En el año 1870 Enrique Rodríguez, conocido por Barajay, fue abandonado herido en zonas de Mayajigua, Ciego de Ávila. Logró sobrevivir, refugiado en varias cavernas, hasta el año 1910, cuando un veterano de la guerra de Independencia lo fue a buscar y le informó del final de la contienda bélica.
Enrique Rodríguez llegó a ser presentado en el Teatro Iriondo como el Robinson Crusoe cubano, aunque la tradición popular lo recuerda como el Pelúo de Mayajigua.
Finalizando septiembre de 1886 fue hallado en una cueva de Matanzas un individuo en estado salvaje. Mostraba todo el cuerpo cubierto de pelos y las uñas extremadamente largas. Aunque no se informó el sitio exacto de su encuentro, ni su identidad, se aseguró que llevaba más de 30 años viviendo en la gruta.
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