Abstracciones rusas con un toque político y algo de moda es el título de la muestra del artista Wilfredo Prieto (Zaza del Medio, 1978) que exhibe la Galería Pedro Esquerré de la ciudad de Matanzas desde el pasado 4 de diciembre.
Se trata de un conjunto de obras instalativas y arte-objetos donde el autor se reafirma dentro de su estilo: una propuesta austera, conceptual y a menudo minimalista, pero cargada de implicaciones sociales y políticas.

Esta es, según su propio criterio, una exposición abstracta, pero no necesariamente sobre la abstracción, sino que toma algunos elementos de ella e intenta pervertir su concepto, llevarlo un poco más allá, aterrizarlo en la vida cotidiana.
“Por eso son objetos muy simples, que se encuentra cualquiera en la calle, o gestos cotidianos, como esos dibujos que se hacen cuando estás hablando por teléfono, sin prestar mucha atención. Se trata de un juego con elementos ordinarios que tomo para sublimar sus colores, composición, valores”.
Piezas como la taza con una bolsita de té flotante, cuyo extremo está atado a un hilo entra y sale del edificio hasta anclarse finalmente a un bloque de construcción, son, en opinión de su creador, una suerte de contrapunteo entre “lo objetivo y lo idílico, lo concreto y lo idealista”.

Prieto comenzó su andadura en el universo de las artes plásticas en la década del 90, obras como Discurso (1999) y Apolítico (2001) lo situaron muy tempranamente como una joven promesa. En esos momentos, un crítico de la catadura de Gerardo Mosquera escribió sobre él: “Personifica la orientación más directa, minimalista e internacional de los nuevos artistas”.
“No creo que haya tenido éxito, sino que es el resultado de un trabajo que ha ido creciendo con los años, cambiando, evolucionando en sus formas de expresión, planteando nuevas preocupaciones”, asegura el graduado del Instituto Superior de Arte en 2002 y miembro de esa fantástica experiencia formativa que fue Galería DUPP (Desde Una Pragmática Pedagógica).


“Por supuesto hay piezas que resultan muy relevantes para el público, otras menos. Yo soy favorable a las que menos, porque cuando estás experimentando encuentras nuevas soluciones desde el lenguaje de la imagen y cómo poder hablar a través de las formas puras”.
¿Cuáles son las cavilaciones de Wilfredo actualmente? Él confiesa que a la altura de 2025 mira mucho más hacia su país y las vivencias que tiene como artista cubano. “Siempre había investigado cuestiones universales, esas que de alguna manera nos interesan a todos. Ahora estoy explorando aspectos de mis raíces, mi cultura, mis amigos, lo más cercano”.
Para enero de 2026 se propone hacer una gran exposición en la Estación Cultural de Línea y 18, en la capital, que va a ser un resumen de su trabajo a través de 25 años y abordará esta arista más nacional de su obra reciente.
La selección que Abstracciones… trae a Matanzas confronta directamente nuestras nociones de arte y de asignación de sentido, nos obliga a replantearnos la cultura del consumo y aquellas prácticas que subvierten la función ritualizada del objeto plástico. Resulta una oportunidad única de acercarnos a uno de los artistas cubanos más internacionales y polémicos en lo que va de este primer cuarto del siglo XXI.
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