
El miércoles 18 de junio de 1856 llegó a Matanzas el mítico Matías Pérez, con el objetivo de organizar una ascensión aerostática en su globo. Programado para el domingo 29 del propio mes, el vuelo se efectuaría en áreas de la Plaza de El Mercado o desde La Vigía. El propio domingo, el diario local La Aurora publicó una comunicación recibida desde La Habana, diciendo que el vuelo sería el 6 de julio.
El ascenso programado por Matías Pérez no se hizo realidad. El día 29 de junio, el intrépido portugués, comerciante de toldos, se elevó en el globo La Villa de París, que había comprado a su colega Eugenio Godard. Salió desde la antigua plaza habanera de Marte, sobrevoló sobre el Paseo del Prado rumbo al mar, y desapareció inesperadamente. Las autoridades realizaron una minuciosa investigación y búsqueda.
Años después, en unos cayos cercanos a La Habana, se hallaron restos de un globo que, se supuso, pertenecieron al de Matías Pérez, pero ello no se confirmó. Su desaparición quedó envuelta en el misterio. Desde entonces, para quien no retorna, se usa la frase popular: Voló como Matías Pérez.