Después de una larga ausencia, La Dominica, Monumento Nacional, recobró su vida útil. El viernes pasado fue su reapertura, lo cual pudiera considerarse como el mejor homenaje, a los 196 años de la pequeña urbe.
Luego de no pocas tentativas por su rescate, y de sobreponerse a varios inconvenientes, fue posible reabrir, de forma definitiva, el legendario inmueble, quizás el más conocido de los edificios de la villa.
Construcción con una historia admirable, y que suscita el orgullo nacional, pues fue allí donde por primera vez ondeó la bandera de la estrella solitaria, el 19 de mayo de 1850, y que más tarde, en Guáimaro, se acogiera como la enseña nacional cubana.
El resultado del dilatado proceso inversionista, financiado con el presupuesto de la contribución territorial, es una linda obra, gracias, además, a la necesaria participación de no pocos organismos e instituciones, y sobre todo al impulso y persistencia de las autoridades del territorio y de la provincia por rescatar un inmueble de gran valor patrimonial.
Por su aporte a hacer realidad este proyecto, fueron reconocidos un grupo de colectivos, creadores y personalidades.
A propósito de este suceso, el historiador Ernesto Álvarez Blanco evocó que la enseña nacional fue creada en 1849, en la ciudad de Nueva York, Estados Unidos de América, en una reunión de la cual tomaron parte, entre otros, el escritor Cirilo Villaverde, el poeta matancero Miguel Teurbe de Tolón y el General venezolano Narciso López.
Escribió que la concepción general de la bandera fue aportada por López, mientras que correspondió a Teurbe de Tolón trazar el boceto original. La esposa de este último, Emilia, confeccionó, a partir del boceto, la primera bandera cubana.
Un año más tarde, el 19 de mayo de 1850, una bandera similar a la confeccionada por Emilia fue traída a Cárdenas por las fuerzas expedicionarias encabezadas por el General Narciso López, el cual la hizo ondear por primera vez en suelo patrio, al enarbolarla por unas horas, luego de ser tomado el poblado, en el edificio en el que radicaba por ese entonces la Casa de Gobierno, rememora Álvarez Blanco.
Así, La Dominica, edificio con diversos usos desde su creación, fue el primer mástil de nuestra bandera. (Por: Ventura de Jesús)
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