«Ha muerto Pablo, leemos al despertar este martes en Rusia, y el dolor llega con la noticia. Desaparece físicamente uno de nuestros más grandes músicos», así se expresó, en Twitter, el Primer Secretario del Partido Comunista de Cuba y Presidente de la República Miguel Díaz-Canel Bermúdez, al conocer el fallecimiento del cantautor Pablo Milanés.
El Jefe de Estado agregó: «Voz inseparable de la banda sonora de nuestra generación. Mis condolencias a su viuda e hijos, a Cuba».
El deceso del trovador, una de las figuras más reconocidas de la música en Cuba, ocurrió este lunes 21 de noviembre, en Madrid, a los 79 años de edad.
Ha muerto Pablo, leemos al despertar este martes en #Rusia y el dolor llega con la noticia.
— Miguel Díaz-Canel Bermúdez (@DiazCanelB) November 22, 2022
Desaparece físicamente uno de nuestros más grandes músicos. Voz inseparable de la banda sonora de nuestra generación.
Mis condolencias a su viuda e hijos, a #Cuba. pic.twitter.com/fZzJ0mqb1V
El fundador del grupo de Experimentación Sonora del ICAIC y del Movimiento de la Nueva Trova fue hospitalizado el pasado 13 de noviembre en la capital española. Recibía tratamiento para la enfermedad oncohematológica que padecía desde hace varios años, la cual se agravó en el último tiempo.
Según el Ministerio de Cultura de Cuba, el trovador, nacido en Bayamo, en 1943, estudió música en el Conservatorio Municipal de La Habana, y grabó, en 1965, su primer disco, titulado Mis 22 años, considerado el puente entre el Feeling y la Nueva Trova.
Su legado musical está contenido en más de 40 discos que albergan canciones emblemáticas como El breve espacio, Yolanda, Cuba Va, Amo esta Isla y Comienzo y final de una verde mañana, entre tantas otras, además de inolvidables colaboraciones con numerosos músicos cubanos y con varios de los más grandes artistas de Nuestra América y otras regiones.
Autor de una obra monumental, ese legado musical constituye un referente ineludible de la identidad y la cultura cubanas y sus canciones y magistrales interpretaciones integran, por derecho propio, la banda sonora de la Revolución Cubana.
Su última presentación en Cuba fue el conciernto en la Ciudad Deportiva de La Habana, el 21 de junio de 2022.
Las páginas de Granma reseñaron dicho concierto: «Escuchar a gente muy joven entonar de memoria las piezas de la banda sonora de la serie Algo más que soñar, o El tiempo, el implacable o Años, nos dice mejor que nada sobre la irreductible actualidad de canciones que parecen haber sido escritas a esta hora.
«En la presentación resolvió una aparente paradoja: cómo desde un formato instrumental llevado a la mínima expresión, alcanzar grávidas resonancias en un ámbito masivo. Se dirá, con razón, que la obra de Pablo llega, impacta y crece en cualquier entorno».
Su deceso ocurre justo cuando celebramos el aniversario 50 de ese extraordinario hecho cultural que fue la Fundación del Movimiento de la Nueva Trova, del cual él es uno de los pilares fundamentales. Pablo fue un gran poeta, un gran cantor. Su obra musical es inmortal, sostiene el Ministerio de Cultura de Cuba, que, además, ofrece a sus familiares, amigos y admiradores de todo el mundo, nuestras más sinceras condolencias.
Ha muerto nuestro Pablo Milanés, nuestro querido Pablo, porque es nuestra su música, porque son nuestras sus canciones. En paz descanse, porque el tiempo es implacable, pasa, nos vamos poniendo viejos, y algún día nos toca morirnos, y descansar. Pero, con los comienzos y finales, con todo, yo me quedo, y en nosotros, los que unimos a sentimiento en la banda sonora de nuestras vidas tus canciones, en ese breve espacio, seguirás estando.
Voy a reciclar algo que expresé a raiz de su reciente encuentro con su público. Hubo un magnífico concierto, pero anteriormente, entre toda la publicidad, hubo un precioso artículo, muy conmovedor, desgarrador y humano de una periodista de este medio, para muchos lo mejor que se escribió sobre el tema. Ya celebrado el concierto, el éxito que ella auguró, y como dijo, miles fueron a escucharlo, y a seguir amando. Como he manifestado en otro sitio, no estuve ahí, en el Concierto. Si hubiese podido, quizás tampoco hubiera estado. Pero, esperaba ese resultado, y me alegra, pues posiblemente sea el último contacto con el Pablo que alguna vez todos quisimos, nos identificamos con sus letras, con su música, con su posición al lado de nuestra Revolución y de nuestro pueblo, posición a la que él mismo traicionó, a fines de los 90´, comenzando por traicionarse él mismo. Me alegro por quienes fueron a disfrutar de su música, esa que nos sigue, a pesar de su traición, acompañándonos, pues puedo seguir tocando en mi guitarra eternamente Yolanda, pero a la vez nunca traicionar a la gloria que se ha vivido, y me alegro, además, que tuvo razón la madura decisión de asumir el reto de este Concierto ante los adversos designios de los agoreros del odio, sentados en la orilla del frente. Y se escucharon sus canciones, todo el mundo contento, y nada más. Al final, eternamente, sigue nuestra Revolución. Hoy, sólo agregaría, si, fue el último contacto, la despedida física, pero a la vez fue la confirmación de que, eternamente, estará entre nosotros. Hasta siempre, Pablito.