Sericultura en manos de los artesanos. Fotos: Raúl Navarro y cortesía de Yoany Hernández
En casa de Yoany Hernández Camejo ha cambiado un poco la rutina. Desde que llegaron unos inusuales huéspedes, toda la atención se dirige a ellos. Debe ir varias veces al campo de morera a buscar hojas de este arbusto. Mientras permanecen frescas, las pica en delgadas tiras hasta convertirlas en el alimento de unas pequeñas larvas de gusano de seda.
Los huevecillos que guarda en una caja de cartón en su cuarto comenzaron a eclosionar. Las larvas apenas nacen van en busca de su planta predilecta. Por eso, Yoany se mantiene pendiente de reponer las hojas por otras más hidratadas, así asegura que no falte el sustento. Cuando por algún motivo necesita salir de casa, entonces deja instrucciones precisas a sus hijos y a su esposo.
A medida que van creciendo las orugas, son mayores los cuidados para mantener la higiene y la calidad de la alimentación. Luego, llega el momento de hacer los capullos. Los gusanos secretan una fina hebra y se van envolviendo hasta quedar cubiertos totalmente. Terminado este ciclo natural, Yoany monta su rueca e inicia el devanado del hilo.
Esta mujer campesina es la primera artesana que ya produce su propio hilo de seda en Cuba. Los conocimientos adquiridos en la Estación Experimental de Pastos y Forrajes Indio Hatuey (EEPFIH), de la provincia de Matanzas, los pone en práctica en su finca Proseda Cuba, justo en el poblado de Catalina de Güines, Mayabeque.
OTRA PUERTA SE ABRE EN LA SERICULTURA
El gusano de seda (Bombyx mori Linn) es originario de China. La crianza de este insecto es indispensable en el mercado de los tejidos de seda, reconocido mundialmente a lo largo de la historia. También se generan bisuterías, orfebrería y existen varios coproductos con grandes aplicaciones en la cosmética y la medicina natural y tradicional.
Desde su introducción en nuestro país en 2004 se han realizado estudios en el Instituto Nacional de Sanidad Vegetal y la EEPFIH. Durante los últimos años el grupo de Sericultura de Indio Hatuey ha capacitado a líderes artesanos cubanos en el manejo de los diferentes productos de la seda.
Recientemente, la Oficina de Regulación y Seguridad Ambiental mediante la Resolución 23 abrió las puertas al desarrollo de la Sericultura de forma local, al desregular todas las actividades que involucran a la especie. Esta decisión se basa “en los más de 10 años sin haberse presentado efectos adversos para el medio ambiente, ni para el personal que lo manipula”.
Dayron Martín Prieto, investigador del grupo de la EEPFIH, comenta que con este nuevo paso ya existen las condiciones para establecer el sistema productivo de la seda a pequeña escala, el cual impulsará los trabajos de tejeduría y cosmética. Los productores y artesanos serán los principales promotores de esta tecnología y podrán demostrar los aportes que les genera.
“El proceso deviene fuente de empleo para mujeres, adultos mayores y personas con algún tipo de discapacidad. De este se generan materiales locales de alto valor como el hilo, los capullos y la sericina utilizada en la cosmética, con un incremento en los ingresos en la economía familiar, mediante la comercialización de los productos en el mercado del turismo”, refiere el científico.
Los talleres impartidos por expertos en el tema a emprendedores de Matanzas, La Habana, Sancti Spíritus y Mayabeque han mostrado este mundo bajo un enfoque de Agroecología y de Una Salud. Actualmente proyectos socio-culturales y familiares como Las Arañitas de Mery, Lilus Habana, B+ Artesanías textiles, SedaVid, la Finca Coincidencia, la Finca del Medio, Tesoros de Seda y Siempre A Mano se encuentran insertados en la iniciativa.
“El manejo del gusano de seda es bien sencillo, solo se alimenta de morera (Morus alba Linn). Las personas capacitadas que desean realizar su crianza, en un primer momento deben tener lista una plantación saludable, luego las proveemos de las larvas. En el caso de los interesados solo en adquirir los materiales de la seda también reciben asesoramiento”.
UNA AGRICULTORA DE SEDA
Las arañas tienden sus redes de forma instintiva. Algo similar sucede con Las Arañitas de Mery, lideradas por Yoany, quien lleva el arte de tejer en sus venas y utiliza la seda en sus confecciones como prendas de vestir, collares y aretes.
