A las cuatro de la tarde del 20 de enero de 1778 fue hallado en el río Cañas, próximo a la hacienda del conde de Jibacoa, próximo a la zona actual de Los Molinos, en las afueras de la ciudad yumurina, el cadáver de un hombre ahogado que mostraba varias heridas de arma blanca, golpes en la cabeza, órganos genitales mutilados y una piedra amarrada al cuello.
Como resultado de las indagaciones se conoció que el occiso José Quintana, había sido asesinado a las tres de la tarde del 12 de enero, a manos del amante de su mujer, el trinitario José Jiménez. Este confesó ser el autor del crimen, motivado por problemas pasionales; pero negó haber mutilado los genitales, los que en realidad pudieron ser devorados por los peces durante los días que el cadáver permaneció en las aguas.

El suceso, primer homicidio registrado en la jurisdicción matancera, dio origen a una décima conservada por la tradición oral, y publicada en 1854 por Pedro Antonio Alfonso en su ya clásica obra Memorias de un matancero (se puede consultar la décima en la página 172 del libro)… Dicha composición es considerada el más remoto antecedente de la literatura en Matanzas. (Ilustración: Braulio A. Cruz Alpizar)
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