Nostalgias de un mochilero: La Cueva de los Peces

Nostalgias de un mochilero: La Cueva de los Peces

La Cueva de los Peces es visitada cada día por cientos de turistas cubanos y extranjeros, lo que ha propiciado que su fama se acreciente en Cuba y el mundo.

Junto a su belleza inigualable han surgido ciertos mitos que afirman que en algún punto se comunica con el mar; otros, que se trata de la cueva más profunda del archipiélago cubano; hay quienes hablan de criaturas misteriosas que habitan sus profundidades, y hasta de la visita de ¡Científicos de la Nasa!

Hace unos años decidí acudir a Ronel Almeida, instructor de buceo y un conocedor delos mares y cenotes del extenso sistema espeleolacustre de Zapata .

En aquel entonces Ronel me enumeró las diferencias entre adentrarse a una caverna y sumergirse en un cenote: “Cuando nos entramos a una cueva perdemos todo contacto con el exterior, en cambio, al bucear en una caverna puedes disfrutar ver la salida a todo momento”. Me hablaba con fascinación de los contraluces que se producían con los rayos del sol en contacto con el agua.

También resultaba atractiva, me dijo en aquella oportunidad, la interacción de aguas de diferentes temperaturas propiciando un fenómeno conocido como termoclina, que no era más que el encuentro entre el agua dulce y la salada. Ambos fenómenos tenían lugar en la Cueva de los Peces.

De aquel encuentro conocí además que quizás sea la más afamada, pero no la más hermosa entre los tantos accidentes geográficos de este tipo que emergen en cada palmo de la Ciénaga de Zapata a todo lo largo de las fallas que surgen de manera paralela a la costa, en una concatenación de cenotes que se extendía desde Playa Larga con Cienfuegos. Algunos no se comunican, otros sí.

Lo que más me marcó del encuentro con el avezado instructor de buceo fue conocer el verdadero nombre de la Cueva de los Peces. Según me aseguró, antes del desarrollo turístico, se conocía como Ilona, luego le llamaron El Cenote, y no fue hasta entrados los 90 que adquirió el nombre actual.Refería Ronel que se hizo tendencia entre los espeleólogos y buzos especializados bautizar a estas formaciones con nombres femeninos, de ahí surgen Daymar, Susana, Adelaida, etc.

Sobre el cenote conocido como Cueva de los Peces, o Ilona, se sabe que existe un pasaje subterráneo de 300 metros que se conecta con el ojo de agua Daymar. Allí se pueden encontrar camarones rojos de antenas blancas, peces ciegos como la lucifuga,que viven en total oscuridad y, al ser alumbrados, se hace llamativa su transparencia.También abundan otras especies raras como la remipedia, crustáceo con forma de gusano.

Pero quizá lo más atractivo de aquella conversación resultó conocer la visita de científicos de la Nasa para realizar una importante investigación. Fueron en busca dela remipedia, ya que por sus características biológicas les permitiría estudiar la sobrevivencia de ciertos organismo en condiciones extremas.

Si bien el cenote alcanza 70 metros en su parte más profunda, muchos seguirán disfrutando a flor de agua, ya que no todos tendrán la oportunidad —solo permitida abuzos especializados— de adentrarse a sus entrañas.

La Cueva de los Peces continuará despertando la fascinación de los visitantes,ignorando los tantos secretos que guarda, incluso, de su verdadero nombre.

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Sobre el autor: Arnaldo Mirabal Hernández

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