El valor de mi dinero

Valor del peso cubano. Foto: tomada de Yahoo Finanzas

¿En algún momento han perdido su valor los billetes de 10 y 20 pesos? Perdón, rectifico la pregunta: ¿Cuándo dejaron de circular estas denominaciones? Precisamente esa fue la interrogante que la pasada semana dos señoras le hicieron al vendedor de una de las tantas mipymes que expenden productos de primera necesidad en la urbe yumurina, ante la negativa del dependiente de aceptar más de 400 pesos en billetes de a 10.  

Las matanceras pretendían adquirir unos paquetes de espaguetis. Sin embargo, tuvieron que desistir, pues, luego de recorrer varios cajeros con la intención de extraer su salario, en vano, vieron los “cielos abiertos” al conseguir efectivo, en billetes de bajas denominaciones, mediante el servicio de caja extra.  

Ante la protesta de las mujeres, el dependiente alegó que ese era un negocio particular y que esas eran sus reglas. En su defensa, sostuvo que a él tampoco le aceptaban este tipo de dinero cuando pretendía adquirir productos para la venta y que resultaban un estorbo a la hora de efectuar cualquier operación. La disputa concluyó con la pérdida de dos clientas, que pronto fueron reemplazadas por la larga fila que aguardaba por comprar.  

Lamentablemente, esta no es una situación aislada, y sus consecuencias se magnifican debido a la falta de efectivo en los cajeros y al desabastecimiento de algunas cajas extras que impide a muchas personas disponer de efectivo durante el mes. A ello se suman otras irregularidades como la negativa o la “persuasión” para no utilizar el QR (sucede en entidades estatales y en particulares), y la penalización a quienes deciden hacer uso de su derecho y pagar por los canales de pago electrónicos establecidos. 

En algún momento, la bancarización, proceso que tiene como propósito eliminar paulatinamente el uso del efectivo en los lugares donde existan las condiciones para ello, se erigió como una tabla de salvación. Pues, en consecuencia, se dictaron normativas que respaldaban el procedimiento, como la famosa Resolución 93/ 2023 que subrayaba la obligatoriedad de las entidades dedicadas al comercio o los servicios de asegurarles a los consumidores el acceso y uso a los canales electrónicos de pago a partir del 2 de febrero de 2024. 

A cuatro meses de la entrada en vigor de esta normativa, aún reina el desorden en muchos establecimientos en este sentido, pues todavía no se logra un control efectivo sobre esta regulación. 

Lo más curioso y preocupante es que, a pesar de que hay un cuerpo legal que respalda la manera de actuar en cada caso, en la mayoría de las ocasiones la ley que se cumple es la impuesta en la calle. Es esa que se le ocurre a alguien para preservar sus intereses y comienza, poco a poco, a instituirse entre un determinado sector, con consecuencias directas entre la población que vive de un modesto salario y aspira a satisfacer algunas de sus necesidades básicas de vez en cuando. 

Deliberadamente se viola el derecho de los consumidores a decidir la manera de pagar, tanto con cualquiera de las denominaciones que están en el cono monetario del país como los canales de pago electrónico establecidos. Y, ¿qué sucede? Como tantas veces, se impone la ley del más fuerte. 

Que muchas personas ganen su dinero honradamente y decidan emplearlo como mejor le plazca no puede ser un obstáculo para los que se levantan todos los días a impulsar la vida económica y social de este país. Más bien, debería ser preocupación y ocupación permanente de quienes dirigen y controlan estos procesos que cuestiones como estas no se acumulen y desvirtúen lo establecido.  


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Sobre el autor: Jessica Acevedo Alfonso

2 Comments

  1. Hasta cuándo vamos a permitir que los actores económicos privados no cumplan con lo establecido con respecto a la bancarización, ya es una falta de respeto al pueblo

  2. Perdón, la bancarización no fue una tabla de salvación,fue una medida de desespero que se implantó urgentemente ante el desfalco de billetes de los cajeros y de los bancos que las santiguadas MIPYMES extrajeron en cantidades industriales y han dejado a los trabajadores de este país sin poder cobrar sus salarios, algunos hasta 2 meses y más.

    El Estado cubano ante el resultado por no haber regulado y estableciso el pago electrónico en los nuevos actores económicos se ha quedado sin fondos en billetes en CUP y en USD que los tienen en su poder todos los productores y comerciantes de la nueva creación y han embarcado el país.

    Y a partir de esta patada del ahogado es que se ha destruído todo el sistema financiero y bancario que disfrutábamos antes de los nuevos » inventos » de ciencia e innovación.

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