Un equipo del periódico Girón se reunió con las principales autoridades de la provincia y con los directivos de la Empresa Provincial de Acueducto y Alcantarillado (EPAA) para recopilar información sobre la compleja situación con el abastecimiento de agua en la ciudad.
Nuestro medio de prensa prepara una gran reportaje para analizar todas las causas del fenómeno, identificar las situaciones y vulnerabilidades que este genera, así como posibles soluciones. Aún así, hemos decidido adelantar algunas informaciones que den respuestas a un grupo de interrogantes que nos han hecho llegar nuestros lectores.
Guillermo Cué Lugo, director de la EPAA, aclara que la ciudad cuenta con cuatro grandes sistemas de bombeo en la ciudad, cuyo servicio eléctrico está siendo protegido las 24 horas. Estos conectan, a su vez, con otros cuatro sistemas de rebombeo, de los cuales solo dos no se apagan, el del Naranjal y el de Versalles.
La principal afectación al bombeo de agua son los llamados “disparos”, que pueden ocurrir ante disímiles situaciones, desde un paro eléctrico momentáneo, un bajón de tensión, una avería o, incluso, una tormenta eléctrica. Un minuto en el que paren los equipos puede llegar a provocar entre 40 minutos y una hora sin bombeo. La Empresa tiene afectaciones en sus grupos electrógenos, lo que limita la respuesta ante este tipo de situaciones.
A causa de la compleja situación electroenergética, han aumentado las roturas en los equipos de bombeo, los cuales están diseñados para funcionar de manera estable.
Hoy, existen 91 salideros identificados, varios de ellos de gravedad. Este problema conecta con el bombeo de la Central Termoeléctrica Antonio Guiteras, ya que en las conexiones hacia ella no se puede trabajar por el momento, debido a que sería imposible detener el servicio de agua hacia la Zona Industrial.
En este sentido, la propia Termoeléctrica ha triplicado su consumo de agua, lo que, indudablemente, genera un gasto extra. No obstante, según Cué Lugo, este aumento no es significativo si se compara con el agua que se deja de bombear producto de los “disparos”.
La propia empresa y las autoridades del municipio Matanzas han destinado recursos para apoyar el abastecimiento de agua mediante pipas, pero aún así la cantidad de familias a las que se puede beneficiar es ínfima en comparación con la afectación.
Por otra parte, la población ha denunciado a través de nuestras redes que esta dinámica ha generado ilegalidades y especulación; comentan que las pipas se están pagando a 5 000 pesos, lo que equivale a una cifra superior a dos salarios mínimos.
En la búsqueda de alternativas para suplir su necesidad, los matanceros se están exponiendo a fuentes de agua no verificadas por las autoridades de Salud, lo cual puede generar una crisis sanitaria.
A todo esto se suma que la EPAA no posee vías de comunicación eficientes con los usuarios de sus servicios, a través de redes sociales, para responder interrogantes y tramitar situaciones excepcionales.
Tanto la Empresa como las autoridades del municipio trabajan en la búsqueda de soluciones a un problema que parte de la afectación al Sistema Electroenergético. (Por: Boris Luis Alonso Pérez y Ana Cristina Rodríguez Pérez/Fotos: Raúl Navarro González)
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