Defender lo público, una vez más

Si una empresa, establecimiento o timbiriche estatal no funciona, no es rentable o simplemente es de pésima calidad, una opción lógica a primera instancia sería su arrendamiento o privatización. Ejemplos positivos de este cambio radical podemos encontrarlos por decenas en todo lo ancho y largo de la geografía matancera.

Me refiero a ese restaurante feo y sucio que solo ofertaba arroz con unas croquetas incomibles, ahora resplandeciente tras una costosa remodelación, en cuyo menú podemos hallar platillos de la más alta cocina. ¿Y qué me dicen de ese cuartucho, donde reparaban electrodomésticos, que de la nada se convirtió en un exitoso taller de reparación de celulares?

Puesto así todo es provechoso, hasta que entramos en el tema precios. Lo que antes por norma debía mantener un precio asequible para la población, ahora debe enfrentarse a la ley de oferta y demanda en medio de una economía en crisis. Esto provoca que el servicio en cuestión se vuelva inaccesible para las familias de bajos ingresos.

Para analizar esta problemática lo primero es separar, en el plano simbólico, lo estatal de lo público, aunque en nuestra constitución sean sinónimos. Ello serviría para lograr mayor conciencia de propiedad sobre aquello cuyo deber fundamental es prestar servicio al pueblo.

Lo público es de todos, sin entrar en definiciones de naturaleza infantil, porque su objetivo consiste en satisfacer nuestras necesidades sin dejar de ser rentable. Algo que puede parecer una limitación pero realmente es una ventaja, ya que no subordina la gestión a la generación de ingresos.

El socialista español Rafael Simancas escribió en un artículo para la página Sistema Digital que: “Solo la titularidad y la gestión pública de los bienes públicos y preferentes aseguran la ausencia de discriminación en su acceso.

“Dicho de otro modo: la garantía de los derechos y las libertades que consideramos inherentes al carácter democrático de una sociedad obliga a excepcionar la asignación por parte del mercado de determinados bienes y servicios esenciales”.

Como mismo es inconstitucional e impensable privatizar la Salud pública cubana o cualquiera de nuestras escuelas, debería defenderse el resto de las instituciones públicas del país. Deben analizarse objetivamente las causas de su mal funcionamiento y crearse alternativas, para que su privatización o arriendo sean las últimas opciones posibles.

Llegado este punto, es válido preguntarnos ¿a quién beneficia el cierre de un establecimiento público? Si este tipo de operaciones en el mundo entero cuenta con su buena dosis de corrupción, ¿no estamos expuestos nosotros también a situaciones similares?

Un amigo argentino, militante de la Federación Juvenil Comunista de Argentina (Fede), me contaba que en Córdoba llevan años luchando por evitar la privatización de una cooperativa agraria, la cual brinda empleo y sostén a 400 trabajadores; además de articular el desarrollo productivo con el económico a nivel local y regional, lo que le permite mantener precios asequibles y defender la comunidad ante la inflación y devaluación de la moneda.

Hagámonos partícipes y responsables de lo que nos pertenece por lo que compartimos como sociedad. Nos toca defender, una vez más, la gestión eficiente de lo público ante la solución privada.

Para cerrar debo volver a Simancas: “La crisis nos enseña que los recortes en las políticas públicas, lejos de proporcionarnos libertad de elección, debilitan las capacidades colectivas para proporcionar seguridad, igualdad de oportunidades, desarrollo personal y bienestar a la gran mayoría de la población”.

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Sobre el autor: Boris Luis Alonso Pérez

2 Comments

  1. es preocupante la tendencia a la privatización de todo en Matanzas sin parar los precios excesivos y superabusivos y el desvío y descontrol de los recursos estatales que hay. Conozco una doctora MGI de Matanzas que viaja mucho a ver a su mamá en Jaguey ya mayor y me dice no puedo más entre los precios de medicamentos q autorizaron importar sin margen comercial las Mipimes de venta de espejuelos importados en pleno Parque de Las libertad frente a Gobierno y Partido a 5000 pesos MN y lo que cobran motores y carros a veces sin licencia para transportista…y yo que estudié tanto sólo ganó 5800 pesos…es que nadie se da cuenta de lo que estamos haciendo con la conciencia del pueblo y de los trabajadores estatales …con todas esas aprobaciones de economía capitalista. Yo sigo creyendo en el socialismo pero parece que algunos dirigentes de la provincia no…su actuar no es consecuente con su discurso y es una lastima porque el pueblo sufre y pierde esperanzas.

  2. Estoy de acuerdo con lo expresado por usted en este artículo, pienso que la defensa de lo público debe ser más contundente desde el mismo Estado, pero hay que defender también el espacio público, si, el físico, el que comprende calles, aceras, espacios comunes de edificios y de instituciones, etc, hay que defender a los ciudadanos de la agresión acústica y de la violación de las leyes que regulan la contaminación sonora, cerca de mi casa funciona desde hace meses un local particular conocido como «El Cafetazo»…de los precios ni hablar.., de forma descarada y provocativa ponen música, todos los días, hasta la madrugada, no dejan dormir a los vecinos, en varias ocasiones nos hemos quejado personalmente con el responsable del local, por vía digital se han hecho denuncias a la fiscalía, se ha llamado a la policía, se ha planteado a la delegada y es esta lo ha tramitado con el gobierno municipal y con el jefe de sector de la PNR y hasta ahora nadie ha hecho nada, la verdad que ya no sabemos qué más podemos hacer, le pido, por favor, que, si usted pudiera haga un reportaje sobre este asunto, si quiere puede consultar a Leonor Fariña Portela, periodista jubilada que es mi vecina, también a la compañera Norma profesora de la universidad Camilo Cienfuegos, a otros vecinos de los pisos altos del 14 plantas, especialmente los que vivimos hacia el extremo oeste del mismo, me puede consultarme también a mí que siendo un jubilado tengo que levantarme de lunes a viernes a las 5 y 30 de la mañana para ir a mí trabajo, que como paciente de un cáncer de colon necesito dormir para poder vivir un poco más y no puedo hacerlo, mi nombre es Enrique, trabajé 21 años como funcionario de la esfera agroalimentaria del CP del PCC y vivo al lado de Leonor Fariña Portela, espero que pueda ayudarnos.
    Gracias

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