El ministro de Relaciones Exteriores, Bruno Rodríguez Parrilla, compareció este jueves en la Mesa Redonda para informar sobre las líneas fundamentales y las proyecciones de la política exterior cubana.
Bruno Rodríguez: Asistimos a un cambio de época
Al ofrecer una panorámica del escenario mundial actual, Rodríguez Parrilla comentó que “es una época difícil, se superan coyunturas que caracterizaron al mundo en décadas anteriores. Es una época de cambios y provoca, como es natural, amenazas a la paz y la seguridad internacional.
“Afecta el desarrollo de los pueblos, genera una creciente polarización y desigualdad en medio de las pretensiones del imperialismo, fundamentalmente del estadounidense, de salvaguardar un orden unipolar que ha sido ya superado por la historia. Y lo hace con instrumentos coercitivos, como los que emplea contra Cuba”.
El canciller señaló que la situación está también marcada por “la proliferación de conflictos, inestabilidad económica, ruptura de flujos comerciales, incrementos artificiales de precios”, cuyas consecuencias repercuten, sobre todo, en los pueblos.
“Se habla a veces de un cambio de época, otras veces de una época de cambio, pero no hay duda de que las contradicciones que guarda el sistema internacional requieren soluciones que solo los pueblos pueden encontrar a través de sus luchas, en especial los pueblos del Sur.
“Venimos de una pandemia que hizo más evidente la inequidad que el mundo padece. El 1% más rico del planeta acumula más del 40% de las riquezas. Hay datos recientes que ilustran cómo en los últimos años ese 1% acaparó dos terceras partes de las riquezas producidas”, dijo el ministro, recordando, además, “la insostenibilidad ambiental y el peligro tremendo del desarrollo de armas nucleares y nuevas armas de exterminio en masa o de alta letalidad”.
“Uno siente –continuó en su intervención el ministro de Exteriores– que asiste a un cambio de época que tendrá que abrirse paso si queremos que la especie humana sobreviva. Esto tendrá que dar paso a un orden internacional distinto y a relaciones distintas entre los seres humanos y los países del Norte y del Sur.
“Hace falta un nuevo orden internacional y habrá que luchar. No va a ser nunca resultado de un regalo del imperialismo, del capitalismo desarrollado, pero habrá que pujar, parir una época nueva.
“En particular, Cuba, que es una isla sometida a una política cruel, excluyente, que asfixia, del imperialismo norteamericano, tendrá que luchar como ha hecho a lo largo de su historia. Hoy no hay tarea más importante para la diplomacia cubana, para el servicio exterior de la República de Cuba, que va mucho más allá del ministerio; es del Estado cubano en su conjunto, del Gobierno, de la Asamblea Nacional del Poder Popular, de las organizaciones políticas y de masas y las no gubernamentales. Es una lucha necesariamente de todos”.
Subrayó la importancia de encontrar maneras de sobrepasar ese cerco económico, “no solo en materia de resistencia, sino también sobre la base de un esfuerzo de verdadera creación que permita superar problemas y la recuperación de la economía, que luego nos permita no solo seguir creciendo, sino desarrollando el país”.
La misión de la diplomacia está en contribuir a este esfuerzo de resistencia
El canciller explicó que dos tercios de las embajadas cubanas son muy pequeñas. “Son embajadas de dos parejas de diplomáticos. Una peculiaridad del servicio exterior cubano es que las y los cónyuges tienen que necesariamente trabajar y ser contratados en nuestras misiones estatales”.
Agregó que una cuarta parte de las misiones son de una sola pareja de diplomáticos cubanos “y tienen que hacerlo todo, porque las demandas de las luchas de nuestro pueblo y la difícil coyuntura internacional así lo requieren.
“Por eso, es muy importante la preparación del personal diplomático, que no solo integran especialistas del Minrex, sino de otras entidades de nuestro Gobierno”.
Esa labor tiene como centro “las prioridades de la vida nacional; sobre todo, la búsqueda de fuentes adicionales de ingresos para el país, la solución en las mejores condiciones posibles de asegurar importaciones de alimentos, combustibles”.
Rodríguez Parrilla aseveró que los diplomáticos cubanos “trabajan con una misión muy personal, desde una profunda convicción de cuáles son los problemas que hoy vive nuestro pueblo, la escasez, las dificultades, las carencias, las cuales las padecen sus familias. Se las sienten en el corazón y trabajan denodadamente en la búsqueda de opciones económicas, para las importaciones cubanas; la atracción de la inversión extranjera, la solidaridad que se expresa en muchos sentidos, porque Cuba es un país muy querido internacionalmente.
