
Uno revisa los documentos de archivo y se va encontrando con las diferentes etapas de la vida y la obra de Zenén Calero Medina (Cárdenas, 1955), en su tránsito poético por Teatro Papalote y Teatro de Las Estaciones, a lo que se suman otras importantes colaboraciones con colectivos cubanos y extranjeros.
Es increíble que aquel joven de las fotos de los 70 y los 80, que mantiene la misma vitalidad de siempre, haya cumplido, en el 2024, 30 años de trabajo con Teatro de Las Estaciones, colectivo del que es cofundador, y esté cumpliendo este año, específicamente el 15 de octubre, sus 70 años.
El 2025 ha sido intenso para Calero Medina. Entre otras cosas, se le entregó en marzo el Premio Provincial de Artes Plásticas Roberto Diago. Asimismo, se estrenó —con sus aportes a la reinvención de El principito— el último de los espectáculos de la agrupación, además de inaugurar cerca de tres exposiciones en diferentes momentos y lugares. La última fue en el Museo Nacional de Bellas Artes, en La Habana, Un poco de amor. Retablo titiritero de Zenén Calero para Teresita Fernández.
Si el hermoso y riguroso libro Fiel a sí mismo sigue siendo un particular homenaje, una bitácora de su legado en Las Estaciones. Cada una de las exposiciones que contribuyen a celebrar sus 70 años son también una muestra, viva y conservada para la posteridad, de su obra creativa, como artista artesano, diseñador escénico y gráfico. Esto último no solo se ve en cartelería y programas, sino también en libros, que abarcan varios géneros literarios y editoriales, y reflejan otro universo de su imaginación. A todo lo anterior, se suman su trabajo en materiales audiovisuales, sus talleres en diversos espacios y países.
Admirando, en un rápido pero concienzudo ejercicio, las diversas exposiciones de su obra, puede percibirse cómo la creación de Calero Medina está en función de la escena, de dialogar, apoyar y dinamizar, desde la representación, cada elemento, con una imaginario particular y desbordado; pero, a la vez, preciso, riguroso y hermoso en el uso de la técnica y los recursos expresivos. Es evidente, por mucho que varíen los materiales, las formas, las intenciones, la reafirmación de una poética que lo define y lo enaltece; también su capacidad de impregnarle al lirismo dramático un tono lúdico, que está en el espíritu del teatro de figuras; así como un sentido de la artesanía, de descubrir novedosos artilugios que lo particularizan y hacen que su obra sea sugestiva y sorprendente.
Bajo el título Un poco de amor (Retablo titiritero de Zenén Calero para Teresita Fernández), se exhiben parte de los títeres, objetos, escenografía y utilería escénica del espectáculo Todo está cantado en la vida, estrenado en 2019 por Teatro de las Estaciones. pic.twitter.com/miTfcwMCnv
— Periódico Girón (@PeriodicoGiron) May 20, 2025
El homenaje a Teresita Fernández, para escribir de la última exposición inaugurada, es una muestra de su ingenio, de transformar lo aparentemente desechable en obra de arte, que es capaz de generar diversas imágenes en el receptor, tanto como obra expuesta en la dinámica de una galería, como en la magia de la representación, donde adquiere otros códigos, se redimensiona en función del lenguaje teatral.
La entrega del Premio Provincial de Artes Plásticas reafirma una potente trayectoria que valoriza las diferentes zonas de su creación, y enfatiza la significación artística de su obra y su permanente, intensa, provocadora y paradigmática relación con la escena.
Zenén Calero ha creado una obra que se mantiene protegida por la memoria (libros, exposiciones, archivos, audiovisuales), pero también activada por el teatro en sus puestas en escena, lo que resulta un privilegio que no todos alcanzan. (Edición web: Miguel Márquez Díaz)
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