Con una función “útil, necesaria e imprescindible”, consideraba el líder histórico de la Revolución cubana el papel del trabajador bancario, quien con su actuar salvaguarda recursos, garantiza la actividad mercantil y brinda un servicio vital a la población.
Los 65 años de la nacionalización de la Banca fueron recordados este viernes en Matanzas en acto político-cultural que tuvo como sede al Salón de los Espejos del teatro Sauto, donde se homenajeó el esfuerzo, el compromiso y la laboriosidad.

Como parte de la celebración el sistema bancario estimuló a trabajadores con una larga permanencia ininterrumpida en el sector. Con la distinción Enrique Hart Dávalos se reconoció a quienes arribaron o sobrepasaron los 20 años – en el caso de las mujeres- y 25 años -los hombres-, manteniendo una actitud destacada en su labor.
“El trabajo del banco, aunque al principio me asustó un poco ya que comencé recién graduada de la universidad enseguida me cautivó. En eso influyeron principalmente los jefes y compañeros de trabajo que tuve en mis primeros años y a los cuales les debo gran parte de lo que soy hoy. Es un trabajo muy bonito y gratificante. Mi mayor motivación es haber constribuido con mi experiencia al cumplimiento de tareas en las que el banco ha sido protagonista en estos 65 años”, refirió Dorys Abrahantes Rodríguez, trabajadora de la dirección provincial del Banco de Crédito y Comercio (Bandec), quien resultó reconocida por desempeñarse durante cuatro décadas como bancaria.

Por casi medio siglo de vocación, siendo testigo y protagonista de la historia de la Banca Cubana se galardonó a María Elena Fresneda Fernández, trabajadora del Banco Popular de ahorro con 45 años de incesante quehacer, caracterizado por su entrega al trabajo, consagración, sentido de pertenencia a la Institución y condición de líder.
