Un coloquio dedicado a los 40 años de fundada de Ediciones Vigía, tuvo lugar en su sede de la casona de la calle Magdalena número uno, como parte de las actividades de la Feria Internacional del Libro en Matanzas, la tarde de este viernes siete de marzo.
«Este es un proyecto que tiene que ver con la matanceridad, que nació en esta ciudad para dar luz al mundo, por eso el Candil es nuestro símbolo», aseguró su directora Agustina Ponce en las palabras inaugurales del evento, que estuvo dedicado a la memoria del historiador Raúl Ruiz, del poeta y traductor Juan Luis Hernández Milián, el diseñador Rolado Estévez y el artesano Jorge Lorenzo Milián.
Laura Ruiz, su editora principal, la persona que más años lleva trabajando consecutivamente en la casa, rememoró cómo se publicó, de muy jóvenes, a poetas como Teresa Melo, Sigfredo Ariel o Norge Espinosa, mientras también ponía en letra impresa la obra de figuras de la talla de Cintio Vitier, Fina García Marruz o Eliseo Diego. «Vigía ha sido para mí, diálogo y encuentro».
Un panel de especialistas dio sus criterios sobre estas cuatro décadas de historia y su importancia para la cultura cubana. La bibliotecóloga Caridad Contreras habló sobre las primeras publicaciones, el surgimiento de sus colecciones, principales autores y títulos.
Por su parte, la curadora e investigadora Yamila Gordillo hizo un recorrido por la trayectoria visual de la editorial, una estética fundada por Rolando Estévez y a la que también contribuyeron otros artistas: José Antonio Carbonel, Zenén Calero, Sergio Roque, Javier Dueñas, Mayra Alpizar, entre otros.
Para Zaida Capote, Vigía representa «una pasión por la verdad del arte y de la literatura, la voluntad de tomar los materiales menos lujosos y convertirlos en belleza. El espíritu de este colectivo se traspasa a los libros y esto se percibe muy bien cuando hacemos un repaso de su catálogo». Mientras que Jorge Fornet aseguró que ha sabido no sólo asumir años clásicos sino correr el riego de publicar la joven literatura cubana.
