Danzandos, en el Día Iberoamericano de la Danza

Concurso Danzandos 2024

Culminó el XV Concurso de Coreografía e Interpretación Danzandos, que debido a los cortes electroenergéticos se tuvo que mover por varios espacios de la ciudad (Teatro Sauto, Teatro El Mirón Cubano, Teatro Papalote, Casa de la Memoria Escénica, Biblioteca Gener y del Monte), tratando de atrapar los lugares con la  preciada luz eléctrica. 

Talleres, clases magistrales, conferencias de destacadas personalidades, como el Premio Nacional de Danza 2023 José Antonio Chávez, signaron el evento, entre los que también estuvieron  el doctor Noel Bonilla Chongo, Vladimir Peraza, Luisa María Santiesteban, Miguel Cabrera, historiador del Ballet Nacional de Cuba, Miguel Cabrera y el coreógrafo y bailarín Norge Cedeño, de la Compañía Al otro lado, que ofreció, en la actividad de clausura, la experiencia de sensibilidad, metaforización de los cuerpo y complejidad creativa, con la pieza coreográfica Paradoja

Instante significativo lo constituyeron, en la noche de premiación, los homenajes a los Premios Nacionales de la Danza José Antonio Chávez y Alfredo O’Farrill, así como las compañías de Rosario Cárdenas y Al otro lado. 

Los premios entregados, tanto a la academia como a los profesionales, demostraron el estímulo a la nueva creación coreográfica y a jóvenes intérpretes, que aún son estudiantes, y a los bailarines de compañías nacionales. Pero quiero detenerme en el espectáculo inaugural Concierto Barroco (1974), homenaje a esa novela imprescindible de Alejo Carpentier, que comenzó con las siempre eruditas palabras del doctor José Alegría, y que en los múltiples espacios, integrados por la hermosa arquitectura del siglo XIX de la ciudad y su impactante geografía, mostró el viaje en tiempo y espacios, que Carpentier sintetiza en su obra.

En dicho espectáculo, la música fue esencial, Vivaldi, el carnaval de Venecia, la festividad y el sustrato cultural del mestizaje. En él participaron varios integrantes de colectivos artísticos musicales, danzarios, teatrales, también niños y jóvenes de las escuelas. 

Fue una hermosa e impactante, transfiguración, en una ciudad cultural que lucía bellísima, con el espíritu carpenteriano, sus figuras y curvas, su eclecticismos e hipérboles, en los arcos y la vida, de una ciudad que era una fusión de culturas, cuerpos, imágenes, músicas, que ofrecieron la luz de la cultura. 

Ese instante fue la apertura, el 19 de diciembre, de un ciclo que cerró el 22, con la gala de clausura en el Teatro Sauto, y que dignificó al evento; y la celebración el 21 del Día Hispanoamericano de la Danza, que rinde homenaje a Alicia Alonso.

(Edición web: Miguel Márquez Díaz)


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Sobre el autor: Ulises Rodríguez Febles

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