Hace apenas unos días se volvieron tendencia en Twitter las palabras Ecumene Aztec. El motivo era un debate alrededor del anuncio del desarrollo de un videojuego ambientado en el período de la conquista española en el actual México.
La obra, a cargo del estudio polaco Giantscraft Games, nos propone asumir el rol de un guerrero azteca que pelea solo una especie de guerra de guerrillas usando todas las herramientas a su alcance para diezmar las fuerzas españolas y liberar a sus compatriotas. Para los conocedores de los videojuegos, la experiencia tiene muchos puntos de contacto con la saga Assassin’s Creed del estudio francés Ubisoft Entertainment, ya que su jugabilidad se centra en el sigilo y el asesinato.
En los fragmentos mostrados, Ecumene Aztec nos muestra una representación poco pintoresca de las ciudades aztecas que, sumado a las armas y la vestimenta usada por el protagonista, acabamos por pensar que el juego será más fiel a ciertas películas de Hollywood que a la historia real de dicha civilización.
Pero el debate en redes sociales no iba de mecánicas ni de ambientación, sino de algo mucho más ridículo: el respeto al período histórico que se narra.
En este sentido, cientos de usuarios salieron a defender que lo que se representa en el juego es una visión distorsionada de la conquista, porque realmente los españoles eran los salvadores y los aztecas eran una especie de demonios paganos o algo por el estilo.
Llegado este punto, reaparece el término de “Leyenda Negra Española”, una teoría que asume que es solo un efecto de la propaganda descolonizadora de los países latinoamericanos el hecho de que los conquistadores ibéricos se hayan mostrado históricamente como crueles, intolerantes, tiránicos, oscurantistas, vagos, fanáticos, avariciosos y traicioneros.
La definición nos muestra cómo se intenta lavar la imagen de la presencia europea en el continente americano, proceso que se sostiene sobre el desconocimiento, el oportunismo político y un nacionalismo que roza con lo absurdo.
El polémico juego de matar españoles pic.twitter.com/U4SMrOm4wH
— MAYORCETE (@mayorcete) June 6, 2023
Es cierto que los aztecas eran una sociedad guerrera y tenían un sistema propio de esclavitud, similar al griego, pero esto no puede servir de excusa ante la crueldad inhumana con la que fueron tratados los nativos americanos por parte de los colonizadores.
Al respecto, el Padre Bartolomé de Las Casas, en su obra testimonial Historia de las Indias, reconoció lo siguiente: “(…) Decid, ¿con qué derecho y con qué justicia tenéis en tan cruel y horrible servidumbre aquestos indios? ¿Con qué autoridad habéis hecho tan detestables guerras a estas gentes que estaban en sus tierras mansas y pacíficas (…)? ¿Cómo los tenéis tan opresos y fatigados(…) que de los excesivos trabajos que les dáis incurren y se os mueren, y por mejor decir, los matáis por sacar y adquirir oro cada día?”.
Es curioso cómo a muchos herederos y fanáticos de los opresores les molesta que estos sean representados, en obras de ficción, como los malvados que fueron. Basta con que un simple videojuego de un estudio pequeño ponga a los colonizadores en el lugar que les corresponde para que la ranciedad política se haga presente.
Clase rápida de historia en 1 twit pic.twitter.com/JICQ5hhGkw
— MAYORCETE (@mayorcete) June 6, 2023
El estreno de Ecumene Aztec está previsto para 2025, así que falta mucho todavía para poder comprobar el resultado final. Lo que sí no puede suceder es que sirva de excusa para negar la colonización y el saqueo que sufrieron nuestros pueblos. Nunca olvidaremos que la opulencia europea en América se edificó sobre sangre indígena.