Postales Matanceras: El último de los zapotes

Postales Matanceras: El último de los zapotes
Postales Matanceras: El último de los zapotes

A inicios de la década de 1980, la muchachada del naciente reparto Armando Mestre, en la yumurina barriada de El Naranjal, acostumbraba frecuentar los bosques que entonces cubrían la zona que actualmente ocupan las viviendas del Naranjal Norte.

Para entonces el callejón de Quintanales, con pocas viviendas, era una subida de tierra y piedra “viva” que a seguidas, convertido en trillo, conducía hacia la Carretera Central.

Los muchachos, en busca de pichones de palomas silvestres y frutas llegaban a una hilera de una decena de frondosos árboles de sabrosos zapotes.

Postales Matanceras: El último de los zapotes

La fruta es conocida en varias regiones de Cuba como níspero; mientras al mamey colorado se le identifica como Zapote.La arboleda de níspero o zapotes, además de complacer el paladar con sus frutos, ofrecía otro producto. Su leche o savia, poco fuerte y muy elástica, se convertía en un insípido chicle al alcance de todos y de “producción nacional”. Recordemos que en esa época, la goma de mascar importada era casi inexistente.

En la actualidad, finalizando el 2024, de la antigua arboleda solo perdura un ejemplar. Solitario, podado, desafiando el tiempo y la memoria, dentro de un perímetro cercado de una vivienda de la calle 99 esquina 340 en el Naranjal Norte sobrevive el último de los zapotes.

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Sobre el autor: Adrián Álvarez Chávez

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