El 15 de mayo de 2024, el primer ministro de Eslovaquia, Robert Fico, recibió una andanada de disparos en Handlová, región de Trenčín, al noroeste del país, habiendo sido herido de gravedad. Finalmente, tras varios días críticos, pudo ser estabilizado y sobrevivió.
El ejecutante, de nombre Juraj Cintula, de 71 años de edad, fue catalogado extrañamente de “lobo solitario”. No se supo absolutamente nada sobre los motivos del atentado.
Sin embargo, el primer ministro, que había tomado posesión del cargo el 25 de octubre de 2023, se había manifestado renuente a sumarse a una «coalición de dispuestos» contra Rusia —incentivada entonces de manera frenética por Emmanuel Macron—, y se mostró siempre muy crítico ante el «régimen» corrupto de Kiev. Tal es así, que Eslovaquia pasó de ser uno de los mayores proveedores de armas de Zelenski —les envió cazas MiG-29 y sistema de artillería autopropulsada Zuzana de 155mm, entre otros— a no suministrarles ni una mísera bala.
Asimismo, Fico sostuvo la idea de restringir la financiación de organizaciones no gubernamentales [ONG] filantrópicas sospechosas de ser agentes extranjeros y fomentó una ley de televisación más restrictiva. Por tal motivo, toda la colmena mediática lo había tildado de «prorruso» o «populista nacionalista».
Fico reapareció milagrosamente en un vídeo de Facebook el 5 de junio de 2024, sosteniendo que “No odio al extraño que me disparó; lo perdono y le dejo recapacitar sobre lo que hizo y por qué lo hizo en su propia mente”, agregando que “No tengo razones para creer que esto fue el ataque de un loco solitario… después de todo, es obvio que él solo era un mensajero del mal y del odio político… activista de la oposición eslovaca”.
El eslovaco sin embargo, no parece haberse amilanado con el “aviso intimidatorio” y lo que está sucediendo de alguna manera parece haber confirmado el por qué lo querían muerto.
Ante la reciente decisión de Kiev de interrumpir el tránsito de gas ruso 1 hacia Austria, Hungría, Eslovaquia y Moldavia (se trata del acuerdo alcanzado en 2019 por 5 años entre Gazprom y Naftogaz que expiró el 30 de diciembre de 2024 y no se renovó por decisión ucraniana), Fico sostuvo que Eslovaquia podría suspender sus exportaciones de energía eléctrica hacia el oeste de Ucrania, en represalia.
Zelenski, indignado, acusó a Fico de colaboracionismo con Moscú y cargó las tintas: “Fico ha rechazado incluso compensaciones para aliviar el periodo de transición y librarse de la dependencia, lo que significa que no se trata de una cuestión de seguridad. Está especialmente interesado en el gas ruso, cuyo valor asciende a 500 millones de dólares al año” para luego agregar “Parece que Putin dio a Fico la orden de abrir el segundo frente energético contra Ucrania a expensas de los intereses del pueblo eslovaco… Las amenazas de Fico de cortar el suministro eléctrico de emergencia de Ucrania este invierno mientras Rusia ataca nuestras centrales y nuestra red energética sólo pueden explicarse por eso”. El gobierno eslovaco comentó que esta acusación era “una tontería”.
Alarmado por la situación que se le veía venir, Fico se había dirigido el 22 de diciembre a Moscú para dialogar personalmente con Vladimir Putin. Se trata del segundo mandatario europeo miembro de la OTAN en visitar el Kremlin, tras el encuentro Orbán-Putin el 8 de julio.
Es importante aclarar que Eslovaquia exportó 2,4 millones de mega watt/hora a Ucrania entre enero y noviembre de 2024, lo que constituyó un 152% de incremento interanual (lo que habla a las claras del estado progresivamente calamitoso de la infraestructura eléctrica ucraniana, afectada por los ataques rusos y la captura de la central nuclear de Zaporozhie). En un marco superior, Ucrania importa 1,7 a 2,1 gigavatios (GW) de electricidad desde Polonia, Hungría, Eslovaquia y Rumania.
Como la lógica indica, en carácter de miembro pleno de la Unión Europea, Bratislava solicitó que la supra-nación intervenga en el asunto en pos de sus intereses: “Redunda en interés de todos los ciudadanos de la UE que los esfuerzos europeos sean racionales y no en forma de gestos autodestructivos y extremadamente dañinos para la UE: Les pido que presten a esta situación sin precedentes la debida atención”, declaró Fico.
