Tertulia del deporte: estrecharle la mano a Fidel

Tertulia del deporte: estrecharle la mano a Fidel
Una tertulia dedicada al deporte tuvo lugar en el Palacio de Junco

En la pared hay un cuadro que lo oculta un paño naranja. En la primera fila hay niños con cuerpecitos demasiado torneados, altos para su edad, con betas rubias como cantantes de reparto, tanto los chiquillos como las chiquillas. Usan ropas llamativas, zapatillas con accesorios de astronauta, gafas de esquiadores y licras ajustadas. Detrás de ellos sentados sus padres toman fotos aquí y allá, como hacen los buenos padres metiches.

Entre la pared y el público, un señor vigoroso – que después cuando lo observara montarse campante en su bicicleta para marcharse me enteraría que anda por los 79 años – habla para ellos con muchos giros lingüísticos a los que culpa su mala memoria. Se llama Evelio Hernández cubrió la receptoría de los equipos Cuba allá por los años 70. Relata su tercer o cuarto encuentro con Fidel, pero se enreda con las fechas y los torneos de pelota y los países, así que se le debe escuchar con calma para no perderse.

Los niños que lo escuchan, con ese no estar del todo, que tan bien se les da a los de su clase, son minidosis de campeones, participantes de los Juegos Nacional Escolares y Juveniles. Canotaje. Ciclismo. Lucha libre. Atletismo. En ocasiones se les va la mirada, en otras tratan de seguir el hilo de las historias, cuchichean entre ellos en solapada algarabía.

Cuando Evelio acaba de hablar, interviene Olga Lidia González, una maestra de física de físico enjuto y de hablar fluido, quien media la Tertulia del Deporte que se organiza cada último mes en el Museo Palacio de Junco. Sin embargo, en esta ocasión se adelantó para este miércoles 13.

Hay calor y no corre el más mínimo fresco en el pequeño patio interior del viejo edificio colonial. El paño naranja en los treinta minutos de peña no ha ondeado. Olga Lidia le da a la palabra a un hombretón macizo que se levanta de una silla que le quedaba pequeña. Él le muestra a la audiencia una foto.

Osvaldo Valdés fue campeón centroamericano épocas atrás. Sin embargo, en la instantánea le estrecha la mano a Fidel, no en su condición de atleta, sino porque la empresa que aún dirige, de Mantenimiento de Viales, quedó vanguardia durante la Batalla de Ideas allá en el 2003.

Como un gesto de agradecimiento que lo invitaran a la iniciativa donó el retrato que a partir de ahora será parte de los fondos del museo. Olga Lidia, luego, invita a que intervengan algunos de los muchachos que cuando se ven frente a la multitud toda esa energía se convierte en azoro. Hablan poco y entrecortadamente. Agradecen por estar por ahí. Una muchacha llora, cuando le recuerdan la estirpe de su familia, muchos de ellos dejaron parte de su vida en pistas de tierra y mar.

Para acabar la actividad, retiran el paño naranja. Detrás hay un cuadro que contiene diferentes fotos de Fidel con atletas matanceros, un Evelio Hernández más lozano, el Curro Pérez, Javier Sotomayor, entre otros. Todos ellos le estrechan la mano al Comandante, como mismo hizo Osvaldo Valdés. Forma parte de una muestra especial que quedará unas semanas en el Palacio de Junco.

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