Que Carlos Hernández presentara sus dos cortos animados «El Caballero y la novia retrato» y «Oggun el penitente» en las Romerías de Mayo, fue ver cumplido un sueño colectivo que comenzó con aquel artículo que escribió Guillermo Carmona para nuestro periódico hace ya algunos años sobre un joven animador jovellanense que hacía muñequitos en una modesta laptop.
En el café Las Tres Lucías de la ciudad de Holguín el público disfrutó de los dibujos animados que cobraron vida ante sus ojos, con dos historias totalmente diferentes pero unidas por la búsqueda constante del amor.
Retrato con alma de caballero y doncella
El Caballero y la novia retrato cuenta el romance de un príncipe con una doncella atrapada en un cuadro, basado en un cuento de la escritora pinareña Yanetsy Ariste, mientras que Oggun el penitente es una aventura de redención y una oda a la cultura Afrocubana.
El Cinematógrafo: Oggun y el arte impenitente
En el aplauso de los presentes se expresó la admiración hacia un arte tan complejo que requiere meses de trabajo solo para lograr algunos minutos de metraje.
El realizador agradeció a todos los que de una manera u otra contribuyeron para cumplir su sueño: a su familia, a sus hermanos del Periódico Girón, a la dirección provincial de cine, a quienes hacen cada año posible las Romerías de Mayo y a la Asociación Hermanos Saíz por toda las oportunidades que le ha brindado.
A Carlos lo conozco desde pequeño y todavía recuerdo aquellas secuencias animadas que creaba con apenas 12 años y como su pasión motivaba a todos a su alrededor a buscar la manera de aquel niño creciera como artista.
Todos los que nos sentimos orgullosos por su trabajo sentimos que ganamos hoy, junto con él, y somos conscientes de que el camino apenas comienza. Para los que no lo conoce, les aseguro que en Matanzas habrán animados para rato.