Alexander Guerra: una vida para la música

Alexander Guerra: una vida para la música
Alexander Guerra: una vida para la música

En el círculo infantil Maripositas para el Festival, de Unión de Reyes, un pequeño niño llamaba la atención de la seño Clara, debido a sus aptitudes para el arte. No falló su instinto de educadora cuando, tiempo después, a la edad de seis años, mientras veía De la Gran Escena apareció Chucho Valdés.

“Mamá, quiero ser pianista”, esas fueron sus palabras. Desde entonces, la música lo acompaña cada día.

Alexander Guerra: una vida para la música

Bárbaro Alexander Guerra es un joven trombonista que, con solo 30 años, dirige la orquesta D’Nuevo Son. “Mis padres me llevaron a la profesora de piano Aida Mejías, pero ella les dijo que aún estaba chiquito para empezar. Al año siguiente, comencé mis estudios musicales. Participé hasta los 16 en todos los conciertos de piano de Aidita que se hacían en la Casa de la Cultura”.

A los nueve, Alexander se presentó a las pruebas de la escuela de arte y su vida dio un giro. Como se dice popularmente: “lo que sucede conviene”, y en su caso el destino le tenía reservado otro camino.

“Para estudiar piano debía presentarme en segundo grado. Tuve que buscar otro instrumento y decidí prepararme en percusión. Cuando acudí de nuevo, no alcancé plazas y Joseíto, el profesor de trompa, me llevó para su aula. Así pude entrar a la escuela.

“La trompa nunca me llegó a gustar y se lo comenté a Joseíto, que entonces me presentó al profe de trombón Juan Miguel. Él me aceptó y dijo: ‘Este es tu instrumento”.

Recuerda con cariño su etapa de estudiante. Cuenta que su formación estuvo marcada por excelentes maestros y vivencias que dejaron una huella para el resto de su vida.

Alexander Guerra: una vida para la música

“En el nivel medio pertenecía a algunas agrupaciones del movimiento de artistas aficionados. Una de ellas era en Unión de Reyes, en el proyecto comunitario José Rosario Viedo, en honor a Malanga, uno de los rumberos más grandes de Cuba. Allí estuve mucho tiempo, hasta que me mudé para Matanzas, donde trabajé con La Expresiva, que pertenecía al Movimiento de Casas de Cultura.

“En cuarto año hice la pruebas para el Instituto Superior de Arte (ISA) y obtuve muy buenos resultados. Antes de comenzar la universidad, tenía que cumplir el año de Servicio Militar. Lo hice en la Banda de Ceremonias del Estado Mayor, en La Habana. Fue una experiencia maravillosa. Aprendí mucho con el director, Ney Miguel Milanés, un gran músico”.

En el 2013, dos días antes de graduarse de la Escuela Profesional de Arte, llegó a la orquesta Miguel Failde, donde se mantuvo hasta el 2015.

“Durante el Servicio continué con la orquesta, participaba en los ensayos y las actividades en los días de pase o las vacaciones. Cuando entré al ISA, vinculé ambas cosas: el trabajo y el estudio. La experiencia más importante que viví en la Failde fue la grabación de su primer disco, bajo la producción musical del maestro Joaquín Betancourt. Mucho de lo que aprendí en aquel momento lo pongo en práctica con D’nuevo Son”.

Alexander Guerra: una vida para la música

Luego de dos años bajo la dirección de Ethiel, llegó Héctor Daniel y la Constelación para cambiar el ritmo de su carrera y regalar una formación, que más tarde serviría para llevar las riendas de su propia orquesta.

“Gracias a Héctor puedo enfrentarme a la responsabilidad que asumo. Con él aprendí prácticamente todo lo relacionado con dirigir una agrupación. Todavía me guía y apoya; siempre está ahí para darme un consejo. El director musical Juan Carlos Ballester también me enseñó muchísimo.

“Después de casi dos años de trabajo con Héctor, me encontré aquí en Matanzas con Dariel Díaz Rodríguez, destacado percusionista que estaba creando su agrupación La Hermandad. Sentí que debía explorar otros horizontes, dar un paso más, y me interesé en la propuesta”.

Poco después de que comenzara a trabajar con La Hermandad, falleció Dariel. Por decisión de los directivos de la Empresa de la Música y la mayoría de los integrantes de la agrupación, Alexander pasó a ser el director.

“Surgieron varios inconvenientes, por lo que decidimos dejar La Hermandad y crear un nuevo proyecto sobre la base de lo que habíamos trabajado. Comenzamos con la orquesta D’Nuevo Son el 1 de mayo del 2018, con nuestro concierto inaugural en Jagüey Grande.

Nunca voy a olvidar ese concierto. Pasamos mucho trabajo para trasladarnos, porque la guagua no nos pudo llevar, y tuvimos que alquilar un carro donde el espacio no alcanzaba. Llegamos a las 11:00 a. m., con un sol bastante fuerte, y el público nos estaba esperando. Las personas nos recibieron muy bien, fue maravilloso”.

En octubre de 2018 se grabaron los tres primeros temas de la orquesta: Mi música, Ya llegué y Dicen que se cae. A partir de ese momento, empezaron a trabajar en su primer disco Así soy yo, que se lanzó en las plataformas digitales el 31 de julio del 2022.

Alexander Guerra: una vida para la música

“Esas tres canciones funcionaron tanto en territorio nacional como en el extranjero. Ahí nos dimos cuenta de que íbamos por el camino correcto y que nuestro estilo sí gustaba. A finales del 2019, terminamos de conformar los nueve temas que integrarían el disco, para grabarlo en el 2020.

“Llegó la pandemia de la covid-19 y nos detuvimos un tiempo. Jorge Luis Montaña Ruiz, el productor, me preguntó: ´¿Tú vas a grabar en estas condiciones?´. Le dije que sí. A partir de ahí, se abrieron muchas puertas y oportunidades de trabajo. Tuvimos un gran apoyo de las emisoras provinciales y el telecentro, en cuanto a la promoción”.

En las redes sociales de la orquesta se pueden encontrar videos de personas en discotecas de México, Europa, incluso, de Asia, bailando con sus composiciones, siete de ellas de la autoría de Alexander.

Así soy yo, a pesar de ser una primera producción, tuvo gran acogida. De ese disco se escuchan casi todas las canciones. En estos momentos, nos encontramos grabando el segundo, que se va a llamar Mira lo que traigo. Grabamos una parte en los estudios Trabuco Music, del maestro Manolito Simonet, y continuamos con Jorge Luis, el productor del anterior. Ya lanzamos el primer tema: Matador”.

Bárbaro Alexander Guerra nació por la música y vive para ella. Su alma fue compuesta en una partitura divina y las notas guiaron sus pasos hacia el trombón: “Mamá, quiero ser pianista. ¡Mamá, quiero ser músico!”.

(Por: Daniela Lantigua Carballo, estudiante de Periodismo)

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