Una de las evidencias propias de los grupos neolíticos o agroalfareros son las cuentas líticas de collar, artefacto de uso corporal y carácter superestructural, utilizadas también como pulseras en brazos y piernas.
Elaboradas por lo general en cuarzo o cuarcita, eran desbastadas hasta adquirir formas cilíndricas; en ocasiones se pulían y luego se perforaban al centro por sus dos caras laterales, que las atravesaban longitudinalmente.
En Matanzas se han colectado muy pocas de estas evidencias. Investigadores del grupo Manuel Santos Parga, descubrieron años atrás, dos ejemplares en el poblado de Cocodrilos (Ciénaga de Zapata) y una decena de piezas en el asentamiento La Cañada, en las márgenes del río San Juan (Limonar) incluidas dos de gigantescas proporciones, en elaboración.
(Por: Adrián Álvarez Chávez)
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