Analizan causas sobre continuas roturas de equipo de bombeo El Conde

Analizan causas sobre continuas roturas de equipo de bombeo El Conde

Cuando se anuncie el restablecimiento del equipo # 1 del sistema de abasto El Conde, los pobladores afectados por sus continuas salidas no sabrán si saltar de alegría o persignarse para alejar los malos augurios.

Si bien muchos habitantes de los Consejos Populares Playa y Pueblo Nuevo reconocen que la incorporación de este equipo representa más volumen de agua, realidad que hasta han percibido y disfrutado, también se quejan de la celeridad con la cual regresan a esa triste situación de sufrir la ausencia de agua en sus llaves y cisternas.

Se trata una bomba que apenas duró nueve horas en funcionamiento tras su puesta en marcha a principios de agosto.  La misma que al transcurrir un mes exactamente de aquel intento de montaje, produjo otro alegrón el ocho de septiembre que duraría un poco más, unas 48 horas a lo sumo, para conocerse de otra nueva rotura que ha producido agonía, y hasta sospechas y cuestionamientos por parte de los afectados.

De nada valió, aseguran desde la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Matanzas, que en el segundo intento aguardaran por los arreglos necesarios a la acometida eléctrica que alimentaba la bomba.

Al menos así lo manifiesta Giuvel Acosta, jefe de brigada de la UEB Electromecánica, joven que asume cada desmontaje y montaje con toda la seriedad y concentración que requiere el complejo proceso. Para maniobrar un equipo tan pesado deben contar con el apoyo de una grúa de alto tonelaje. Una mala operación puede terminar con la vida de un operario. «Por suerte nunca hemos sufrido un accidente», explica.

«Antes apenas se mencionaba el sistema de abasto El Conde, tal era la estabilidad de los equipos. Las continúas roturas comenzaron con las severa crisis energética de los últimos tiempos», manifiesta con convencimiento.

El especialista menciona que tras cada instalación de la bomba revisan con minuciosidad cada parámetro establecido. «Una vez colocada siempre funciona de manera óptima, seguimos celosamente cada paso, desde los movimientos de las válvulas, hasta las diferentes variables que muestran los relojes.

Pero existe un aspecto que atenta seriamente contra los esfuerzos de estos trabajadores según explican: los disparos eléctricos. «El día que dejó de funcionar sufrió cuatro paros eléctricos. ¡Eso no lo aguanta ningún equipo! Mucho menos uno de estas características».

A principios de septiembre, tras dos jornadas de bombeo continuo tras la noticia de la puesta en marcha del equipo # 1, varios vecinos sintieron como un latigazo adentro al ver que el preciado líquido se ausentó nuevamente.

Bien lo recuerda Raúl Castillo, un vecino de Playa, quien además de sufrir en carne propia la escasez de agua, recepciona cada día los planteamientos de sus electores, relacionados en su mayoría con los serios problemas de abasto en la Circunscripción donde funge como Delegado.

La dicha inicial que sintió al notar como a su deprimida cisterna entraba el agua se deshizo cuando apenas habían transcurrido dos días. Sus sospechas y temores se confirmaron mediante una llamada telefónica, fue algo así, recuerda, como lanzarle un cubo de agua vacío a un sediento.

«Una nueva rotura, la segunda en espacio de un mes, ¡No lo podía crear!», comenta, mientras rellena un tanque mediano desde la casa de un vecino para luego transvasar el agua hacia sus cisterna. A varios kilómetros de la casa de Raúl, en la calzada del reparto Armando Mestre, se encuentra la UEB Electromecánica.

Allí se pueden observar decenas de partes y piezas de bombas. Harían falta más de un hombre para tan solo mover uno de los tantos aditamentos que se hallan en el suelo. En un banco de trabajo varios especialistas manipulan la bomba sumergible del sistema de bombeo El Conde.

Hasta el último minuto tenían la esperanza de que se tratara de una rotura leve, pero tras las pruebas realizadas se confirmó la desconcertante noticia de que la avería fue mayor de lo que se esperaba: » ¡El motor se quemó!». Así lo corrobora Ignacio Tremols Quintana, director de la UEB Electromecánica.

Él, junto a sus hombres, aguardaba porque las comprobaciones necesarias para dictaminar el nivel de rotura arrojara una noticia más halagüeña. «Un motor de esta dimensión sufre mucho con los disparos eléctricos, a veces no se queman, y los cables del enrollado presentan fallas que se pueden corregir.

Mas, en esta ocasión, el motor sufrió demasiado con los paros continuos. El desperfecto obliga a realizar solicitud de alambres a otra provincia, para luego comenzar con el enrollado del motor. Ignacio también refiere que en el pasado el sistema de pozos ubicado en El Conde siempre mostró estabilidad.

El problema, refiere, es el tamaño del equipo descompuesto. Sufre mucho más cada parada imprevista. No se trata de apagones, sino de problemas con el voltaje. Como la bomba demanda más amperaje que las restantes, cuál variación provoca esos «tirones» que tanto dañan al equipo.

A manera de ejemplo menciona que las otras dos bombas instaladas en el lugar continúan en funcionamiento, pero al ser de menor carga y volumen no se logra que el abasto llegue con fuerza a todos los puntos de Playa y Pueblo Nuevo, de ahí que la población experimente un marcado déficit en la distribución.

 Yordanis Mora, director del Departamento de Ingeniería de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado, explica que para que el agua se desplace con fuerza por la conductora hasta un punto próximo a la Playa Allende, se hace necesario contar con el equipo # 1, capaz de bombear 200 litros por segundo.

Tras la nueva rotura  se tomaron otras alternativas como la supresión de salideros de una conductora de apoyo conocida como Huerto Escolar y que se conecta en un punto con la conductora El Conde, acciones que incrementan el volumen de agua.

También se decidió rescatar una cuarta bomba que permitirá contar con otra auxiliar en caso de futuras roturas. Cada parada en los pozos de suministro, por breve que sea, provoca largas interrupciones en el abasto.

Quizás sea la razón por la que los operarios que encargados del bombeo encienden las bombas tras un paro imprevisto. La indicación, asegura Ignacio, establece que se debe aguardar por la estabilidad en el voltaje ante una parada imprevista. La baja carga en las redes eléctricas es una realidad que enfrentamos cada día, incluso provocando desconexiones en el Sistema Eléctrico Nacional.

Incontables matanceros han sufrido la rotura de sus equipos electrodomésticos por variaciones en el voltaje, una situación similar es la que ha sufrido el equipo # 1 del sistema El Conde. Los afectados más que explicaciones, necesitan contar con agua en sus hogares, un recurso indispensable para la existencia humana.

Del otro lado de esta problemática una brigada de hombres labora sin descanso por restablecer el servicio, con el deseo de que El Conde encuentre esa estabilidad de antaño.

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Sobre el autor: Arnaldo Mirabal Hernández

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