Siete años transcurrieron desde la inauguración de la entonces Galería del Béisbol matancero, un espacio ideado para encumbrar a las más excelsas figuras del pasatiempo nacional en la provincia de Matanzas, y que constituyó la génesis del actual Salón de la Fama Palmar de Junco, instalación única de su tipo en Cuba, enclavada en el mítico estadio Monumento Nacional.
Elena González Méndez, directora del proyecto de desarrollo local Palmar de Junco, recuerda los instantes primeros de una “aventura” que, después de la exaltación del 6 de febrero último, alcanzó la mayoría de edad al incorporar, en calidad de homologados, a todos los cubanos presentes en Halls de la Fama de todo el mundo.
Surgió inicialmente para evocar a peloteros del territorio, pero con el paso del tiempo valoramos la posibilidad de sumar también a inmortales del resto del país, una decisión que cambió la visión que las personas tenían del lugar, cuenta.
González Méndez repasa el decursar del Salón y las distintas exaltaciones con la misma pasión que una madre habla de sus hijos, reconoce las vicisitudes económicas durante y después de la etapa pandémica y cuánto queda por trabajar en el afán de generar ingresos y sostener un sitio no institucionalizado, que se nutre principalmente del presupuesto de la dirección local de Deportes.
Con vistas a celebrar el año próximo el aniversario 150 del primer juego de béisbol en los terrenos del Palmar de Junco pretendemos acometer una serie de transformaciones en la infraestructura del parque, ampliar los servicios y concretar alianzas con Cubadeportes y el Ministerio del Turismo para recuperar el terreno perdido en materia económica, comenta la directora.
Asegura que, pese a las dificultades en el último trienio, el sagrado recinto ha mantenido el rigor en los procesos de elección, con comités de electores y de veteranos que prestigian historiadores y periodistas de la talla de Alfredo Santana y Francisco Pancho Soriano, este último Premio Nacional de Periodismo, entre otros.
Santana, por su parte, considera que la primera exaltación, materializada en 2017 con el encumbramiento de Silvio García, Gaspar “Curro” Pérez y Rigoberto Rosique, repercutió de manera especial y sentó un gran precedente para el resto de los procesos que se desarrollaron con el paso de los años.
Inclusive un tiempo después los familiares de Silvio (García) visitaron la instalación y quedaron impresionados con la belleza del lugar, en el que se han dado cita una significativa cantidad de glorias de la pelota cubana, algunos de ellos lamentablemente fallecidos, rememora.
Me siento particularmente satisfecho también con la homologación reciente de los 83 cubanos que prestigian salones de la fama de todo el orbe y no habían sido reconocidos aquí, creo que saldamos de un solo golpe una deuda enorme con la historia de este deporte, dice visiblemente emocionado el coautor de “Orígenes del béisbol cubano. El Palmar de Junco”, entre otros materiales.
Para Elena y Alfredo, dos referentes en el rescate de la rica historia beisbolera en la mayor de las Antillas, el Salón de la Fama Palmar de Junco, que incluye actualmente a 156 miembros, llegó para llenar un vacío en el honramiento a las grandes figuras de la disciplina y, mantenerlo, constituye premisa de hoy, mañana y siempre.