– ¿Dónde está Manuel?, dijo Yirmara Torres con la certeza de que quien es Premio Nacional de Periodismo por la obra de la vida en 2001 y Premio Nacional del Humor en 2006, estaba entre los más de cien periodistas reunidos en una sala de la sede del Gobierno en Matanzas.
– ¿Qué hay que hacer?, contestó Manuel Hernández mientras se escurría por entre las últimas filas del lugar y aparecía con su sonrisa de 80 años, muy bien disimulada por la juventud de su disposición.
La Asamblea XI Congreso de la Unión de Periodistas de Cuba en Matanzas, décima de su tipo en el país, no podía empezar de otra forma que con el reconocimiento a la ruta de vida del autonombrado “tercer hijo más famoso de Limonar” y que, según recogió una crónica televisada al inicio de la reunión, solo le teme a morir lejos del lugar donde nació.
Presidido por Bolivia Tamara, funcionaria del departamento ideológico del Comité Central; Susely Morfa, primera secretaria del Partido y Mario Sabines, gobernador, ambos de la provincia; Ricardo Ronquillo Bello, presidente de la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC) y Adrián Fonseca, presidente del Sistema Informativo de la Televisión Cubana y el Canal Caribe, el debate fundó un solo hilo narrativo que recorrió, entre otros temas, la situación del escenario mediático actual, los cambios de modelos de gestión económica y editorial y el funcionamiento de la organización.
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Yirmara Torres Hernández, quien después de siete años al frente de la UPEC, entregó “orgullosa el mandato a un ejecutivo joven y capaz”, presentó un resumen del trabajo desarrollado desde el 2018 hasta la fecha.
Bajo preguntas como, “¿se puede hablar de un sistema de comunicación provincial? y ¿qué ha cambiado en la prensa territorial?, Torres Hernández aseguró que si bien se ha avanzado en materia comunicacional con una mayor presencia de la provincia en las redes sociales y una mejora en la infraestructura de los medios; aun es notable – precisó – “la falta de cultura comunicacional, la complejidad para acceder a las fuentes, la incomprensión sobre el papel de la prensa y un desconocimiento del uso efectivo de las cuentas en plataformas virtuales”.
La pandemia de la COVID-19 y el incendio en la base de supertanqueros demostraron que “existe una reserva insospechada de talento y entrega” pero – apuntó Yirmara – “¿qué pasa con la cotidianidad?”
Esa interrogante, lanzada retóricamente, desnudó otra de las realidades en la que la obsolescencia tecnológica, la inexistencia de transporte, el insuficiente ancho de banda y de paquetes de datos para el acceso a Internet y la lentitud de los organismos para responder a la ciudadanía, condicionan negativamente el trabajo de los profesionales de la prensa.
Juan Seguí, de TV Yumurí, fue el primero en tomar la palabra aunque casi no pudiera sostenerla porque hablar de “los nuevos periodistas”, que él mismo había ayudado a formar, fue suficiente para estremecerle la voz y aflojarle las lágrimas. “Sigo con la mano levantada – dijo – como cuando pidieron apoyo para dar clases en la Universidad”. Y no dudó en darlo.
Saber habitar la territorialidad que enmarcan las redes sociales fue una preocupación común. Para el periodista Alexei Mcinstosh “el periodismo cubano de hoy es compromiso” en tanto encarna “la defensa de sus principios en un contexto cada vez más virtual y complejo”.
De acuerdo con Ronquillo Bello, se trata de un asunto de seguridad nacional, por lo cual las lógicas de funcionamiento de la prensa, en una sociedad donde más de siete millones de personas están conectadas, no pueden verse “como en la Cuba del siglo XX”.
Por ejemplo, debido a la complejidad social de las ciudades del cordón Norte de la provincia – aseguró el presidente – hay una urgencia de reinventar la prensa pues “nos estamos jugando su crédito y el de las instituciones públicas”.
Ángel Tápanes, director de TV Yumurí, inició su intervención con unas palabras de José Martí: Toca a la prensa encaminar, explicar, dirigir, proponer soluciones, establecer y fundamentar enseñanzas si pretende que el país la respite.
Desde esta perspectiva, el directivo zanjó que el periodismo martiano, a 170 años del natalicio de su artífice, es guía y molde para las letras que se funden en Cuba.
