“Esperando una respuesta convincente, familia Chicha Sánchez”. Así despide su misiva al Apartado 1433 el reconocido profesor cardenense Berto Chicha Sánchez, con residencia en la calle Sáez, No. 465, entre Industria y Obispo. Y, precisamente, en lo sensible del asunto está también la urgencia de las explicaciones que ahora exigimos a las autoridades competentes y luego publicaremos.
Relata el pedagogo de vasta experiencia que, tras la visita a la bóveda familiar (No. 3603) en el cementerio de Cárdenas, el pasado 29 de marzo, quedó desconcertado con lo que allí apreció. “A simple vista, se notaba que a su lado se había dado candela a algo que dañó los azulejos blancos, ahora amarillos y llenos de tizne; el cristal quebrado y manchado; el cemento despegado de la tapa y de color negro. Además, la pared de la bóveda contigua, derrumbada, con gran cantidad de escombros en el espacio que las divide.
“Días antes, el 25 de marzo, mi hermana visitó el camposanto y la situación era peor. Era tanta la suciedad que ella limpió como pudo.
“Al indagar por el administrador, este no se encontraba. Entonces, dialogó con algunos trabajadores, quienes le manifestaron que era la orientación dada: dar candela donde existiera una bóveda derrumbada o un hueco con ataúdes. Ella trató de persuadirlos de la incorrecta medida, porque ¿a quién se le había ocurrido semejante acción?
“Luego, conversó con el autor material del deplorable hecho, y este le prometió que al día siguiente limpiaría todo con cloro, pero su palabra fue incumplida. Por otro lado, ¿quién repondrá el cristal?, ¿qué ocurrirá si se extravía lo que hay dentro?
“Posteriormente, comunicó el problema en la funeraria, y la jefa de Personal prometió ocuparse del caso. Nada nos puede conducir a la deshumanización”.
En consecuencia, queda abierto este espacio al pronunciamiento de la Dirección Municipal de Servicios Comunales, de cuya respuesta no podrá desentenderse el Gobierno de Cárdenas.
RESPONDE CORREOS DE CUBA
“Le escribo a usted como último recurso”, manifiesta el betancoureño Lázaro Moya Domínguez, ante la incertidumbre que le provoca la demora excesiva del arribo de cinco bultos postales a su nombre.
Según explican Yadir E. Laurencio Portelles, director general de Correos, en Matanzas; y Yaneysi Remón Suárez, directora de Operaciones, “la demora en el Centro de Clasificación se debió a la falta de fluido eléctrico en dicha entidad, que atrasó 30 días las labores.
“Aún con los problemas energéticos conocidos, priorizamos la atención al planteamiento de Moya Domínguez. La citada correspondencia fue enviada el pasado 10 de marzo al municipio de Pedro Betancourt, para de inmediato entregarla al cliente”.
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