La red de gasoductos Brotherhood-Progress y Soyuz, con una capacidad total de 15.000 millones de metros cúbicos anuales, representaba una de las últimas vías activas para llevar gas ruso a Europa. Ahora, solo queda operativa la ruta del TurkStream, a través del mar Negro, después de que otras conexiones como el Nord Stream 1 y 2 o el gasoducto Yamal quedaran inutilizadas o cerradas en los últimos años debido a conflictos y represalias. Y por supuesto… la opción del (carísimo) GNL ultramarino, proveniente mayormente de… ¡Estados Unidos!
Tras las declaraciones de Fico, los ucranianos parecieron dar una nueva respuesta: convertidos en matones al servicio de la extorsión, las fuerzas armadas ucranianas atacaron el oleoducto Druzhba, en Novozíbkov, región rusa de Briánsk. El impacto de un dron destruyó parcialmente el edificio técnico pero no afectó el ducto. Desde allí, el petróleo fluye a través de Bielorrusia hacia Europa, incluida Eslovaquia. 2
¿Por qué Ucrania tiene tanta impunidad para cerrar el grifo, y perjudicar a cuatro miembros de la UE, cuando en todo momento aspira a ingresar allí y, llegado el caso, necesitaría de su favor?
Parecería una contradicción o, al menos, un juego peligroso para sus propios intereses declarados. Por otra parte, se supone que la UE salga en defensa de sus integrantes, que ven su acceso al gas natural interrumpido, en época invernal, casi como si se tratase de una acción de asedio medieval.
Pero la respuesta es sencilla: Ucrania lo hace sencillamente porque puede.
Porque Estados Unidos, en primer lugar, y otros miembros de la “solidaria y mancomunada” UE, en segundo lugar, la apañan.
Ucrania se ha convertido en una especie de matoncillo barrial, que responde a una “organización criminal superior” que lo ampara y lo incentiva a cometer tropelías. La prueba está en que no solamente no renueva el flujo de gas para sus vecinos europeos (allí, en el Jardín de Borrell donde desean ser admitidos y aplaudidos) sino que su medida, que intenta perjudicar el esfuerzo de guerra de Moscú, le haría cosquillas a la economía rusa y no la perjudica sensiblemente. Al contrario, Ucrania perderá entre 800 y 1.000 millones de dólares anuales en tarifas de peaje. Si vamos al caso, Rusia debería haber cortado ese flujo por los apoyos que hizo Eslovaquia y otros países del este europeo a las sanciones de la UE (aunque Hungría hizo un gran esfuerzo por evitarlo) o bien sólo para que Ucrania no obtenga esos beneficios de tránsito. Pero no lo hizo, básicamente, porque la desconexión energética era el gran objetivo estadounidense . Incluso, Rusia puede vender ese gas a otros clientes. Pero Ucrania, cuyo mayor negocio es la guerra, se prohíbe de un acuerdo muy ventajoso (paradójicamente con los odiados rusos) que le permite un ingreso muy necesario y prácticamente sin esfuerzo alguno.
Es más: Ucrania se beneficiaba del “corredor inverso”, comprando el gas ruso a través de traders europeos.
Pero la Comisión Europea al mando de Ursula von der Leyen asegura que la decisión de Ucrania tendrá apenas un impacto mínimo. Según Bruselas, los almacenes de gas europeos están suficientemente abastecidos, y las importaciones de GNL desde Estados Unidos y Qatar (artífices intelectuales del triunfo de Hermandad Musulmana / al-Qaeda en Siria) contribuirán a evitar cualquier crisis energética. “El fin del tránsito de gas ruso por Ucrania no preocupa a la Comisión”, dicen.
En definitiva, es la Unión Europea y Estados Unidos quienes finalmente han tomado la decisión de cercenar totalmente el abastecimiento de gas natural ruso a Europa Oriental, sin preguntarse demasiado por el bienestar de esos países.
Para Rusia, según la UE y el ariete ucraniano, este corte sería un golpe de gracia a su economía. Por supuesto, el verbo en condicional es sumamente necesario subrayarlo. Las “sanciones infernales” europeas no lograron detener a la economía rusa ni hacer que no crezca un 4% como efectivamente ha ocurrido ¡en guerra contra toda la OTAN y bajo bloqueo occidental!
Lo cierto es que en 2023, las exportaciones rusas de gas a Europa se desplomaron a 43.000 millones de metros cúbicos, un tercio de los 150.000 millones enviados en 2021. La estatal Gazprom registró pérdidas por primera vez en 25 años, con un saldo negativo de 6.900 millones de dólares. (Asimismo, la petrolera Rosneft sufrió una pérdida del ejercicio de 5.660 millones de euros).
Aunque Moscú ha intentado redirigir sus exportaciones hacia Asia, el progreso es lento debido a la falta de infraestructura suficiente, como nuevos gasoductos hacia China o plantas de GNL. El gasoducto Power of Siberia 2, un proyecto clave para conectar con el mercado asiático, sigue atascado —¿Mongolia se ha retirado?—, lo que complica aún más las opciones del Kremlin para sustituir el mercado europeo.
