Lengua de Señas Cubana: identidad cultural de la comunidad sorda

Lengua de Señas Cubana: identidad cultural de la comunidad sorda

Como avance significativo que reconoce los valores de la identidad cultural sorda y su forma de comunicarse, Daisy Ríos Moreno, Doctora en Ciencias Pedagógicas en la Enseñanza Especial, valora el Decreto Ley de la Lengua de Señas Cubana, recién aprobado por el Consejo de Estado.

Desde el año 1992, explicó la educadora con más de tres décadas de experiencia, en la nación caribeña se estableció la expresión articulada con gestos y movimientos como alternativa pedagógica para facilitar el intercambio de las personas con discapacidad auditiva.

Un proceso largo de estudios, fundamentos teóricos y prácticos, resultado del trabajo colectivo entre la Asociación Nacional de Sordos de Cuba (Ansoc), el Ministerio de Educación y demás organizaciones vinculadas a la actividad, permitió el reconocimiento de la lengua de señas como idioma oficial de nuestra comunidad sorda, aseguró.

La enseñanza de la considerada lengua materna de las personas con discapacidad auditiva, comentó la presidenta de la comisión científica de la Ansoc en la provincia Matanzas, favorece el aprendizaje, procesos psíquicos, el desarrollo social y la comunicación desde edades tempranas.

Nuestro sistema educativo promueve la enseñanza bilingüe, si bien tenemos centros dirigidos a la educación especial donde se instruye en un primer momento por medio de las señas y posteriormente con la lengua española. También potenciamos la inclusión de niños sordos en contextos regulares, con sus debidas atenciones, destacó.

Como cualquier otro idioma, la lengua de señas tiene su propia gramática y conceptos, aprenderla requiere de entrega y constante estudio, aunque es una forma de comunicar que resulta atractiva por su variedad de movimientos y gestos, y que incentivamos a conocer en la comunidad oyente para ampliar las posibilidades de interacción de las personas sordas, afirmó Ríos Moreno.

Al decir de la miembro del colectivo de autores de la educación especial a nivel nacional, en el territorio matancero se promueven peñas y cursos de verano para conocer sobre el lenguaje de señas, que gozan de buena participación, a diferencia del técnico medio superior como intérpretes que aún no alcanza los resultados deseados.

La comunicación en el hogar desempeña un rol esencial en el desarrollo y crecimiento de los niños, las familias. En particular, padres oyentes deben acercarse a las escuelas especiales e insertarse en los programas de preparación para aprender sobre este idioma y facilitar la relación con los pequeños, agregó.

Nuevos retos y desafíos -aseveró la actual metodóloga de la actividad científica y superación de la dirección municipal de Educación en el territorio-, devienen con la aprobación del Decreto Ley de la Lengua de Señas Cubana, acciones encaminadas cada vez más a la igualdad y justicia social.

La puesta en vigor de la norma –enfatizó- trae consigo sumar tareas en diversos ámbitos como en el pedagógico y el jurídico, en la preparación de los intérpretes de la lengua de señas y en todo cuanto favorezca el acceso a la información y a los derechos de la comunidad sorda en Cuba.

Desde el 2017 la Organización de Naciones Unidas (ONU) instauró el Día Internacional de las Lenguas de Señas, un año más tarde se comenzó a celebrar la fecha cada 23 de septiembre, en aras de apoyar y proteger la identidad lingüística y la diversidad cultural de todas las personas con discapacidad auditiva.

(Laura de la C. González Trujillo y Yohanka Rodríguez Rodríguez, estudiante de Periodismo)

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