa en cada presentación, donde siente la misma sensación de gratitud que le embarga hace tres lustros, cuando era apenas una pionera y asistía al nacimiento de este propósito tan humanista.
“Desde pequeña he presenciado este maravilloso proyecto que ha llegado hasta aquí, y gracias al cual muchísimos niños han podido disfrutar de magos, payasos, músicos, actores. Estoy muy agradecida de que 15 años después los niños de esta zona aprendan y se diviertan como mismo lo hice yo”.
Luego de culminar la actuación en la escuela, la brigada artística liderada por Ulises Rodríguez Febles se dirigió hasta la cooperativa Ramón Martell, donde los campesinos de la zona disfrutaron de las diversas propuestas culturales. Hasta el Hogar de Abuelos también llegó una representación del elenco.
Este proyecto, además de propiciar el intercambio entre lo urbano y lo rural mediante talleres y funciones, según explica Rodríguez Febles, contribuye a la defensa, investigación y difusión del patrimonio rural del Valle de Guamacaro, zona paradigmática entre la ruralidad matancera por la riqueza cultural e histórica que atesora.
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