Tejer sueños de niños es una de las esencias de cada uno de nosotros cuando apenas entendemos el mundo que nos rodea. Ese mundo que se reduce a imitar, descubrir héroes y heroínas de la vida diaria o esos que admiramos desde la pantalla del televisor.
Precisamente en una de las tantas veces en que sus padres disfrutaban del deporte por el canal TeleRebelde, un niño matancero se enamoró de las figuras en el aire, la sincronización, la entrada al agua de aquellas piscinas enormes y profundas, los aplausos, la ovación y asombro del público.
Cihan Ernesto Caballero González es un muchacho tímido, de pocas palabras, pero con un talento innato en las plataformas de clavados desde que comenzó en ese deporte siendo muy pequeño.
Con ocho años, en sus primeras competencias ya destacaba por su depurada técnica y destreza para dominar tan difícil disciplina, la cual implica un entrenamiento profundo y extremadamente físico.
En sus vitrinas exhibe orgulloso las 10 medallas que lo hacen uno de los atletas más sobresalientes de su especialidad en la provincia de Matanzas, con 14 años de edad, las cuales están divididas en cinco de oro, cuatro de plata y una de bronce.
Aunque esos números se dicen fácil y rápido, lograrlos en un contexto competitivo en solo seis años no es para nada sencillo, sobre todo porque el nivel de los Juegos Escolares Nacionales de Alto Rendimiento es elevado desde sus inicios, convirtiéndose en el evento más importante del deporte en nuestro país.
Desde las ocho de la mañana empieza la faena en la Escuela de Iniciación Deportiva Luis Augusto Turcios Lima, con la piscina recién acondicionada para complementar la preparación de los clavadistas y otros deportes que la utilizan. Algo que hacía mucho tiempo reclamaban las nuevas generaciones, pues, aunque trabajar lo físico es importante, los ejercicios en el agua constituyen la columna vertebral para los futuros clavadistas.
A pesar de que estuvo lista a una semana de comenzar las competencias escolares en este 2024, Cihan y sus compañeros tuvieron una cosecha importante de preseas.
Aunque un estado febril lo aquejó durante las jornadas competitivas, Cihan Ernesto obtuvo excelentes resultados, muestra del desarrollo que ha alcanzado en la Escuela Nacional donde comenzó en el mes de Enero.
La complicidad con su madre Anai hace que sea un apoyo neurálgico en el crecimiento deportivo y en la manera de afrontar los retos lejos de casa, del resto de su familia y de su amada ciudad de Matanzas. El acompañamiento y el consejo oportuno nunca faltan cuando es necesario y eso ha construido la personalidad de un adolescente que tiene bien claras sus metas dentro y fuera de las piscinas.
Transmitir sus conocimientos, una vez abandonada la actividad deportiva, es el reto que el jovencito se plantea hasta el momento, mientras explota todo su potencial y se impone en el equipo Nacional con la disciplina y la entrega como baluartes.
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