“Igualmente, destacan los movimientos de solidaridad, las asociaciones de cubanos, el papel de los diplomáticos en las organizaciones económicas internacionales y, en general, en los organismos multilaterales; la promoción de la participación extranjera en nuestros eventos, foros; el desarrollo de los vínculos de los cubanos residentes en el exterior con los proyectos de desarrollo, a veces locales, que son fundamentales en nuestra economía”.
Hoy –subrayó el canciller–, la misión fundamental de la diplomacia cubana está en “contribuir a este esfuerzo de resistencia, a paliar las severas dificultades económicas que hoy padecemos y hacerlo en dirección al crecimiento económico y al desarrollo en estos momentos de contingencia que el país sufre por causas esencialmente externas”.
La mayoría de los cubanos que residen en EEUU quieren una relación normal con el país
Más adelante, consideró que las oportunidades son muchas para los cubanos residentes en el exterior, a pesar del cerco que sufre Cuba, “sin muchos recursos naturales, pero con el enorme talento de nuestro pueblo y su capacidad de sobreponerse a las dificultades e, incluso, ayudar a otros en los tiempos difíciles”.
El ministro de Exteriores apuntó que “es impresionante cómo, en medio de la pandemia, durante la cual se estrechó fuertemente el conjunto de medidas coercitivas, Cuba envió decenas de brigadas médicas a más de 40 países, en un esfuerzo de cooperación internacional que es muy reconocido.
“Lo esencial es que la política exterior, la enorme simpatía que Cuba despierta en el mundo, se revierte también en recursos y formas de contribuir al desarrollo de nuestra economía. En ese sentido, una fuerza significativa son los cubanos que en distintas condiciones migratorias residen en el exterior, pero que sienten profundamente por su patria y su familia”.
Recordó que en los últimos años ha habido un desarrollo importante, “sobre todo de proyectos pequeños, que vienen de ese sector patriótico, que siente a Cuba como su patria y que quiere contribuir a nuestro desarrollo”.
Afirmó que la reciente Cuarta Conferencia La Nación y la Emigración expresó, como característica fundamental, “un extraordinario patriotismo, una gran disposición a participar en la solución de los disímiles problemas que hoy afrontamos, en la inserción de proyectos personales de quienes van y vienen, circulan, están un tiempo en el país y otro fuera, pero que se sienten profundamente cubanos”.
Los debates de la conferencia –agregó– reflejaron un enorme patriotismo de los cubanos radicados en el exterior y que viven en diversas condiciones. “Todos sienten un gran deseo de aportar a la solución de nuestros problemas, de acompañar a sus familias y de desarrollar relaciones normales entre los cubanos que viven fuera y los que están en su patria, cuyo obstáculo principal es hoy la política estadounidense”.
Destacó que la mayoría de los cubanos que residen en Estados Unidos quieren una relación normal con el país. “Pero no hay dudas de que hoy la política estadounidense sigue siendo represiva, políticamente motivada, y pretende utilizar estos movimientos migratorios, en una manipulación política del tema, a lo que Cuba ha respondido con una política cada vez más abierta en la relación del país con los cubanos que viven temporal y permanentemente en el exterior”.
Crecimiento de los trámites migratorios y la legalización de documentos
Rodríguez Parrilla señaló que en los últimos años se ha producido un crecimiento de esos flujos, que no son estrictamente migratorios, sino que reflejan la circularidad, “la tendencia que es universal a residir un tiempo fuera. Claro que eso ha generado en los últimos años un crecimiento significativo de los trámites migratorios y la legalización de documentos”.
Explicó que “hoy no existe en el mundo un proceso de automatización de estos procesos. La legalización como regla termina en un sello, un cuño. Los documentos tienen que atravesar un proceso, que va desde las instituciones registrales, como, por ejemplo, una universidad, y se requiere una legalización del Minrex recibiendo estos documentos, para que surtan efecto legal en el exterior.
“Es un proceso complicado y las cifras han ido creciendo en un tiempo relativamente breve y han taponeado esos sistemas. Un problema adicional es que estos documentos tienen vida perecedera: a veces, el Gobierno extranjero reclama que el documento tenga menos de seis meses”.
Ante esa realidad –precisó–, se han tomado muchas medidas. Por ejemplo, la incorporación de 65 jóvenes del Servicio Militar, que laboran hoy en el Minrex atendiendo a esa necesidad.
“Hay un colectivo de trabajadores del ministerio que trabaja denodadamente. Ha habido una modernización de esos procesos. Y están en marcha también soluciones más de fondo”, dijo.
Explicó que una primera solución sería que no se pusieran barreras por parte de los países desarrollados. Una segunda, que Cuba se adhiera a una convención internacional que permita que no haya que legalizar mediante un trámite para que surtan efecto legal fuera de Cuba hasta un 60% de los documentos. Ese instrumento es el Convenio de la Apostilla y están haciéndose los estudios en ese sentido.
