¡Oh, Nocturno! Cuántos recuerdos, anécdotas, citas de amor se agolpan en la mente al invocar tu nombre. Desde hace 57 años tus fieles seguidores, varios transitando a estas alturas la séptima década de vida o quizá más, esperábamos como locos en tus inicios allá por 1966 para disfrutar tus románticos temas musicales.
Entre los recuerdos destaca mi etapa de estudiante, en la Secundaria Básica Bonifacio Byrne, situada en el entonces Reparto San Rafael, cerca del desaparecido Ateneo Deportivo, en esta ciudad de Matanzas. Uno de nosotros escuchó, en el citado año, el nombre de un nuevo programa musical, Nocturno, y ya a la semana todo el estudiantado sintonizaba ese espacio de Radio Progreso.
Comenzamos a identificar a cantantes y agrupaciones y nos convertimos en fans de Los Brincos, Los Pasos, Los Havalollas, The Beatles, Los Bravos, Cristina y los Stops, Petula Clark, Tierra, viento y fuego, Rafael, Nino Bravo…
Casi una hora deleitándonos de buenas melodías, con letras y estribillos pegajosos, que no por simples, en algunos casos, caían en lo cursi, en la pobreza de lenguaje, tal como hoy en día se escucha por ahí en ciertas composiciones exitosas, incluso hasta en ómnibus, y lo más lamentable, a todo volumen.
Nocturno es igual a pop, beat, rock, balada…, y en cada emisión aparecían nombres nuevos: Dyango, Aretha Franklin, The Supremes, José Luis Perales, los Jackson Five, del que surgiría y realizaría su vida artística en solitario Michael Jackson…
Pues bien, como era época de Escuelas al campo, tanto la Bonifacio Byrne como Cándido González (localizada en la barriada de La Playa) y la Ramón Mathew (en la zona de Matanzas Oeste), partíamos hacia diferentes municipios de la provincia para realizar labores agrícolas: Perico, Jovellanos, Pedro Betancourt, Jagüey Grande… Además, con la mía estuve también en Remates de Guanes, en Pinar del río.
Siempre nos dividían en grupos, tres o cuatro, según la cantidad de alumnos asistentes. Como no disponíamos de suficientes radios, las mejores brigadas en las tareas asignadas –ensaque de papas, recogida de frijoles, de frutales, etc.–, recibían en préstamo rotatorio uno de esos equipos para escuchar nuestro programa musical favorito. Por tanto, se establecía una fraternal emulación.
Casi siempre, para no ser absolutos, la brigada que dirigía el profesor de Español, Roberto Vázquez Pérez (quien escribe esta crónica sería, a partir del año 1971, su colega en el periódico Girón como corrector de galeras), obtenía el primer lugar en la misión encomendada. Entre otros, la integraban José Ramón Rodríguez, Alejandro y Eusebio Ventosa, Nicolás Domé Piqué, Pedro Tápanes, Eslinda y Esla Quero, Sonia, María Monteagudo, Mariíta, Magdalena, Magdalina, Julio Navarro Vilaró, Francisco Ramírez, los Boulet (Gerardo y los hermanos Rogelio y Jorge), Agustín Nuño, Mario Buides, Mario Silveira, Miguel Beoto…
Nocturno nos hacía soñar, recordar o hacer alguna conquista por medio de la letra de una canción que alguien del aula supiera dedicar con pocas palabras.
Sin embargo, en la actualidad ese espacio ha perdido parte de su esencia, que es la de la Década Prodigiosa. En estos últimos tiempos se incluye a cantantes cubanos y extranjeros cuyos géneros no tienen que ver con el perfil primigenio del programa. Ni mucho menos es que estemos en contra de Haila, Ivette Cepeda, Buena Fe, Amaury Pérez y otros, todos muy populares y de probada calidad artística, con numerosos fans dentro y fuera del país, pero ellos pueden ser escuchados en otros espacios musicales de esa propia emisora.
Es insólito que le dedicaran dos programas completos al magnífico intérprete mexicano Vicente Fernández. Tampoco tenemos reserva alguna a propósito de las canciones rancheras o boleros-rancheras, pero ese horario de las 8:30 de la noche en RP debe ser reservado para los géneros según los cuales fue concebido.
Ahora bien, si la intención de Nocturno es la de incluir cantantes cubanos, tiene la posibilidad de incorporar a Maggie Carlés, Los Dan, Osvaldo Rodríguez, Los 5 u 4, Dany Puga y Los Barbas, inmerecidamente olvidados.
He aquí una pequeña nuestra del Noctuno inicial: “Yo soy aquel”, diría Rafael; “Si tú me quieres hazme una señita”, exclama Roberto Jordán; “¿Y quién es él?”, pregunta José Luis Perales; “Yo sé muy bien”, interviene Charles Aznavour; “No te duermas en el Metro”, recomienda Cristina; “Todos los momentos que pasé junto a ti”, recuerdan Los Ángeles; “Sí, fue con la mulata en la pista”, aclara Boney M; “Juntos felices””, interviene de nuevo Jordán y amplía “Es la muchachita, de los grandes ojos café, qué linda es…”; “No, no, esa no soy yo”, riposta Mari Trini.
En tanto, Los Mustang bromean y dicen que todo no es más que “globos rojos”, y acota Nino Bravo que “es el viento nocturnal el que los eleva”, pero riposta Cristina y expresa que levantaron vuelo “gracias a sus Molinos al viento”. Por su parte, José José argumenta que partieron en “la nave del olvido” y recuerda Leonardo Fabio: “Fuiste mía un verano”, en tanto la Massiel risueña dice “La, la la la…”; y agrega “Canciones que van por el aire, en busca de algún corazón”. Y concluyen Los Bravos: “Los chicos con las chicas quieren bailar”…
Todos esos intérpretes o agrupaciones musicales alegraban nuestras noches en las jornadas de Escuelas al Campo o en nuestros propios hogares, o en el de algún amigo.
No es que Noctuno se estanque con los mismos intérpretes, pero sí que se nutra de vocalistas que cultiven los géneros originarios. Vale la pena que le dediquen programas a cantantes que han sido puntales, como el dedicado a Nino Bravo, y el más reciente a Julio Iglesias en su aniversario 80 de vida.
Disfrutamos con añoranza las interpretaciones de Juan y Junior, Rita Pavone, Silvana Di Lorenzo, Nelson Ned, Joe Dassin… Como queda demostrado, vocalistas de lengua diferente al español cantaron en ese idioma, que incluye además a Matt Monro. Hervé Vilard, Tony Ronald, José Augusto…
Precisamente, para finalizar recurrimos a una frase musical de Puga, que utilizamos para destacar la admiración del Nocturno de la Década Prodigiosa: “Volverás, volverás, ven, yo te necesito”, y agrega Monroe “Quizás no supe hablar cuando debí”, pero a seguidas agrega “No puedo creer que es verdad que tanta felicidad haya llegado hasta mí”… Si se vuelve a retomar la esencia del Nocturno primigenio, que es el que solo se transmite los miércoles, cobrarán sentido sus ruegos.
“Ven a cantar, a bailar a soñar”, acotan los Fox Top, en el tema de presentación de ese día de la semana.
Nocturno, 57 años y más, con melodías que nos harán recordar o soñar…
(Por: Fernando Valdés Fré)
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