De los hechos relacionados con la invasión por las playas Larga y Girón suele publicarse diversidad de contenidos por estos días cada año. Sin embargo, existen detalles menos divulgados que pueden llamar la atención de los interesados en la temática.
Uno de esos aspectos sobre la victoria de Girón que probablemente una menor cantidad de personas conozcan tiene que ver con la participación de Fidel Castro. Es popularmente sabido que el líder de la Revolución estuvo cerca de los combates. Pero menos se conoce que durante el enfrentamiento viajó dos veces a Matanzas, a la zona del conflicto.
Después de recibir informaciones sobre el desembarco en Bahía de Cochinos e impartir órdenes desde La Habana, Fidel se trasladó a Matanzas el 17 de abril. Transitó por la ciudad cabecera, Limonar, Coliseo, Jovellanos, Jaguey Grande y llegó al central Australia en la tarde de ese día.
Allí organizó las acciones y avanzó al poblado de Pálpite, más próximo a las líneas enemigas en playa Larga.
Los historiadores Eugenio Suárez y Acela Caner han explicado que, gracias a sus múltiples recorridos por la Ciénaga de Zapata desde 1959, Fidel sabía de un camino poco transitado que salía a dos kilómetros al oeste de playa Larga. De tal modo, comenzó a preparar una operación para, por ese lugar, salir a la retaguardia de playa Larga. Previó ejecutar el plan en horas de la madrugada del 18 de abril.
No obstante, después de recibir reportes de un supuesto desembarco paralelo por Bahía Honda, al occidente de La Habana, decidió regresar para ponerse al frente de la defensa de la principal urbe cubana.
Era de madrugada cuando el líder revolucionario arribó al Vedado capitalino el 18 de abril. Pasó esa jornada y parte de la del 19 emitiendo órdenes a los oficiales que combatían en Matanzas. Lo del desembarco en Bahía Honda resultó ser una falsa alarma, una maniobra de distracción enemiga.
Fidel salió para Matanzas el 19 de abril por segunda vez. Asumió la dirección estratégica de las acciones en el terreno y llegó hasta las arenas cuando los atacantes intentaban replegarse.
Aunque había dejado indicada la zona por la que las fuerzas cubanas podían colocarse en la retaguardia invasora en playa Larga, el día 18 no se concretó el movimiento táctico, por falta de conocimiento topográfico. Ello prolongó la resistencia enemiga.
En criterio de los mencionados historiadores y de Katiuska Blanco, biógrafa del Comandante en Jefe, entre otros, si Fidel no hubiera tenido que viajar a La Habana, la victoria habría ocurrido en más corto tiempo aún.
(Por: Ariel Pazos Ortiz / CubaSí)