Un contingente de trabajadores eléctricos se constituye en la provincia de Matanzas para ayudar a contrarrestar daños ocasionados por el huracán Idalia en Pinar del Río.
Informó José Alejandro Rodríguez Azpeitia, director de la Empresa Eléctrica Matanzas, que el grupo lo integran 65 personas entre linieros y especialistas, y que se prevé la salida para la región pinareña este miércoles, si las condiciones lo permiten.
Marixma Millares, directora del Centro Meteorológico Provincial de Matanzas, explicó a la Agencia Cubana de Noticias que en la red de estaciones de la provincia, en las últimas tres horas, con cierre 8:00 de la mañana, solo reportó lluvia Playa Girón, con 3,0 milímetros.
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En el territorio se resguardaron en lugares seguros unas siete mil cabezas de ganado, frente a posibles inundaciones de áreas vulnerables, así como 200 toneladas de semillas y cerca de 120 mil huevos de la empresa avícola.
Ante los pronósticos, se aprobó el adelanto de la canasta básica a partir de este martes a 16 bodegas y seis asentamientos de Ciénaga de Zapata y Unión de Reyes, y en el resto de los lugares se mantiene la distribución regular de los productos.
Según el aviso de ciclón tropical número 14, emitido por el Instituto de Meteorología sobre Idalia, durante la madrugada de hoy ganó en organización e intensidad mientras se encontraba sobre el sudeste del golfo de México, convirtiéndose en el tercer huracán de la actual temporada ciclónica.
Las bandas de alimentación de este organismo se mantienen afectando con chubascos, lluvias y tormentas eléctricas a las provincias desde Pinar del Río hasta Mayabeque, incluyendo el municipio especial Isla de la Juventud, las que han resultado fuertes e intensas en algunas localidades.
Esate comentario lo colgué en otro sitio. Muchos éxitos al contingente de trabajadores eléctricos que parten en labor solidaria hacia Pinar del Río. Es habitual, pero no por habitual, más loable, esta conducta altruista y desinteresada de estos muchachos. Pero, es conocido que cualquier evento meteorológico provoca grandes afectaciones, sobre todo al servicio eléctrico, y cuando su impacto sobre el territorio en cuestión termina, hay que resarcir los daños, hay que recuperar, hay que restaurar las condiciones de vida de los damnificados, en especial, el servicio eléctrico. Hay una lectura extra. ¿Estamos realmente tomando acciones preventivas para controlar o minimizar el impacto de la afectación de estos eventos al sistema eléctrico? Hay suficiente percepción del riesgo, se identifican correctamente causas y condiciones que propician la avería, se conocen en detalle las consecuencias. Como se relata, un liniero expone que gran parte del trabajo consiste en «…levantar postes que se caen por las características de terreno. Al no haber mucha piedra, los postes no quedan con la fortaleza …, y eso cualquier viento lo tumba. Entonces, fundamentalmente postes y líneas de transmisión acaparan los mayores daños». Y, al caerse el poste, tumba y enreda las líneas de trasmisión, se rompen los aisladores, caen y se averían los transformadores, etc. Porque, sobre todo y ante todo, cualquier análisis debe incluir el gran gasto de recursos que significa la recuperación, frente al gasto (mucho menor) de ejecutar la instalación, su mantenimiento, reparación o reposición con la calidad requerida y en esa cuerda, incluyendo acciones que controlen o minimicen el impacto de los eventos meteorológicos, asegurar mejor la estructura base de la línea aérea, para que no se caiga, y no tengamos o sea mínima la afectación. Un circuito, con un poste caído o partido, se repone el poste, un transformador dañado, es posible de reponer, cables que se soltaron de su amarre a los aisladores, es fácil de corregir el problema, pero cuando son kilómetros de línea en el suelo, miles de aisladores averiados y cientos de transformadores rotos, la avería es catastrófica, el tiempo y los recursos a amplear en la recuperación se magnifican.