Fotos: Raúl Navarro
Tomo prestado el espacio de Apartado 1433, gracias a la complicidad con el colega y amigo Fernando López Duarte, quien desde hace 18 años ha consentido y cuidado esta sección de gran valía no solo para este semanario, sino también para el pueblo matancero que por cinco décadas ha encontrado aquí refugio, consuelo y sobre todo respuestas a sus problemas diarios.
Escribo con la responsabilidad que implica referirme a una sección de crítica periodística sagaz, aguda y oportuna, por donde a lo largo de estos años han transitado reconocidas y consagradas voces del periodismo en Matanzas como Alina Guedes, José González Rivas, Ventura de Jesús García, Domingo Orta Vera, Arnaldo Calvo Buides o el propio López Duarte. Y que en múltiples ocasiones contó con la participación del destacado caricaturista Gustavo Prado Álvarez (Pitín) y con la asistencia de María Josefa González (Pupi).
La columna Apartado 133, nacida el 22 de diciembre de 1974 es continuadora de otras secciones de crítica periodística que vieron la luz anterior a esta fecha en las páginas de Girón entre las que se encontraban Rinconcito, El Guerrillero, Cal y Arena y Puntos Débiles. Justamente este espacio emerge como un oasis en medio de un escenario caracterizado por el ejercicio de un periodismo complaciente y gris que caracterizó a los primeros años de la década del 70.
Al inicio sus salidas fueron diarias y, con posterioridad, tres o cuatro veces a la semana, sin día fijo, pero siempre en la página dos. Ello se subordinó al volumen de cartas recibidas y a otras necesidades del órgano.
La columna que con períodos de intermitencia perdura hasta nuestros días abrió un nicho para que el pueblo, en correspondencia con el órgano, expusiera sus criterios sobre situaciones que afectaban su labor diaria y entorpecían el buen desarrollo de las instituciones y la comunidad.
Desde su surgimiento, Apartado 133 abordó asuntos espinosos y de alto impacto social, preocupaciones de la población que en muchas ocasiones veían irrespetados sus derechos o denunciaban procederes incorrectos de las instituciones. Rápidamente la sección ganó prestigio entre los matanceros por la prontitud y la profesionalidad con que eran tratadas cada una de las quejas o planteamientos.
De la pertinencia de este espacio dieron fe las más de mil cartas recibidas entre los años 1982 y 1983. Así se convierte en la primera sección de este tipo que apareció en la prensa cubana antes de la celebración del Primer Congreso del Partido Comunista de Cuba en 1975, cónclave que afortunadamente ofreció nuevas vías para canalizar los problemas.
“Las críticas publicadas en Girón resultaron clave para solucionar muchos de los problemas planteados. Por ello, la sección ganó prestigio en la población como vía idónea para resolver las situaciones que provocaban malestar”, así lo reseña la investigación Acerca del ejercicio de la crítica en el periódico Girón de los periodistas Santiago Ramírez, Yolanda del Solar y Othoniel González-Quevedo.
El Período Especial y la conversión de Girón a Semanario mermó este tipo de periodismo, reanudado a finales de los 90 como una columna con frecuencia quincenal. Desde el 12 de junio de 2003 circuló como Apartado 1433 debido a transformaciones en la Empresa de Correos que luego modificó los números.
Su impronta ha sido reconocida a nivel nacional. En 2009 junto al diario Juventud Rebelde compartió el premio en la categoría Mejor vínculo con los lectores, en el IX Festival Nacional de la Prensa Escrita.
No son pocos los tropiezos que han encontrado sus redactores en el empeño de publicar la verdad y contribuir con la solución de problemas que aquejan a los matanceros y que se han agudizado en los últimos tiempos. Entre ellos sobresalen la falta de compromiso de muchos directivos a la hora de brindar una respuesta coherente, inmediata y real a los problemas.
Aun así, el Apartado 1433 continúa navegando entre dos aguas, siempre siendo fiel a su objetivo fundacional: combatir lo mal hecho, revelar siempre la verdad que incluye destapar la mentira, la ineptitud y la mediocridad. Uno de sus méritos es que, además, propone, examina, sugiere y reconoce.
A mantener el ejercicio de la crítica de manera responsable y objetiva, se suma el compromiso de correr junto a los nuevos tiempos y expandir sus vías de acceso a otros escenarios digitales, siempre con la seriedad que lo ha caracterizado hasta ahora.