El 16 de julio de 2014 fue el último día de vida de cuatro niños palestinos que jugaban al fútbol en una playa de Gaza. Otros doce niños resultaron heridos. Según la televisora alemana DW basada en despachos de las agencias cablegráficas DPA y EFE testigos aseguraban que uno de los misiles disparados por barcos de la Marina israelí, se dirigió directamente contra los niños e incluso los habría seguido hasta matarlos.
La información despertó un extraordinario rechazo internacional. La Red de Intelectuales, Artistas y Movimientos Sociales en Defensa de la Humanidad, RED EDH, denunció la agresión israelita, llamó a la solidaridad con el sufrido, martirizado durante años, pueblo palestino, y convocó a sus miembros a adherirse al pronunciamiento para detener el genocidio.
El capítulo cubano de la RED, dirigido por el intelectual cubano Omar González, hizo llegar la declaración al Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, líder histórico de la Revolución Cubana, quien de inmediato sumó su firma a la de intelectuales y políticos que repudiaban el crimen, tras lo cual, miles de personas en Cuba y el mundo, se posicionaron en defensa de Palestina. Al paso de los días más de 342 mil artistas, académicos, líderes y activistas sociales y miembros de organizaciones e instituciones de más de 50 países suscribieron el texto, que repudiaba al Estado fundado sobre el despojo y la ocupación colonial y condenaba el rol de Estados Unidos, cuyo gobierno apoyaba –como lo hace hoy– política, financiera y militarmente a Israel, al tiempo que se verificaba una insólita inacción por parte del Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas. La RED subrayaba que Estados Unidos mostraba su hipocresía y cinismo de siempre, sustentados en presiones, amenazas, sanciones e intervenciones contra los pueblos que defendían su soberanía.
Cuando Fidel firmó su apoyo a Palestina en aquel llamamiento de 2014 lo hizo con la coherencia, indignación y profundos sentimientos solidarios mantenidos a lo largo de toda su vida. De modo invariable defendió el derecho de los pueblos a resistir, a insurreccionarse contra la opresión. En su alegato La historia me absolverá, Fidel lo fundamentó jurídicamente en la tradición misma del Derecho burgués. Tras el triunfo de la Revolución Cubana, en innumerables ocasiones, tanto en el seno del Movimiento de Países No Alineados, la Organización de Naciones Unidas, como en reuniones y congresos de carácter internacional, alzó su voz en favor de la lucha liderada por el extraordinario combatiente Yasser Arafat y también después, cuando él ya no existía físicamente.
Con su habitual lucidez y justeza política, Fidel recordaba el holocausto judío durante la Segunda Guerra Mundial, el dolor, la discriminación, la barbarie sufrida por el pueblo hebreo víctima del nazismo alemán, del fascismo en Europa, y a renglón seguido, señalaba que no existía nada más parecido que lo que sufría el pueblo palestino por las políticas criminales del imperialismo estadounidense y las potencias de Europa occidental en apoyo al Estado colonialista, racista, sionista de Israel.
El 6 de agosto de ese propio año 2014, Fidel publicó en el diario Granma, una de sus columnas de opinión conocidas como Reflexiones, bajo el título “Holocausto palestino en Gaza”, en la que se preguntaba cómo si el genocidio de los nazis contra los judíos cosechó el odio de todos los pueblos de la tierra, podría esperar Israel que el mundo fuera insensible al macabro genocidio que se cometía en tal momento contra el pueblo palestino.
Y aunque Fidel entonces denunciaba la “bochornosa y criminal guerra de la Franja de Gaza, un pedazo de tierra donde vive la población de lo que ha quedado de Palestina independiente, hasta hace apenas medio siglo” y la postura auspiciadora y cómplice del imperio estadounidense, esto último seguramente no lo sorprendía.
El 26 de septiembre de 1960, en su discurso ante la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas, había afirmado que los enemigos del desarme y la paz eran: “los que quieren mantener las colonias, los que quieren mantener sus monopolios, los que quieren conservar en sus manos el petróleo de Medio Oriente, los recursos naturales de América Latina, de Asia, de África; y que para defenderlos necesitan la fuerza […] Como los cuervos –dijo- los monopolios se nutren de los cadáveres que nos traen las guerras”.