Esta medida ucraniana puede ser fundamental en las relaciones energéticas (y de todo tipo) entre Europa y Rusia, poniendo fin a décadas de dependencia del gas ruso y reforzando el compromiso del continente con diversificar sus fuentes de energía (aun a expensas de los abultados costos).
Por lo pronto, la empresa energética DTEK (propiedad del oligarca Rinat Ajmétov, presidente de SCM Holdings y del club de fútbol Shakhtar Donetsk) acaba de comprar el primer lote de 100 millones de metros cúbicos de GNL para Ucrania y su redistribución a otros países colaboradores.
El gas fue entregado desde el estado de Louisiana por el buque metanero Gaslog Savannah a la terminal de GNL en la isla de Revithoussa (Grecia), 45 km al suroeste de Atenas. En el futuro, el gas será suministrado a Ucrania a través del gasoducto Corredor Vertical , que pasa por Bulgaria , Rumania y Moldavia . El punto de entrada del gas importado será el sistema de transporte de gas en la región de Odessa. Ahora queda claro de dónde surgió el comportamiento desafiante de Zelenski hacia Fico y Orbán, y por qué su deseo de detener el tránsito de gas ruso es viable.
Con este panorama, Rusia tiene un horizonte difícil, en tanto y en cuanto tiene que redireccionar el perfil exportador de Gazprom, intentando abrir nuevos rumbos, lo cual no es fácil porque se trata de un negocio que requiere inversiones intensivas, pero más difícil aún, contratos en firme a largo plazo.
Asimismo, la “pérdida” de Siria abre el camino a la construcción del “gasoducto qatarí”, que abreva de los yacimientos South Pars, proyecto que se ha relanzado apenas unos días después de caer Bashar al-Assad. Esto explica por qué la caída de la República Árabe Siria es un terremoto geopolítico para Rusia y la obliga a ganar la guerra en Ucrania sin contemplaciones.
Por otra parte, Turquía hoy por hoy se ha convertido en la “llave europea” de los gasoductos rusos (vía TurkStream y BlueStream), y esa exclusividad, le da un poder negociador mayor. Los esfuerzos turcos por desbancar al “molesto” gobierno de Assad, que insistía “absurdamente” en sostener su soberanía, para poner en su lugar a la cofradía Hermandad Musulmana, la cual hace base también en Qatar, permitiría a Turquía convertirse en el gran hub de distribución europeos de gas ruso y qatarí. Una bella venganza para esos países que le denegaron desde 1987, año en que solicitó su adhesión, la entrada en la Unión Europea.
Ahora bien: ¿Cómo podrá Rusia recuperarse de esta pérdida de ventas que ya está incidiendo en los resultados de la usualmente super-rentable Gazprom? ¿Confiará meramente en la reacción de Europa oriental y la insoportable realidad de enfrentar costos altos y crecientes de energía? ¿O empezará una fuerte campaña de bombardeos sobre tuberías, estaciones de compresión, estaciones de recepción y distribución, sistemas de control y monitoreo, etc.?
Un tema delicado es la situación de Transnistria. Todo parece indicar que la idea occidental es someterla por asedio. Al cortarse el suministro energético ruso, la región separatista ya sufre un parón de la industria. El debilitamiento —sea mediante sanciones o cualquier otra metodología—, es el paso inmediatamente previo a un acoso militar. Esto es el ABC del intervencionismo occidental. Por consiguiente, esto podría ser apenas el comienzo, y que pronto podrían empezar algunas maniobras militares moldavo-rumanas.
Ya para 2019, la RAND Corporation, el think tank del Pentágono, redactó un plan [Extending Russia] que proponía debilitar a la Federación Rusa obligándola a intervenir militarmente en Ucrania… y después en Transnistria.
¿Será que Moscú ha evaluado, para no “extenderse” demasiado, aminorar sus esfuerzos en Siria —intentando preservar sus bases por acuerdos políticos— en vistas a un inevitable involucramiento en Transnistria?
(Tomado de La Visión: Bitácora de Christian Cirilli)
- Ucrania ha tomado una decisión histórica al no renovar el contrato que permitía el tránsito de gas natural ruso hacia Europa a través de su territorio, poniendo fin a una relación energética que se mantenía desde 1968. ↩︎
- El oleoducto «Druzhba» significa «amistad» y se construyó en 1964 ¡en la URSS! para transportar petróleo desde Rusia hasta puntos alejados 4.000 km al oeste, en el antiguo Bloque del Este. En la actualidad es la arteria más importante para el transporte de petróleo ruso y kazajo a lo largo de Europa. ↩︎
Buen análisis de partida, hay que seguir de cerca los próximos acontecimientos