Y ese enunciado fue apoyado por Regla Llorente, directora de Radio Varadero cuando dijo que “la verdad de la cual habla Martí está en las calles” y la vive la ciudadanía.
“El silencio – completó Llorente – nos hace cómplices”, lo cual plantea una pregunta difícil: “Diez años después, ¿qué encontrarán los historiadores cuando vean esta prensa rosa que muchas veces se hace?”.
Algunas respuestas se pudieron dilucidar desde la intervención de Pedro Rizo Martínez, electo a la postre como el nuevo presidente de la organización en la provincia.
“Urge – enfatizó el también periodista de TV Yumurí, reflejar más a la gente yendo a su realidad, caminando los barrios y exigiendo a los directivos informaciones veraces”.
El Premio Nacional de Periodismo José Martí en el año 2022, Roberto Pérez Betancourt, coincidió con Rizo Martínez y agregó que, “como trabajadores ideológicos”, los periodistas tienen la obligación moral y política de hacer periodismo. “No nos sentemos a esperar la información, salgamos a buscarla”.
La formación de los estudiantes de periodismo fue otro asunto que le preocupó a Pérez Betancourt pues depende “de los contenidos incluidos en el programa de estudio y de la calidad de las clases”, las cuales – destacó – deben ser impartidas por los propios periodistas.
Arianna Oviedo, profesora en la Universidad de Matanzas habló sobre “la situación desafiante” que se plantea este año con la acreditación de la Carrera, un proceso que implica a toda la provincia, especialmente a los periodistas y directivos de medios quienes deberán sumarse al claustro de profesores frente al éxodo de muchos y la jubilación de otros.
Luego de ese planteamiento, el estudiante de tercer año de Periodismo, Ernesto Arturo Santana reconoció que, si bien sonaba repetitivo, no podía dejar de agradecer a los periodistas que también asumían el trabajo en la Universidad: “No se imaginan el prestigio que gana nuestra Carrera con profesionales que han construido el periodismo en Cuba desde aquí”.
A la periodista Juana Perdomo, el presidente de la UPEC le dio el lead “que estaba acariciando” cuando reflexionó sobre el lema del XI Congreso, una frase de Fidel Castro que aboga por “Cambios sí, cambios revolucionarios”.
“No le temo a las reuniones – aclaró – porque ahí hay un reservorio de información a partir del cual podemos decidir después ¿qué se cubre? y ¿qué no? y ¿quién lo hace?” de modo que – alertó – no se perjudique “el valor geográfico del acontecimiento porque nadie conoce mejor lo que sucede en los territorios que sus propios medios”.
La misión – acotó con un matiz musical en alusión al polémico tema de Shakira y Bizarrap – es “facturar buen periodismo y que salpique a quien quiera”.
Facturar y salpicar son infinitivos justos aunque no suficientes si se habla de la función social de la prensa. Ayose García Naranjo lo supo desde que asumió la dirección del periódico Girón; por eso trazó, junto a su equipo, una estrategia basada en la ciencia de la comunicación con la pregunta, ¿cómo sobrevive un medio de prensa local en el siglo XXI?
De ahí salieron algunas claves que funcionan para otros medios en igual condición en el país: “Investigando al diarismo y siendo más locales y multimediales”.
Esos intereses configuran – según Ayose – una proyección mayor: “Ser la salvación del periodista que quiera seguir haciendo buen periodismo en Matanzas”.
Después de seis horas de homenajes, elecciones, debates y propuestas de soluciones o al menos disposición para buscarlas en el trabajo colectivo, como dijo el gobernador de la provincia quien invitó a “empezar mañana mismo” a pensar sobre todo lo pendiente, concluyó la asamblea más extensa de las realizadas hasta el momento en ese nivel.
Un encuentro que – según Susely Morfa – permitió reconocer la calidad humana de quienes integran el gremio, y también reafirmar que la UPEC sirve, como expresara Antonio Moltó y fuera recordado este martes: “Para ponerle luz al país, para hacernos más fuertes, para evitar la dispersión, para decir sí donde otros dicen no se puede”. (Por: Patricia Maria Guerra Soriano/ Tomado de Cubaperiodistas)