En aquella histórica intervención de más de cuatro horas, el líder revolucionario cubano evidenció una incongruencia como la de no aceptar en la ONU a la República Popular China y por el contrario, admitir la de representantes “de Franco, de España […] aquel régimen, que fue la consecuencia del nazismo alemán y del fascismo italiano, que tomó el poder con el apoyo de los cañones y los aviones de Hitler, y de los “camisas negras” de Mussolini…”.
Afirmaba que el Gobierno de Estados Unidos no podía estar con las colonias que quieren liberarse, porque era aliado de los colonizadores.
“Es decir –aseveraba- están con Franco, con la colonización de Argelia, con la colonización del Congo, están con el mantenimiento de sus privilegios e intereses en el Canal de Panamá, con el coloniaje en todo el mundo. Están con el militarismo alemán y con el militarismo japonés, con el resurgimiento del militarismo japonés.”
Y proseguía: “El Gobierno de Estados Unidos se olvida de los millones de hebreos que fueron asesinados en los campos de concentración de Europa por los nazis que recuperan su influencia en el ejército alemán. Se olvidan de los franceses que fueron asesinados allí en su heroica lucha contra la ocupación. Se olvidan de los soldados norteamericanos que murieron en la línea de Sigfrido, en el Ruhr, o en el Rhin, o en los frentes de Asia. No pueden estar con la integridad y la soberanía de los pueblos ¿Por qué? Porque necesitan cercenar la soberanía de los pueblos para mantener sus bases militares […]”.
Los planteamientos de Fidel hablaban sobre el olvido del sufrimiento del pueblo hebreo y de la traición a los propios soldados norteamericanos que lucharon contra el fascismo por parte de los Estados Unidos. Es lo que explica la política actual del gobierno de ese país, en su apoyo a Israel contra el pueblo palestino. Fidel preludió: “Pienso que una nueva y repugnante forma de fascismo está surgiendo con notable fuerza en este momento de la historia humana, en el que más de 7 000 000 000 de habitantes se esfuerzan por la propia supervivencia”.
El Comandante relacionó la situación palestina de 2014 con el destino de la humanidad y los peligros que se vislumbraban y advirtió: “Cuando la Gran Guerra Patria los ciudadanos rusos defendieron su país como espartanos; subestimarlos fue el peor error de los Estados Unidos y Europa. Sus aliados más cercanos, los chinos, que como los rusos obtuvieron su victoria a partir de los mismos principios, constituyen hoy la fuerza económica más dinámica de la tierra. […] Veintiséis millones de rusos murieron en la defensa de la Patria contra el nazismo. Los combatientes chinos, hombres y mujeres, hijos de un pueblo de milenaria cultura, son personas de inteligencia privilegiada y espíritu de lucha invencible, y Xi Jinping es uno de los líderes revolucionarios más firme y capaz que he conocido en mi vida.”
En su análisis mencionó también la emergencia de un grupo de países como los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) en la conformación de un mundo multipolar auspicioso para las preteridas y empobrecidas naciones del sur, y la realidad que, a su vez, implica un cambio trascendente a nivel global al enunciar que los países quieren yuanes y no dólares para adquirir bienes y tecnologías e incrementar su comercio.
Alertó sobre la incapacidad casi total de Estados Unidos para enfrentar los problemas del mundo y el hecho de que la especie humana se encontraba viviendo una etapa sin precedente en la historia y avizoraba: “Un choque de aviones militares o naves de guerra que se vigilan estrechamente u otros hechos similares, pueden desatar una contienda con el empleo de las sofisticadas armas modernas que se convertiría en la última aventura del conocido Homo sapiens”.
En su trabajo, el líder revolucionario cubano hizo un recuento histórico hasta llegar a la situación que vivía Palestina en 2014. Ante la tragedia, se preguntó si se esperaba que fuera ignorada cuánta complicidad existía por parte del imperio norteamericano en la desvergonzada masacre. Transcurridas unas semanas de la Operación “Margen Protector” con que Israel agredió a la Franja de Gaza durante aquel verano de 2014, más de 2000 palestinos habían muerto.
