
La inmunología es la especialidad médica que se centra en el estudio, diagnóstico y tratamiento de las enfermedades relacionadas con el sistema inmunitario, por lo tanto, resulta de gran importancia para mantener un organismo saludable. Quizás por ello resulte contradictorio que una disciplina tan decisiva constituya una de las ramas de la Medicina con la menor cantidad de profesionales en nuestro país.
No obstante, quienes la ejercen, por lo general, sienten pasión por la especialidad escogida, como es el caso de la doctora Barbarita Betancourt Guevara, inmunóloga del Hospital Provincial Clínico Quirúrgico Docente Faustino Pérez. Para ella que ha ejercido en La Habana, Mayabeque y Artemisa, la inmunología significa más de 20 años de su vida dedicada a la investigación, el estudio y la atención al paciente.
Esta holguinera, devenida matancera de corazón, contó con orgullo los logros de su país en tierras foráneas donde trató de aportar un poco de su conocimiento a otros galenos extranjeros. Una mujer que representa a todos los inmunólogos que de una forma u otra tratan de hacer de esta especialidad una vía más para salvar vidas.
– Doctora, ¿cuán importante es la inmunología para los seres humanos y para el país?
“En el ser humano es importante porque tiene que ver con tres pilares de la Medicina. En primer lugar, participa en la fisiopatología, o sea, en la etiopatogenia de casi todas las enfermedades del cuerpo humano en todos sus sistemas. También aporta inmunodiagnósticos para todos los padecimientos, así como inmunoterapias”.
“Es cierto, que hoy se labora con armas importantes para lograr efectividad en los tratamientos, por ejemplo, en el cáncer, se trabaja con las vacunas terapéuticas, pero actualmente se dirige a la personalización del medicamento de cada paciente, y desde el punto de vista inmunológico es muy útil y de gran valor.
“En el caso de para el país, tenemos de ejemplo a Cuba, en la COVID mientras el mundo se enfocaba en tantas cosas; nuestro país, muchas veces criticado, se centró en activar todos los recursos que tenía en materiales y humanos desde el punto de vista de la inmunología.
“Me refiero a la creación de equipos multidisciplinarios, de disímiles profesionales que lograron el gran triunfo, tanto para Cuba y el mundo, que fueron las vacunas de la COVID. Es increíble cómo cuando trabajamos en equipo obtenemos maravillosos resultados.
– Desde hace un par de años nuestra sociedad se encuentra inmunodeprimida. ¿Cuál es la causa de ello?
“Después de la COVID todos los mecanismos inmunológicos biológicos se activaron para lograr compensar la enfermedad, pero también otros descompensaron el sistema inmunológico y crearon enfermedades a nivel vascular, alteraciones en la autoinmunidad, lo que ocasionó que en la actualidad hayan quedado muy descompensadas muchas personas”.
“Por eso, una de las ramas que me apasiona es la psiconeuroimmunoendocrinología, estamos hablando de psiquiatras, psicólogos, neurólogos, endocrinos e inmunólogos. Porque se ha visto y comprobado, tanto a nivel bioquímico, celular y molecular que cuando usted está deprimida, ansiosa o muy estresada, esos receptores captan hormonas y deprimen el sistema inmunológico.
“Entonces por eso usted puede alimentarse bien y tener el peso ideal, pero si su sistema nervioso está desequilibrado, cae en depresión, está muy ansioso, estresado, el sistema inmune corta la señal y baja sus defensas.
– Hasta hace poco tiempo estuvo de misión internacionalista en Angola. ¿Podría contarnos un poco acerca de la experiencia?
“Trabajé en el Centro Nacional de Endemia y pandemia de Angola (CETEP). Es un hospital de nivel terciario con más de 1 000 camas, que atiende a pacientes con enfermedades infecciosas como tuberculosis, malaria, paludismo o la fiebre tifoidea que son tan frecuentes allá”.

“En dicho lugar la especialidad de inmunología no estaba funcionando, yo fui la primera inmunóloga que llegó a ese centro médico. Allí tratamos de hacerles ver a casi todos los pacientes ingresados que estaban inmunodeprimidos.
“También realicé interconsultas, escribía en sus historias los medicamentos que necesitaban, me acercaba a la farmacia. Comencé a darles conferencias a los médicos residentes angolanos, con el objetivo de perfilarlos en las enfermedades que vienen de allá.
“Fue así como empezaron a crear una cultura de la inmunología. Además, no perdía la oportunidad de hablarles de los medicamentos cubanos que hemos logrado como interferones, biomodulina y factor de transferencia.
– ¿Cuál sería la mejor experiencia con sus pacientes?
“La inmunología te permite abarcar desde la Medicina de última generación hasta la alternativa, y tú te apasionas realmente por el paciente y la especialidad, porque tan solo una carcajada que proyecta la risa hacia arriba y el cerebro recibe esa señal estimula a los receptores y a su vez el sistema inmunológico; fíjate que ahí no tenemos ni Biomodulina T, ni otro medicamento y estamos estimulando las defensas; y eso me apasiona por lo que trato de usarlo en mis pacientes”.
“A ellos siempre intento explicarles el porqué de su alteración desde el punto de vista de la inmunología, y eso hace que a pesar de no ponerle ningún medicamento salgan por la puerta sintiendo que algo cambió y realmente esa es mi mayor satisfacción.
“A veces es solo cuestión de corregir pensamientos, formas de conducta y procederes. Y a eso después le aportamos la medicina, se logra un cambio en la persona.
– ¿Doctora le podría transmitir un mensaje a los estudiantes que se interesen por esta disciplina?
“Me gustaría transmitir que han escogido una especialidad bonita y útil para la Medicina que lleva mucho sacrificio, compromiso y amor.
“Es importante que la estudien, pues cada día surgen más enfermedades empezando por la COVID que activó en el sistema inmune lo que nadie nunca se hubiese imaginado. También por todo el panorama mundial que estamos viviendo, donde la inmunología cada vez es más necesaria. Por último, van a ser útiles y necesarios por lo que nunca les va a faltar trabajo.
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