“Se hace un gran esfuerzo de automatización de esos procesos. En tercer lugar, hay un esfuerzo por integrar y facilitar todo este largo proceso que viene desde las entidades registrales, las consultorías, y la unidad de legalizaciones del Minrex, que es un esfuerzo que está por concluir y que yo espero que en breve permita integrar, compactar más estos procesos”, dijo.
El 2023 fue un año importante para la política exterior
Al subrayar que el 2023 fue un año importante, se refirió a la presidencia cubana del Grupo de los 77 y China, que fue un gran esfuerzo. Foto: Roberto Garaicoa/Cubadebate.
Más adelante, el canciller afirmó que “el protagonista es el pueblo cubano, la manera en que participa en la política exterior. Fue muy importante el proceso de la Constitución de la República. Nuestro pueblo participa muy activamente en estos temas. Junto con la pelota y la meteorología, la política exterior es también un tema de tertulias, cosa que asombra a los visitantes extranjeros”.
Destacó, en el período en el que estamos, desde los cambios en la Constitución, “el liderazgo del presidente, la forma en que Cuba concurre a los escenarios internacionales, con una influencia mayor que su dimensión geográfica o su PIB; la simpatía, cariño y solidaridad que genera, el respeto de los adversarios, la proeza que hace todos los días el pueblo cubano en defensa de la independencia, y la consideración de que la política exterior la hacemos todos, las organizaciones de masas, la dirección y orientación del PCC, el papel de la Asamblea Nacional, el papel de las organizaciones no gubernamentales de la sociedad civil y el papel de la gente en la calle. El enfrentamiento al bloqueo genocida, el reclamo cada vez más universal de la eliminación del listado arbitrario de países patrocinadores del terrorismo”.
Cuba –continuó el ministro de Exteriores– “tiene también una red diplomática y consular significativa, relaciones diplomáticas casi sin excepciones con todos los Estados, es muy conocida internacionalmente, y son las embajadas más austeras y baratas del planeta. La recaudación consular, que es un proceso que todo Estado realiza, es en una parte significativa una contribución a la vida económica del país”.
Al subrayar que el 2023 fue un año importante, se refirió a la presidencia cubana del Grupo de los 77 y China, que fue un gran esfuerzo. Recordó la presencia de Cuba, en su condición de presidente del Grupo de los 77, en eventos internacionales, y la celebración de la Cumbre en septiembre en La Habana.
“Ha sido una de las cumbres más participativas de los últimos años a escala internacional, y probablemente, una de las más austeras que se han hecho en los últimos años en este planeta. Y tuvo un gran impacto. Es totalmente inédito que haya habido una segunda cumbre pocos meses después de aquella, en Uganda, que fue también muy importante”, comentó.
Lo que determina la esencia de la relación con EEUU es el bloqueo
Más adelante, sostuvo que “el llamado excepcionalismo estadounidense sirve para caracterizar el aislamiento de Estados Unidos en el planeta en relación con Cuba. La naturaleza, el sentido esencial de la relación, de los sucesivos Gobiernos con respecto a la Revolución cubana, ha buscado establecer el dominio imperialista sobre nuestra patria. Tenemos relaciones diplomáticas, existen intercambios oficiales y algunos no oficiales en áreas de interés común, pero lo que determina la esencia de esa relación es el bloqueo, que hoy se aplica con un rigor sin precedentes.
“Quizás nos ha faltado la explicación de este fenómeno de una manera más asequible, sobre todo a los más jóvenes. Pero la naturaleza principal del bloqueo es que interfiere y pretende asfixiar la relación, no solo con Estados Unidos, sino de Cuba con el resto del planeta. Y lo peor ocurrió durante la pandemia. Nunca fue tan cruel el bloqueo como en ese momento, y es imperdonable que el Gobierno de Estados Unidos haya escogido la pandemia como un aliado para intensificar el bloqueo”.
El canciller recordó que se cortaron los cruceros, los vuelos. Se aplicaron medidas brutales. Se aplicaron las 243 medidas adicionales, “que aquí no estamos contando sanciones individuales”.
En la pandemia –añadió– “quedó claro que no se puede importar un balón de oxígeno, en medio de la asfixia, sin una licencia del Gobierno de Estados Unidos. Durante la pandemia se obstaculizaron las importaciones de oxígeno de Cuba desde terceros países. Eso fue un crimen imperdonable”.
Rodríguez Parrilla recordó que en el anterior Gobierno demócrata se habían dado determinados pasos en la dirección positiva en relación con Cuba, pero con la Administración Biden hubo una continuidad en la política demócrata respecto a la política republicana en lo que respecta a Cuba.