Para describir el horror, Fidel citó al ministro de Exteriores de Francia Laurent Fabius, quien había declarado que el derecho de Israel a la seguridad no justificaba la “masacre de civiles que está perpetrando”. (Así como hoy se repite en Gaza).
Devastación tras bombardeo israelí sobre el campo de refugiados de Bureij, en la Franja de Gaza. Foto: AP.
En su condena, Fidel alertaba: “Pienso que una nueva y repugnante forma de fascismo está surgiendo con notable fuerza en este momento de la historia”.
¡Viva Palestina Libre!
Transcurridos siete años de la desaparición física del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, y a casi diez años de que publicara aquel artículo en Granma, la situación del pueblo palestino es verdaderamente dramática en la actualidad; no vive un conflicto armado, enfrenta la política de exterminio y tierra arrasada aplicada por el Estado sionazi de Israel, que en apenas unas semanas ha ocasionado la muerte de más de 5 600 niños; bombardeado hospitales y escuelas; atacado ambulancias; asesinado 3 550 mujeres y ancianos inermes, cortado los suministros de agua, alimentos, medicinas y electricidad y negado el paso a la ayuda humanitaria. La cifra de palestinos muertos sobrepasa los 14 000, la de heridos más de 25 000; es incontable el número de personas desaparecidas bajo los escombros. Doscientos médicos y profesionales de la salud, fueron ultimados a sangre fría por negarse a abandonar a sus pacientes en terapia intensiva y neonatología. Sobre la franja de Gaza se han lanzado más toneladas de bombas que en Hiroshima y Nagazaki. La agresión israelí pretende silenciar la voz de los periodistas y ya asesinó a 60 profesionales de la prensa, que trabajaban plenamente identificados con cascos y chalecos.
La situación internacional se ha tornado aún más compleja desde que Estados Unidos y Europa occidental, precisamente en 2014, auspiciaron la instauración de un régimen fascista en Ucrania que ubicó luego las fuerzas de la OTAN en las fronteras mismas de Rusia, lo que dio lugar años después a la Operación Especial de Rusia en defensa de las poblaciones del Dombass y de su propia existencia como nación.
El grupo de países BRICS se ha ampliado a otras naciones de manera fundamental y la República Popular China, persistentemente calumniada y agredida por Estados Unidos, avanza ostensiblemente en el proyecto que rescata del tiempo la Ruta de la Seda.
Mientras tanto, no sólo en el terreno de las agresiones y la guerra, sino también en el de las fuerzas políticas se verifica en muchas partes, un auge de la ultraderecha fascista, fenómenos como el de Trump en Estados Unidos, Bolsonaro en Brasil y ahora el de Milei en Argentina, corroboran las palabras de Fidel: “una nueva y repugnante forma de fascismo está surgiendo con notable fuerza en este momento de la historia”.
Pero es también, como él predecía al evaluar la situación mundial como la de mayores posibilidades, el momento de la movilización de los pueblos del mundo en solidaridad con Palestina: Egipto, Yemen, Bangladesh, Qatar, Pakistán, Jordania, Iraq, Irán, Indonesia, Reino Unido, Francia, Alemania, España, Italia, Bélgica, Venezuela, México, Uruguay, Chile, el propio Estados Unidos y Cuba, entre otros tantos.
Aquí en barrios, pueblos y ciudades el pensamiento humanista y antifascista de Fidel está vivo. Su voz multiplicada se escuchó el jueves 23, en el Malecón habanero, colmado por estudiantes, jóvenes, trabajadores, médicos, maestros, pueblo unido contra la barbarie israelí y por la paz y la justicia para Palestina. Ondearon las banderas en esta isla indómita junto al azul del Caribe por ¡Palestina Libre! ¡Pueblo en lucha solidaria, el mejor homenaje de los cubanos para su Comandante en Jefe de la historia!
(Tomado de Centro Fidel Castro Ruz)