Vista aérea del puerto de Matanzas
Los puertos son eslabones vitales para la economía de cualquier país, más si es un archipiélago. Su rendimiento incide directamente en el comercio, la competitividad y el desarrollo. Para Cuba tienen además un componente cultural y de arraigo histórico, todo lo que llegó o salió de ella durante siglos lo hizo por el mar.
Hoy nos gustaría compartirles la experiencia del puerto de Matanzas, a partir de la reciente visita que realizó allí un equipo de comunicación de Desafío, dirigido por la periodista Karla Picart, quien pudo conversar con su director sobre los retos que implican mantener activo un puerto en la Cuba actual y las estrategias que siguen para ello.
Desde el mes de mayo, el puerto de Matanzas comenzó a funcionar como una empresa filial subordinada a la Empresa de Servicios Marítimos Portuarios de Occidente (SEPOC), perteneciente al Grupo Empresarial de Transporte Marítimo Portuario (GEMAR). Esa condición les ha permitido diversificar la cartera de servicios en sustitución de otros que se encuentran inoperantes y una mayor autonomía que se traduce en mejores ingresos para sus trabajadores.
Algunos de los servicios que tiene el puerto hoy son la recogida de residuales a los buques que transportan combustibles y que arriban a los atraques del puerto, servicios asociados a las navieras y de almacenaje, donde han podido aumentar las tarifas a partir de un proceso inversionista, lo que les ha permitido mayores ingresos y estos más utilidades.
“El sentido de ser de este puerto es el servicio de carga y descarga de buques, pero eso hoy está deprimido, por lo que también hemos tenido que incursionar en otras actividades como el alquiler de fuerza de trabajo, chapea, servicios de agua a los buques, más el ingreso que producen esos buques por el derecho al atraque”, comentó Lázaro Biart Licerna, su director.
Este puerto tiene hoy una extensión de 1.85 km2. Uno de sus muelles más importantes, con un calado de 9.60 metros, estuvo destinado en su momento a la exportación de azúcar, pero desde el 2018 no opera para esa actividad por la disminución de la producción de azúcar en el país.
“Para el próximo año nos estamos preparando para hacer movimientos con azufre que será una operación `noble´, en el sentido de que lleva poco personal y genera buen ingreso. También nos estamos preparando para la exportación de ácido sulfúrico”, agregó.
El director nos refirió, además, que el puerto tiene hoy unos ingresos y utilidades aceptables, aunque trabajan para aprovechar mejor las capacidades que tienen y seguir creciendo. (Tomado del perfil de Facebook de Eduardo Rodríguez Dávila, Ministro de Transporte)
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