–¿Te gusta el Periodismo?
-Me encanta.
Esa fue la decisiva respuesta de Diego. Un joven cuya historia ya está escrita y que tiene como destino ser un gran periodista deportivo. Uno de los mejores de su generación.
Diego Armando Riera Pérez nació con una cardiopatía congénita que consiste en una comunicación interventricular subpulmonar (CIV). Fue intervenido quirúrgicamente por primera vez a los cuatro meses de edad, el 15 de marzo del año 2007. Luego de esta operación se complicó con un fallo del ventrículo derecho y más tarde con una endocarditis micótica (una infección causada por hongos en el corazón).
Tuvo que ser reintervenido el 25 de septiembre de ese mismo año, tras siete meses en la terapia intensiva del Hospital Cardiocentro Pediátrico William Soler, de La Habana.
El pequeño Diego tuvo una traqueostomía durante un año. Fue sometido nuevamente a una cirugía por dehisencia del esternón y fístula traqueocutánea, secuela de la traqueostomía. A los cinco años, a través de mínima invasión, por cateterismo, lo operaron por coartación de la aorta.
Sin embargo, su enfermedad, que superó con una fuerza divina, nunca impidió su pleno desarrollo y pasión por el deporte.
“Cuando estaba en primer grado mi papá me llevó por primera vez al estadio Victoria de Girón. Fuimos directo desde la escuela, yo tenía el uniforme puesto y todo. Fue en la serie 51, en el momento en que inició Víctor Mesa como director del equipo. Ese día pitcheó Yohan Hernández y Matanzas ganó 8X2 frente a Cienfuegos. Nunca lo voy a olvidar”.
A pesar de la dura batalla que libró siendo apenas un bebé, y que le trajo consecuencias que lo acompañarán por el resto de su vida, Diego siempre fue un niño feliz y muy activo.
“Comencé a entrenar karate en el año 2013 por embullo de mi hermano menor. Las clases eran en la Esbu Baraguá, con el profesor Soca, un gran maestro reconocido a nivel provincial y nacional. Estuve seis años hasta que en octavo grado me operaron nuevamente y no pude incorporarme otra vez por la pandemia de la Covid-19”.
El 21 de noviembre del 2019 fue operado por tercera ocasión a corazón abierto, por una fibrosis subpulmomar que le estaba produciendo una insuficiencia aórtica, en este momento Diego tenía 13 años.
“Empecé a ir más seguido al estadio un tiempo antes de la última operación. Es como mi segunda casa. Soy miembro de la peña deportiva Familia Roja, que siempre nos sentamos encima de las gradas de primera base. Apoyamos constantemente al equipo y ayudamos con recursos económicos”.
A Diego solo le faltan por visitar tres provincias del país: Guantánamo, Ciego de Ávila y el municipio especial Isla de la Juventud. Ha recorrido el territorio nacional casi por completo junto a Los Cocodrilos de Matanzas, pues no hay un deporte que disfrute más que el béisbol.
“Un momento que me marcó para siempre ocurrió el 11 de enero de este año. Fue en la final de la Liga Élite, en un partido entre Las Tunas y Matanzas que se desarrolló en el estadio Julio Antonio Mella. El día anterior nuestro equipo había perdido el cuarto juego a un strike de la victoria 4X3. Yo me sentí muy triste, ni siquiera pude hablar con mis amigos. Pero luego nos regaló un alegrón a los aficionados que ahí estábamos, al ganar contundentemente el siguiente partido. Fue algo muy emocionante para mí”.
Al reanudar el noveno grado, luego de la última cuarentena por la Covid-19, escuchó hablar de la variante del Colegio Universitario de Periodismo y pensó en presentarse a las pruebas de aptitud en el futuro.
“Cuando inició la serie 61 comencé a ir prácticamente todos los días al estadio, de hecho, solo falté a un juego. Viajé a siete provincias y me gustó mucho el trabajo de los periodistas. Ahí me decidí por completo. Llegaron las pruebas de aptitud y obtuve mi carrera. El 17 de febrero de este año comencé a hacer mis primeras entrevistas en la final del Torneo Clubes Campeones”.
“El Colegio fue una gran experiencia. En el pre casi no tenía amigos. En el aula somos 11 muchachos y me llevo muy bien con todos. Espero terminar mis cuatro años de carrera con ellos. Disfruté mucho esos meses”.
Diego es el creador y uno de los fundadores de La Banda Yumurina, una página de Facebook que tiene más de 3 000 seguidores, cuyo objetivo es compartir toda la actualidad deportiva de la provincia.
“El 1 de diciembre del 2023 me escribió Sergio Machín para crear un espacio que estuviera arriba del deporte matancero. Le dije que me parecía buena idea y se creó el 4 de diciembre. Nos hacía falta un diseñador, así que hablamos con el fotógrafo Yadrián Rivero que siempre está en el estadio trabajando y nos dijo que sí. Somos un colectivo muy unido que siempre está haciendo entrevistas y reportes, todos somos jóvenes. Me siento muy feliz con eso”.
La voz de Diego ya es familiar para los aficionados del deporte y seguidores del programa radial Zona de Aviso, de Radio 26, donde colabora y sus trabajos salen al aire casi a diario.
“En abril de este año, cuando comenzó la Serie Nacional número 63, yo estaba con Dayron Medina en la cabina y él vio las entrevistas que yo hacía para la página. Entonces me dijo que las convirtiera en audio para ponerlas en el programa, así comencé a colaborar.
“A inicios de octubre visité a Pancho Soriano y me dijo que llevara algo a la radio para grabarlo y así ponerlo en el programa. Hice un resumen del partido de los Play Off de la MLB que le gustó, y esa misma noche me llamó para que volviera a grabar. Desde entonces mis trabajos salen casi todos los días”.
Es importante decir que Diego también ha incursionado en la narración y la locución. Su mayor sueño es narrar un juego de pelota junto a su ejemplo a seguir Dayron Medina.
“Gracias a mi gran amigo Eduardo Hernández Trujillo, que ha sido por más de 10 años la voz icónica del Victoria de Girón, comencé a hacer locución local. Me dio la oportunidad por primera vez en un partido contra la Isla de la Juventud. Más tarde se habló con la comisión y estuvieron de acuerdo. Fue así como pude hacerlo durante todo un juego al que él faltó.
“También logré narrar una entrada en la semifinal del Torneo Clubes Campeones en Unión de Reyes. Además, yo hago la narración de los juegos a través de un grupo de WhatsApp que se llama Jugada a Jugada de los Cocodrilos de Matanzas, que tiene más de mil miembros, es muy popular y por ahí las personas se mantienen actualizadas”.
Dieguito, como le dice cariñosamente su familia y conocidos, perdió el 99% de la audición del oído derecho y el 50 % del izquierdo, producto a los medicamentos que debió tomar de niño. El sacrificio que ha hecho durante toda su vida es extraordinario, pues todos sus logros se deben a su fuerza de voluntad y su lucha incansable contra las adversidades.
Durante su etapa como estudiante ha realizado un esfuerzo sobrehumano para comprender las explicaciones de sus maestros y la conversación de sus amigos, pero nada de esto impidió que conquistara sus metas.
Hoy Diego se levanta temprano de lunes a viernes y emprende una aventura difícil en el transporte público para trasladarse desde Pastorita hasta la emisora provincial, donde cumple con su año de Trabajo Socialmente Útil. Espera ansioso a septiembre del 2025 para reincorporarse a las aulas de la universidad y empezar su largo camino como futuro periodista. (Por: Daniela Lantigua Carballo, estudiante de Periodismo)
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