“Los efectos de la inclusión de Cuba en la lista de países patrocinadores del terrorismo tienen lugar durante el Gobierno demócrata de Biden. Esta política tiene un efecto letal, sobre todo, desde el punto de vista económico”.
Ha habido, además, una continuidad en el recrudecimiento extremo del bloqueo. “Esa política tendrá que cambiar, porque es obsoleta, tiene la oposición de la mayoría de los estadounidenses, de la mayoría de los cubanos que radican en Estados Unidos, y se corresponde con el período de la Guerra Fría, pero tendremos que sobreponernos a ella y desarrollarnos con nuestros propios esfuerzos”, aseveró.
Canciller cubano: Un crimen de lesa humanidad, de genocidio al pueblo palestino
Al abordar la situación de los últimos meses en Gaza, el canciller denunció que es “un crimen de lesa humanidad, de genocidio al pueblo palestino. Cuba siempre ha abogado por una solución amplia, justa y duradera, basada en los derechos del pueblo palestino a la libre determinación”.
Destacó que, recientemente, los jóvenes del ISRI fueron de los primeros que se lanzaron a la calle a expresarse en solidaridad con el pueblo palestino, y que Cuba ha hecho propuestas de envergadura, incluidas las de enviar una misión de la Asamblea General de Naciones Unidas a territorio palestino e incorporar a Palestina a la ONU como Estado miembro.
“No estaría ocurriendo lo que ocurre hoy en Palestina sin la complicidad del Gobierno de Estados Unidos”, sostuvo, y agregó que Cuba ha desarrollado acciones concretas de solidaridad con el pueblo palestino y reclamado la movilización internacional en ese sentido.
Han continuado las gestiones para clarificar la situación de Asel y Landy
“Compartiremos la verdad con los familiares y el pueblo, pero algunas gestiones de esta naturaleza toman tiempo y son muy delicadas”, destacó Rodríguez Parrilla. Foto: Roberto Garaicoa/Cubadebate.
Sobre los dos médicos cubanos secuestrados en Kenia, Assel Herrera Correa y Landy Rodríguez Hernández, el canciller informó que el Gobierno hizo, desde el inicio, intensas gestiones, “muchas de las cuales deben ser discretas”, para proteger a los galenos y preservar sus vidas. “Hemos sido muy respetuosos con sus familiares en el manejo de información pública”, afirmó.
“La información recopilada por nuestro Gobierno ha hecho que mantengamos una intensa atención. Parte de ella fue la visita de Esteban Lazo como enviado especial de alto nivel a Kenia.
La información del Gobierno keniano ha sido muy valiosa, pero persisten interrogantes a las que es necesario encontrar respuesta.
“Han continuado las gestiones, que incluyen a decenas de países, incluyendo el Gobierno de Estados Unidos, para clarificar la situación de Asel y Landy. Continuarán las gestiones con toda la persistencia y el rigor. No descartaremos oportunidades para llegar a la verdad de lo ocurrido. Hay requerimientos legales para estos procesos.
“Hemos solicitado información a Estados Unidos, que aún no ha compartido con nuestro país. Fuerzas de Estados Unidos han operado en la zona. Compartiremos la verdad con los familiares y el pueblo, pero algunas gestiones de esta naturaleza toman tiempo y son muy delicadas. No pararemos hasta alcanzar un nivel de comprobación de los datos, que hasta ahora son escasos e, incluso, contradictorios”, explicó.
A pesar de la hostilidad del Gobierno norteamericano, continuaremos tendiendo puentes
En otro momento de la Mesa Redonda de este jueves, Bruno Rodríguez Parrilla recalcó que la razón de ser de nuestra política exterior es el protagonismo del pueblo.
“La manera participativa en que abordamos las decisiones de política exterior es significativa. Hay que tomar en cuenta la opinión del pueblo en estos aspectos. Hoy la comunicación es una herramienta indispensable en la comunicación de los pueblos, pero también es utilizada por el Imperio como arma.
“El Ministerio de Relaciones Exteriores debe rendir cuentas de manera permanente a nuestro pueblo, a la Asamblea Nacional. No simplemente informar, sino también escuchar y debatir. La comunicación es una fortaleza y la política exterior es democrática, participativa. La política exterior debe ser flexible, ajustarse a las coyunturas. La comunicación es un instrumento de la política de la Revolución”.
Rodríguez Parrilla citó al presidente Díaz-Canel y reiteró que Cuba sufre un cerco real, una guerra económica extraterritorial. Aun así, “a pesar de la hostilidad del Gobierno norteamericano, continuaremos tendiendo puentes con el pueblo de Estados Unidos y fortaleceremos los vínculos con la emigración cubana en cualquier rincón de nuestro planeta”.