Dentro de las más famosas vacas, al menos en Cuba, ocupan un lugar cimero Matilda y Ubre Blanca. Sin embargo, pocos recuerdan a otro ejemplar que también debe quedar registrado en la historia: Mona Pelúa.
Ella fue el resultado de un cruce de cebú y holstein. Luego de realizársele inseminación artificial, parió 14 terneros en cuatro partos en la granja Leonel Fragela, enclavada en la entrada del poblado de Jovellanos.
El primero aconteció el 26 de agosto de 1964, en el que tuvo cuatro crías. En igual día, pero en diciembre de 1965, tuvo cinco. El sábado 13 de mayo de 1967 nacieron tres. Por último, el 9 de noviembre de 1968, vieron la luz otros dos terneros.
Por primera vez en el país se verificaban cuatro partos tan grandes pertenecientes a un mismo animal. La vaca no sería mona, pero sí paridora.
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