Cuando niño siempre quise que me llegara una carta. No importaba de dónde o quién fuera el remitente; yo solo quería que el cartero tocara a mi puerta – una sola vez – y sacara de su bolso el sobre blanco. Un día llegó. Por ese tiempo practicaba la filatelia y me enviaron una con muchos sellos del océano Índico. Tal vez el encanto de ese momento radica en saber que alguien, sin importar donde, piensa en ti y sin importar el tiempo que tome, quiere que lo sepas.
Este viernes 28 de febrero en la Oficina del Conservador se saludó el arribo del correo a esta Isla, que el sábado primero de marzo cumplirá su 269 aniversario. De cierta manera se homenajeó a todo aquellos que por más de dos siglos y medio han tratado de achicar lejanías: los que despacharon las misivas de Martí a Doña Leonor Pérez, los que procesaron papeles con órdenes escritas con zumo de limón que incitaban a la conspiración, los que tocaron las suaves palabras de Agramonte para Amalia.
En la actividad que contó con la presencia de Marieta Poey Zamora, gobernadora de la provincia, y Pablo Julio Pla Feria, presidente del Grupo Empresarial Correos de Cuba; Leonel Pérez Orozco, conservador de la ciudad, ofreció una panorámica sobre el devenir de este servicio en el país y en Matanzas. Resaltó la importancia del mismo para el desarrollo de la nación y del territorio como una manera de empequeñecer mapas, como si al plegar uno, dos países, lejano el uno del otro, se hallaran a pocos centímetros.
También se habló acerca de la necesidad de modernizar y tecnologizar las diferentes funciones que asume el correo en la actualidad que no posee tanta relevancia como antes por la aparición de Internet y su mensajería instantánea, pero que aún posee nichos importantes como puede ser la entrega de paquetería.
Tocó la banda de jazz Swing Cubano. Además, se presentó la pequeña colección de moda, “Correspondencia Chic” de la diseñadora Adilén Díaz Almeida. En esta exhibieron conjuntos inspirados en motivos de las diferentes modalidades que componen el servicio postal. En un tono que rayaba en lo surrealista por el patio del antiguo Palacio de Justicia las muchachas modelaron con vestidos conformados por tarjetas de felicitación por el día de las madres o con un estampado en corsé de papier maché de diferentes cartas manuscritas con pluma de penacho y punta fina, muy a la usanza en el siglo XVIII y XIX.
Para cerrar el encuentro se inauguró la muestra transitoria Ciudad de Cartas, donde diversos artistas presentaron en formatos diferentes, desde la pintura más clásica hasta lo conceptual, la importancia y la nostalgia que aún sienten tantos como yo que aún añoran recibir un sábado cualquiera una esquela, aunque sea para decirte que debes pagar aún la cuenta de la luz.