“Mi bisabuela, mi abuela materna y mi mamá, todas tejían. Mis hermanas y yo seguimos la tradición porque amamos las manualidades. Al trabajar por primera vez con esos hilos me encantó y más la idea de producirlos yo misma. Así que me tracé esa meta”, confiesa la mayabequense.
Lo que antes era un enorme basurero en una esquina del barrio ahora es una plantación de morera saludable. La tejedora cambia las agujas por el machete, las botas y el sombrero, y atiende ella misma la parcela con más de 1 400 plantas para lograr el sueño de la artesanía.
Las clases impartidas en el más reciente taller por la profesora ecuatoriana Matilde Isabel Morales Íñiguez fueron claves para avanzar en el proyecto, pues la experta desarrolla el ciclo completo en su finca ubicada en un área de la Amazonía, donde practica el agroturismo.
“En el encuentro conocimos un poco más sobre el cuidado del cultivo y las larvas hasta las diferentes técnicas para la extracción del hilo, por ejemplo, antes sabía manejar la rueca, pero nunca se me había ocurrido sacar el hilo de los capullos con ella. Además, aprendimos las diferentes formulaciones para teñir con colores naturales y artificiales, lo que me resulta muy útil.
“Ya voy por mi séptima crianza en grupos pequeños, cuento con toda la materia prima para mis creaciones. Tengo varias madejas de hilo continuo, pero los capullos que no se pueden devanar, los he hecho hilo shappe y cada vez queda mejor”, agrega Yoany.
CONECTANDO SUEÑOS
Toda una red de personas interesadas en el tema por su impacto social, va creciendo en torno a este mundo. Cuando conoces sus historias surgen puntos en común entre sus metas personales y el bienestar generado por el desarrollo de la Sericultura.
Naturales de Jovellanos, la madre cuidadora María Guillermina Ramón Domínguez junto a su hija Lidia Rosa Álvarez Ramón ya tienen experiencia en la confección de artesanías con capullos e hilos de seda. Ahora ambas tienen nuevas expectativas con la normativa, pues despeja el camino hacia la conexión con proveedores de materiales y la adquisición de implementos de trabajo.
“Esta actividad nos ayuda a valernos por nosotras mismas, lo vemos como una forma de mejorar económicamente en un futuro, y espiritualmente porque implica la realización del arte. Queremos compartir lo aprendido con otros muchachos que presentan algún tipo de discapacidad”, expresa Guillermina.
Para ellas, hablar de la morera también es algo muy común. Las infusiones de esta planta medicinal forman parte del tratamiento de la joven paciente del doctor Guillermo Prado González, quien estudia y promueve su consumo para mejorar la salud de manera integral.
Todo lo que implique saber más sobre este producto natural, resulta bienvenido para Lidia Rosa. “Antes solo sabíamos lo básico, ahora adquirimos un conocimiento que pocos tienen. Al participar en el último curso nos llamó la atención sobre todo los múltiples usos de la morera, que sirve tanto para los humanos como para los animales”.
Por otro lado, la artesana María de la Caridad Viciedo, conocida por todos como Mery, rescata tradiciones textiles en Trinidad, donde la artesanía es un modo de vida. Con su proyecto Siempre a Mano se dedica a la formación y perfeccionamiento de las técnicas de la aguja presentes desde el siglo XIX.
“En un momento se invisibilizaron estas tradiciones por situaciones económicas y sociales, pero desde hace 10 años estamos tratando de que resurjan. Trabajamos todas las labores caladas, los encajes de Tenerife, de Horquilla, de Bolillos, de Filet y el Crochet. Cada grupo etario está incluido en nuestras acciones, y por tanto ayudamos a que contribuyan a la economía familiar.
“Al llegar a nuestras manos el hilo de seda, nos pusimos a experimentar y logramos hacer soles de naranjito y encajes de bolillos. Cada pieza que lleva este tipo de trabajo posee un valor añadido. Ya su uso es familiar, hemos aplicado esto a las camisas de adultos y de niños, vestidos y blusas.
“Considero que es importante que existan personas que críen el gusano para que ese hilo llegue a nosotros. Después de recibir las clases de Matilde se puede obtener hilo de una calidad superior para nuestros diseños en abanicos y prendas de vestir”, destaca Mery.
Este nuevo paso solo marca otro punto de partida. El camino de la seda sigue creciendo, mientras se suman más personas, con un denominador común, la voluntad y los deseos de prosperar mediante su esfuerzo, atraídos por el mundo de la seda en Cuba.